Capitulo IV - Luz de Luna

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Ilusión...fui un iluso por creer que porque nuestros cuerpos ahora son uno solo, nuestras almas también podrían serlo, me di cuenta que...estaba muy equivocado

Horacio:

Al escuchar aquellas palabras que salían de la boca del rey, el como me había rechazado y sus manos empujándome fuera de la habitación, me quedé unos momentos parado, mirando el piso, estaba en shock, levanté la mirada y sonreí ampliamente para comenzar a caminar calmadamente por los pasillos, quería soltarlo, llorar, pero no podía arriesgarme a qué alguien me viera de esta forma, que pensarían de mi?...

Su rechazo era algo que yo esperaba, pero sus palabras...si fueran cuchillos yo estuviera muerto en estos momentos, finalmente llegué a la puerta trasera del castillo y para mí suerte era bastante tarde por lo que no me encontré a ningún sirviente o escudero, ya en la puerta la abrí rápidamente para cerrarla con mucha delicadeza, apresar de ya estar fuera de aquel asfixiante lugar seguía teniendo una amplia sonrisa, aunque ahora unas pequeñas lágrimas corrían por mis mejillas.

Camine por un corto rato hasta que finalmente llegué, ese sitio, ese hermoso lugar...mi lugar...

Cómo era costumbre, atravesé una cortina de hojas que estaba formada en la pared de lo que parecía una pequeña montaña, al entrar comencé a caminar a un pequeño recinto, era un lugar especial donde pasaba grandes momentos, dónde me desahogaba, un lugar que me traía paz, alcé mi vista hacia el hermoso cielo nocturno el cual estaba decorando por millones de estrellas y una hermosa luna llena en todo su esplendor, lágrimas aún recorrían mis mejillas "Duele", nuevamente presione mi pecho con mi mano, esa sensación de insuficiencia, cobardía, miedo, decepción, comenzaba a consumir me nuevamente, entre pequeños sollozos comencé a hablarme a mi mismo

–De verdad creías que te correspondería?, De verdad tenías esperanzas?, No recuerdas tu lugar tu posición social?...– comenze a reprocharme entre sollozos como solía hacerlo cuando tenía algún problema, pues está era una forma de recordarme los errores que cometí y lo inútil e iluso que soy, con mi puño comencé a golpear mi pecho mientras me gritaba sacando todo dolor y frustración que en esos momentos desbordaban de mi

–TAN SOLO ERES SU JUGUETE SEXUAL, RECUÉRDALO!, EL JAMAS TE AMARA, DEJA DE ILUSIONARTE, PENSASTE QUE EL TE MIRARÍA DE OTRA FORMA...ERES TAN...TAN!–  inhaló y exhaló tres veces mientras que con una pequeña sonrisa

–..idiota, estúpido, eres un mierdas que no puede ni esconder sus sentimientos...y aún así, quieres ser un "Héroe"...patrañas–  esto último dicho con un hilo de voz mientras intentaba calmar sus sollozos

No sé el porque me hice aquella patética idea que el rey me correspondería. Soy una vergüenza para los escuderos de este reino, no merezco vivir, no merezco seguir aquí

y por si fuera poco a mi mente vino el echo de que el día de mañana llegarían los príncipes al medio día

–Mierda– solté un suspiro pesado al recordar la plática que tuve con el rey sobre su...."Matrimonio", es algo que no tendría que importarme al final de cuentas es su deber como Rey y...tampoco podría ser que el y yo lograramos tener algo, al final de cuentas el necesita un sucesor y no es de menos que la princesa Nefar es una gran mujer, con una extravagante belleza, es educada, lista, fina, tiene un porte que hace que cualquiera se ponga a sus pies...

Ha decir verdad yo jamás conviví con la princesa, ella y Víct-, "El rey!”–, me estoy corrigiendo a mi mismo apresar de estar a solas...–"Patético"– solté con una pequeña risita asqueado. –Porque todo tuvo que acabar así?..porque el rey tenía que haberme echo aquella promesa?, si tan solo yo no fuera tan tonto, no estuviera en esta situación tan desastrosa...– nuevamente suspiré, apresar de que quería dejarle de dar vueltas al asunto, siempre me venía a la mente

– Estúpido y sensual Volkov!– tome una puñado de piedras del suelo y comencé a aventarlas hacia el lago que se encontraba ahí, la vista en esos momentos era hermosa, la luz de la luna se reflejaba en la cristalina agua y las luciérnagas revoloteaban por casi todo el lugar, aquel magnífico paisaje lograba calmar a mi herido corazón, entonces alcé la mirada hacia el hermoso cielo, estaba sentado en un monumento el cual había estado ahí siempre, el cual lo utilizaba como asiento, me recosté en este sin dejar de mirar el cielo alce mi mano intentando alcanzar el hermoso cielo, abriéndola y cerrandola varias veces con una sonrisa – Estrellita donde estas, quiero verte tintillar, por el cielo y por el mar, un diamante de verdad...– una pequeña sonrisa salió de mis labios, aquella canción me hacía recordar unos buenos momentos, de los pocos que logré pasar con mi familia – Estrellita donde estas quiero verte tintillar baje mi mano para ponerla sobre mis ojos, comencé a imaginar cómo sería estar en aquel cielo, como sería tocar cada reluciente estrella, las nubes, intentaba crear aquel lugar donde nada malo pasara, un lugar donde todos fueran felices y nadie resultará lastimado

–Recuerdas Gustabo?...tú me dijiste que cuando fueras rei, ese sueño mío se haría realidad– dije en un pequeño susurro involuntario

Después de pensar varias veces esto último me incorpore para quedarme sentado, mire mis manos y sonreí con emoción

–Mañana llega Gus...– por todo lo que había pasado, se me había olvidado la llegada de quién hasta hace unos años era como mi mejor amigo, – Como me pude olvidar de ello!! Diooos, me seguirá recordando?, El habrá cambiado?, Y si ya no me quiere?...Acaso el, si me ve me ignorara?– comenzaba a soltar preguntas al aire, ha decir verdad el hablar en voz alta me hacía sentir mucho mejor, después de todo me hacía sentir como si alguien me escuchará y aconsejará.

–No Horacio, no pienses de más– me tranquilice a mi mismo mientras me daba unas palmaditas en la espalda, estaba bastante nervioso pues por fin volvería a verlo...tenía miedo, si el no me reconocía? O me ignoraba...

Me levanté dando un salto de aquel altar para estirarme mientras pasaba mis manos sobre mi nuca y sonreía al cielo, – Bueno no sería raro si me ignorara, después de todo yo solo soy un simple escudero – suspiré nuevamente, la verdad me sorprendía como yo mismo me podía hacer tanto daño...–"Ni tu mismo confías en ti"–, dije por última vez para comenzar a salir de aquel sitio para retomar el camino hacia el castillo.

•~•~

Al llegar a este dió un gran suspiro, tomo el picaporte de la puerta y la abrió lentamente, se asomo para verificar que no hubiera nadie, al no ver a nadie entro y rápidamente camino a sus aposentos, por suerte por segunda vez no se había topado con nadie

Al llegar a su cuarto, abrió la puerta para que ya una vez dentro cerrarla con cuidado de no despertar a los que dormían cerca, agotado se aventó a su cama – Por fin podré verte Gus...sea que me ignores o me trates como desconocido...quiero verte– dijo esto último para quedarse dormido con una pequeña sonrisa, olvidando aquel desastroso momento que había pasado hace unas horas.

•~•~•~

"Sin duda un mal de amores puede destrozar hasta la última parte de ti, pero el confort del recuerdo de  un amigo puede ayudarte a olvidarte de ello, aunque sea solo por un momento."

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Si tan solo nuestras clases sociales no fueran distintas...Tu me aceptarías??...

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