DESCENDIENTES

LA NIEBLA ROJA

-Pero es que debo insistir señor Settrigh, no me parece correcto que un miembro del escuadrón del buey se siga quedando aquí cuando nosotros podemos perfectamente brindarle casa y protección.- Alistar.

-Ali, Ali, tranquilo no hay de qué preocuparse, después de todo nuestros clanes siempre han sido cercanos, al chico le faltan apenas una semana y días para recuperar la mayoría de sus fuerzas y él está bastante cómodo aquí con nosotros, creo no hay necesidad para molestarlo.-

-Aphelios.-

-Mhmm.- Asintió.

-Aphelios?-

-Sip, como dije le gusta ser atendido aquí.-

-Disculpa no quisiera sonar rudo si no doy crédito a tus palabras pero ese muchacho no es de los que se siente cómodo rodeado de gente, desde el principio que te ofreciste a darle atención medica me pareció bastante extraño pero ya que habías sido tu quien lo encontró en ese estado... un estado en el cual no salió del cuartel, deje que pasara unos días en el hospital para darme cuenta que ya no se encontraba ahí y resultaba que el jefe del clan dragón se lo había llevado con él. Lo siguiente que supe es que ese apartamento donde estaba mi muchacho exploto en tu ausencia.- El toro se levantó de su asiento dejando la pequeña taza de té que le había sido ofrecida sobre la mesa. –No sé en que andas, pero hay algo de ti que me huele mal y ha involucrado a nuestro muchacho.-

-Eeeh insinúas que soy un mentiroso o un criminal?- El jefe también se levantó de su asiento tronando sus nudillos para encarar al líder del clan del buey.

-Que tal ambas?- Alistas resoplo con su nariz y pego sus cuernos a los del contrario en lo que ahora parecía una batalla de egos.

-Te estoy esperando. Toro.- Desafío. El vacuno reacciono, pero inmediatamente fue interrumpido.

-Alistar- Se escuchó una suave voz en la habitación.

-Muchacho! Me da tanto gusto verte bien.- El líder del escuadrón se abalanzo contra el menor en un cuidadoso abrazo. –Nos tenías tan preocupados.-

-A mí también me da gusto verte, lamento todo lo que ha sucedido desde ese día, pero...- El peliazulado dirigió una mirada al hijo del dragón. –Sett ha cuidado bien de mí, no tienes nada de qué preocuparte, volveré en un par de días al cuartel aunque sea para disculparme... con todos.-

-No te apures por eso, todos entienden, concéntrate en recuperarte. El festival es en un par de semanas más y aun así tendré que evaluar si estás listo.-

-Realmente espero poder cumplir con mi deber para entonces. Gracias por la oportunidad.- Reverencia. El líder se sorprendió un poco ante la actitud del joven, parecía una persona distinta a quien vio por última vez.

-Está bien, esperaremos ansiosos tu regreso.- Alistar se volteo nuevamente hacia el jefe. –Gracias por cuidarle pero quiero que sepas que aún no confió en tí.- Se despidió para emprender su salida y su regreso al cuartel del buey.

-Oye...- Se acercaba al peliazulado que parecía haber entristecido nuevamente. –Todo bien?-

-No puedo soportar ocultarle la verdad... aunque sea para protegerlos-

-Entiendo. Disculpa que te haya pedido no contar nada sobre La niebla roja o el día en que nos conocimos, pero te prometo que lo arreglare pronto.- El mayor pego su cuernos a los del contrario para tranquilizarlo con "el truco", se le había hecho costumbre hacer eso en los últimos días.

-N... no Sett...Mnnh...-

-Porque no? Te gusta cierto?-

-Haa...no...- No quería decírselo pero desde hace poco tiempo la sensación había cambiado, de ser solo una cálida y tranquila sensación, a una placentera que sentía embriagaba su mente y su cuerpo.