Había dormido como una roca. El hombro de Jimin, quien se limitó a mirar la televisión mientras esperábamos a la revisión general, me pareció hasta más cómodo que mi propia almohada.
Los párpados se me pegaban como lapas unos con otros. Tanto así que resulta que Jimin en la realidad no había estado todo ese tiempo brindando su zona deltoidea, sino que había sido hasta amable de conseguirme una almohada para ponerla contra el espaldar del sofá. Ya me parecía increíble que fuese una articulación con parte del hueso tan suave.
Solo fue al rato que sentí con delicadeza como alguien zarandeaba mi hombro para despertarme. La suave risa de Jimin siendo tan perfecto con esos ojitos resaltones. Que mal que Ned fuese mi mejor amiga, tan tan mejor amiga que no podía robarle al novio que era muy hetero por supuesto. Y que de detalle ni siquiera pudiese tal vez enamorarse de mí, por esa boba unión de híbrido con humano, el vínculo. Porque para ser sincero, ahora mismo creía que nada de esto seguiría siendo real, que no importaba. Porque si tan real fuera ¿Qué pasaba con Kookie y yo?
Lo amaba, sí claro, pero de una manera diferente. Era una mascota, una mascota que no dudo recalcar que fue mi apoyo moral en todo el tiempo en que me demoré en mudarme a Seúl, sin embargo, jamás pasó de ser eso. Porque Kookie, desde ese día que fue rescatado en la calle y fue agradecido a su manera, nunca llegó a que nuestra relación mascota-dueño llegase a hacer más apegada que la de chantajearme para que le comprara pizza, y dominar mi casa aunque pareciera que un shih tzu por su tamaño no podría sacar las garras y seguir viéndose tierno.
En fin, ironías de la vida.
—YoonGi terminó con la revisión —Me extendió una de mis tazas con el humeante olor a café golpeando mis sentidos—. Te preparé café para el insomnio.
—Gracias Jimin, eres un amor.
Agarré la taza llevando a mi boca un poco del sabor amargo de la semilla del cafeto. Me levanté, acompañando a Jimin a la habitación donde YoonGi hablaba por el celular mientras Kookie dormía tranquilamente en la cama, envuelto en las sábanas como en la mañana.
Cuanta envidia me causaba. El descansando y yo de noctámbulo.
—¿Y bien YoonGi Hyung, todo está en orden? —Jimin se adelantó a preguntar, sentándose con cuidado en la cama y comenzando a acariciar los cabellos de Jung- digo Kookie.
Me cortaría la lengua antes de darle el placer de que sea llamado por su nombre.
YoonGi suspiró, moviendo sus manos hasta sus caderas donde las dejó reposar en forma de jarra.
—JungKook está bien. Él... me contó la historia. Lo revisé a profundidad y todo está en orden. Está muy bien cuidado de hecho.
YoonGi apartó la mirada hacia Jimin, quien luego de haber fruncido algo el ceño lo relajó más aliviado.
—¿Historia? ¿Qué historia? —pregunté con una interrogante bien grande por la cual pensaban pasarme desapercibido.
—Solo diré todo más sintetizado —YoonGi se dejó caer contra mi escritorio—. JungKook es de esos cachorros experimento. Los que intentamos rescatar para llevar y cuidarlos en la tienda, pero no todos corrieron con la misma suerte —el tono de la voz de YoonGi sobrepasaba lo grave, yéndose más por el estilo de contar un secreto oscuro. Arrugué mucho más mi entreceja ante el tono que estaba tomando la conversación—. El sufrió mucho HoSeok, por eso es tan duro y desconfiado contigo. Teme que le suceda lo mismo que antes.
—¿Lo- Lo mismo que antes? ¿Qué sucedió? —La preocupación llegó a albergar todo mi cuerpo, dejando la taza a un lado para acercarme un poco más a YoonGi.
ESTÁS LEYENDO
𝐊𝐨𝐨𝐤𝐢𝐞, 𝐖𝐡𝐲 𝐘𝐨𝐮? • [𝐉𝐮𝐧𝐠𝐇𝐨𝐩𝐞]
Fiksi Penggemar-¿Ko-Kookie, eres tú? -tartamudeé nervioso. -Sí Jung HoSeok soy Kookie. -gruñó. Y solo bastó eso para que saliera corriendo al baño y encerrarme ahí. ⚠ Apartado distribuido por la plataforma de Wattpad. Todos los derechos reservados a la autora. No...