Capitulo V - Preparativos

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Los golpes resonaban en la cabeza de Horacio, no sabía que pasaba, se encontraba en un lugar oscuro intentaba correr, encontrar alguna salida pero no había nada, solo se podían escuchar aquellos golpes que cada vez se hacian más fuertes, fue ahí cuando por fin abrió los ojos, miro a ambos lados, estaba en su habitación, se sentó en su cama mirándose las manos para después levantar la mirada y verse al espejo, estaba pálido y el sudor recorría su rostro, nuevamente los golpes comenzaron a sonar, si no fuera por la voz de aquella persona se hubiera quedado más tiempo ahí sentado y hubiera sido muy desastroso

–Horacio!! Vamos que ya es tarde y debemos preparar todo para la llegada de los príncipes, vamoooos!!–, la voz de su amigo lo saco de su trance, se levantó a toda prisa, "que hora era?!?...mierda lo iban a castigar como se enterasen" pensó Horacio mientras tomaba sus cosas rápidamente y se vestía, lavo su cara para después peinarse, se quedó unos segundos mirándose al espejo, "si que se veía mal" penso para por fin salir con una gran sonrisa corriendo hasta donde les correspondía

–Tienes suerte de tenerme como amigo! – dijo James dejando intrigado a Horacio, pues al decir verdad cuando pasaron junto a los demás sirvientes de mayor rango ningún regaño, ni mirada penetrante mostraron ante el, la risa de aquel chico le hizo desconcertarse más

–que...–, rápidamente fue interrumpido por el contrario –Tan solo he dicho que te levantaste temprano y estabas encargandote de limpiar los chiqueros, por lo que no estabas presente ya que te estabas dando un baño para estar presentable, si preguntas porque lo creyeron, sencillo!, Eso fue lo que hice hoy!– su risa pronto contagió a Horacio quien le dió un pequeño codazo para después pasar su mano sobre su hombro y abalanzarse sobre el –Dioooos no sé que haría sin tiii – dijo golpeando el pecho de este, después de unos cuantas risas más siguieron su rumbo hasta su ala asignada

Horacio mentiría si dijera que estaba mejor, le seguía dando vueltas al asunto, que el rey y Nefar, ellos dos... "La verdad harían hermosa pareja, son tal para cual", pensó nuevamente para soltar un suspiro, estaba mal, se sentía decaído más no del todo ya que en los momentos que no pensaba en Volkov, su mente divagaba con la llegada de El príncipe Gustabo.

El era el encargado de acomodar los aposentos de ambos príncipes junto con la ayuda de su compañero y amigo de guardias y ahora salvador James ,el rápidamente escogio arreglar el cuarto del principe, dejando a su amigo la decoración del cuarto de la princesa Nefar, por lo que con ayuda de otras sirvientas y amas de llaves James se puso en marcha.

Comenzo arreglando las ventanas, las cuales estaban llenas de polvo y telarañas, ese cuarto no se usaba desde hace tiempo por lo que limpiarlo seria algo complicado, más lo mantendría distraído de todas sus preocupaciones y daba gracias a dios por ello, coloco unas hermosas cortinas azul celeste con beige, que daban a juego con la colcha que había puesto en la cama y las cortinas que colgaban de esta, inconsciente mente dejo un jarron con un hermoso ramo de flores silvestres al costado de la cama sobre la mesita de noche y como era costumbre cuando eran niños, un pequeño paquete con golosinas variadas posado en el centro de la cama sobre una de las almohadas, estába algo nervioso sobre el dejarlo o no ya que el príncipe podría ofenderse pero...."Que es lo peor que podría pasar?!?", Pensó soltando un suspiro seguido de una pequeña sonrisa, una vez terminada la habitación del principe este sonrió satisfecho, miro una última vez aquel cuarto para cerrar la puerta, fue corriendo hacia donde se encontraba James y las sirvientas.

Al llegar miro el cuarto de la princesa, sin duda les había quedado hermoso, los juegos de colores entre azul, morado y rosa pastel deslumbraban la habitación, sin contar que a pesar de su recién llegada el ropero contaba con inumerables vestidos de distintas texturas,colores y encajes, esto lo atrapó, los hermosos vestidos, el siempre había pensado "Como se me vería uno de ellos?"... sacudió su cabeza centrándose en lo que venía a hacer, se acercó a James y dándole un pequeño golpe en el costado llamo su atención –Ey, ayer perdí mi reloj, cuando falta para que lleguen?!?–  James río pues no le sorprendía la torpeza al perder las cosas de Horacio, saco su reloj de bolsillo, lo miro y volvió a guardar –Pues ellos llegan a las 12 y justamente son...11:30, ufff justo a tiempo terminamos esta habitación– Horacio asintió para agradecerle y al serciorarse de que ya no tenía ninguna actividad que hacer se retiró

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