Capítulo 13: Carta.

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Han pasado ocho meses desde la última vez que lo ví.

Y ahora mismo lo habría olvidado como todo este tiempo si no fuera porque me encontré a Inko-sensei en la parada del autobús, iba sola pero la notaba cansada, ha ganado peso.

Por algún motivo, no me acerqué a saludarla.

Dos días después, tomé un una hoja y tinta, y comencé a escribir una carta... Luego siguieron dos, tres y finalmente había acabado con todas las que tenía, así que me di por vencido.

Carajo, ¿cómo lo hacen lucir tan fácil en las películas? Vaya mierda.

Mis mensajes no son contestados y su número ya no es el mismo, nadie en la escuela sabe nada sobre él, ni siquiera los de atrás, que dejaron de ser pendejos y ahora son filósofos, cuestionando porqué la luna brilla si no tiene luz propia.

En realidad esa pregunta fue interesante. O, más bien, todo lo que conllevó.

Después de llorar a mares cuál cocodrilo, Shoto llegó a la conclusión de que la luna depende del sol para brillar, así que todos tenemos un motivo para hacerlo.
¿Todos lo tenemos? Creo que sigo buscando ese motivo.

Tal vez debí acercarme a Inko-sensei aquella vez para preguntarle por él, pero algo me dijo que era mala idea.
Al mes siguiente descubrí por qué.

Madre me dijo que uno de sus pacientes había fallecido durante la recuperación después de la cirugía. Ese paciente era Eri.

Dado que conocía a la niña, mi madre optó por decírmelo aunque hace mucho no hablamos. Esas palabras me dieron una fuerte cachetada que me tiró de la silla. Dos segundos después ya estaba fuera de casa corriendo como un loco rumbo a ningún lado, marcando un número en mi celular.

—¿Hola...?

—¡Dime dónde vive!

—Ah, hola bro, hay muchas personas a las que conozco su dirección, dame detalles.

—¡No tengo tiempo para eso Sero! ¡Dime dónde vive Deku!

—¿...Hablas de Midoriya? No sabía que ya estaban en esa onda. Y, siendo sincero, te aconsejo que no lo busques.

La única persona que seguía hablando con él y yo le hablaba era Sero. Mis pasos comienzan a ir más lento.

—Creo que algo malo le pasó, así que no creo que quiera verte. No le gusta que lo veas triste ¿sabes? Así que se desahoga conmigo o sus idiotas y ellos solo hablan de eso cuando no estás.

—Alto, ¿por eso ahora son pitufilósofos? ¿Es una forma de “cubrir” su secreto?

—Exacto.

—Vaya mierda. — finalmente me detuve, estaba tan casando que no podía ni hablar. Solo escuchaba a Sero suspirar.

—Debería estar en el hospital con su mamá arreglando papeles, seguro sale en tres o cuatro horas. Solo una cosa, no le digas que yo te dije.

Seguí corriendo después de esas palabras, tengo que comprarle el almuerzo para agradecerle.

Las novelas que ve mi papá normalmente pintan el hospital muy diferente de la realidad, a pesar de estar llenos de gente y voces por todos lados, en realidad son más tristes y deprimentes, escuchas sollozos de familiares, gente a medio dormir que lleva horas esperando respuesta de un doctor, incluso hay quien reza para que no pase nada malo. Cruzar por la sala de espera es incómodo para mí, porque no estoy aquí por ninguna de esas preocupaciones.

Mi único motivo es asegurarme que ellos están bien. Que él está bien.

Pero por supuesto que no lo está.

Tu Más Ferviente Acosador 》DekuKatsu《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora