Chapter 5

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Kate abrió los ojos, aturdida. Sentía frío, mucho frío. Sólo quería permanecer recostada, relajándose, sintiendo el calor de las mantas sobre su cuerpo. Pero el sonido de su celular la sacaba de sus casillas. Tomó la llamada justo en la última timbrada.

Era Ryan, había un caso.

Se vistió, tomó una taza de café y salió como quien huye de la tentación, encontrándose con una fina capa de nieve comenzando a cubrir las calles. Sintió como el frío se le colaba por los huesos, dándole esa sensación de que se le quebrarían los nudillos en cualquier segundo. Deseó llevar un saco más grueso y un par de guantes.

Sabía que estaba tarde, pero no pudo contenerse al ver un pequeño cafetín - de esos que abren las veinticuatro horas - en el camino. Bajó, pidió el mismo café de siempre y volvió al auto.

Quiso tomarlo en el camino, pero no había tráfico que la hiciera parar y los semáforos parecían coordinar entre ellos para no ponerse en rojo cuando ella pasaba. Claramente eran las 5 de la madrugada.

Intentó maniobrar y tomar un sorbo sin tener que estacionarse. Le salió bastante bien. Entonces decidió intentarlo de nuevo; fue entonces que un coche con el volumen al tope atravesó la calle secante por la que pasaba y tuvo que frenar en seco.

Mierda. El café se le había caído encima. Y aún peor, ya no tenía tiempo para regresar y cambiarse el pantalón.

Maldijo, y con esa molestia, condujo hasta la escena del crimen: una librería cercana al Central Park.

Llegó e ignorando las miradas y burlas de sus compañeros debido a su atuendo arruinado, pasó a observar la escena del crimen.

- Veinticinco años - dijo Lanie, anteponiendose a su regular pregunta, pero Kate no la escuchaba. Estaba con la mirada fija sobre el pecho de la víctima. En sí, lo que había captado en sí la atención de la detective era el libro que el cadáver tenía abierto sobre el pecho. Storm Fall.

- Lanie… ¿Estaba el libro ahí originalmente?

La forense la miró con cara de obviedad.

- Claro que sí, Kate. Ni que me hubiese puesto a leer en medio de la inspección - se dirigió con sarcasmo y, ante la mirada que su amiga le dedicó, decidió agregar: - De las dos, tú eres la fan.

Rick no había podido dormir bien, se había pasado la noche pensando en que tenía que entregar un nuevo manuscrito y no tenía ni una miserable línea. Ya no quería tampoco hacer secuelas de sus novelas anteriores. Nada de Derrick Storm ni Clara Strike. La verdad era que Rick Castle estaba necesitado de algo nuevo, algo impredecible.

Entonces pensó en un detective duro, forajido, que no tuviera miedo de pasar encima de quien sea. Un personaje con carácter.

Escribió un par de líneas ni bien tomó el ordenador. Las borró al darles una leída.

Sonaba muy cliché.

Pensó durante media hora más, pero no había inspiración. Y sin inspiración no importaba cuánto lo intentase, no iba a poder escribir algo. Ni siquiera algo decente.

Decidió ver televisión, ya le había funcionado antes, un par de veces.

Hizo zapping, y cuando estuvo a punto de darse por vencido, se detuvo al ver que estaban pasando "Orgullo y Prejuicio" en un canal del cable.

Ya había visto esa película, y fue en ese instante en que se dio cuenta que necesitaba un personaje como Elizabeth Bennet. Un personaje complicado, con conflictos internos, diferente. Especial. Frustrante pero extraordinario.

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2015 ⏰

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