"Exactamente cuarenta y un miradas en treinta minutos"
¿Puedes imaginarte cuantas durante las seis horas de escuela?
Sentir mil miradas de una sola persona sobre tu nuca, tu espalda, sobre ti da un poco de miedo
Para que mentir, da mucho miedo
-Déjate de estupideces! Sabes por culpa de quién tengo yo que hacer esto? Exacto, por tu culpa! Inko-sensei debe odiarme ahora mismo
-Hey, calmado, no iba a permitir que te tratara así. No es nada masculino acorralar a alguien de esa manera. Además, dí que te estoy ayudando.- Es verdad, tras el gran caos que se causó en la enfermería y de que Mina y Sero huyeron como los cobardes que son, sólo el inconsciente y yo nos quedamos ahí con Midoriya obviamente nos echó la culpa de todo el muy cabrón Consecuencia? Castigo. Tenía yo que limpiar el salón por una semana pero Eijiro decidió ayudarme como la buena persona que se supone es
-El muy puto de Midoriya no vino verdad? Yo que quería golpearlo.- Cuando quiere ofender a alguien siempre ocupa las palabras "puto" o "pendejo" él no es de usar muchas groserías como yo o Sero
-Pero porqué tanto afán en defenderme? Ya sé cuidarme solo.- Nunca antes me había defendido así o a cualquiera de nosotros, si que es sorpresa
Eijiro se pone nervioso dandome mas curiosidad. -Bueno… no es nada masculino como actuó ya te lo dije, deja ese tema y mejor limpiamos; mientras más rápido empecemos, más pronto llegamos a casa de Sero para saltar por una ventana.- En cuanto lo escucho comienzo a reír
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Cuando llegamos a casa de Hanta el cansancio nos puede así que al tocar la puerta ignoramos a Pino, uno de los perros de Hanta y el único que muerde. Tiene tres: Pino, el más grande y por ello más loquillo, Lilo que nos tiene miedo, y Nina todo un amor. Quien nos abre no trae muy buena cara y nos lleva sin saludar hasta la sala, parece que no hay nadie en casa más que él y Mina, lo confirmamos al ver que las luces están apagadas, cuando la señora Sero está en casa, las luces siempre se prenden. Además es viernes, los viernes nunca está Nos sentamos en el suelo recargados en el sillón, acaricio a Nina y juego con ella un poco mientras Eijiro pregunta por el humor de perros que tiene Hanta, a lo mejor y sus hijos se lo han pegado
-Últimamente no soporto a mi mamá! Siempre detrás mío como una sombra… y yo ya no aguanto!- Abre las ventanas y saca a los perros al patio, le vemos andar por todos lados mientras Mina saca una torta de su mochila y comemos de ella pero el hambre se va cuando veo a Hanta con un incienso y una caja en mano, se sienta frente a nosotros y toma el encendedor del mueble detrás suyo
-Hanta, para qué es eso?- Me da miedo la respuesta. Se limita con enseñarme la caja de cigarros que pasea por sus manos, puede leerse "Raleigh" en el; con Momo eran "Marlboro", no sé cuál sea mejor. Creo que ninguno
-Estas bromeando, cierto? De dónde la has sacado.- Mina contiene sus ganas de aceptar uno, prometió dejarlos por Eijiro y Dori
Hanta rueda los ojos y pone un poco de música. -Mamá no vendrá hasta las ocho, creo que tengo algo de rompope por ahí.- Mi debilidad, si que sabe donde llegar
