Capítulo 3

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Yerin

Después de darme el baño y arreglarme un poco fui con Alejandra.
Al llegar a la cocina ella estaba cocinando.

- ¿Qué cocinas? - puse mi mano en su hombro.

- Huevos - sonrió dulce.

Después que terminará de cocinar, su madre llegó. Alejandra le explicó todo a su madre, la cual sólo me sonrió y dijo que podía contar con ella.

Después de cenar cada una se fue a una habitación a dormir. Después de horas logre conciliar el sueño.

~

Desperté un sábado por la mañana, al no estar en mi casa me dirigí al armario de Alejandra. Tome prendas que ella no usaba seguido, era común entre nosotras compartir ropa. Bajé a la cocina y encontré a Alejandra lista para salir.

- ¿Quieres ir con tus padres ahora o esperamos a la tarde? - dijo acercándose a mí.

- En la tarde, es mejor darles más tiempo para calmarse - trate de sonreír, pero fue imposible.

- Bueno, como tú quieras. Por Ahora desayunemos, mamá dejó panqueques hechos - sonrió y empezó a caminar hacia la mesa.

Gracias a mi falta de apetito en ese momento, no comí demasiado, ni siquiera lo que como usualmente.

- No me gusta verte así, ¿vamos a un centro comercial? – Alejandra ofreció, en un intento realmente obvio de subir mi estado de ánimo.

- Está bien, vamos al centro comercial – ella sonrió sujetando mi mano – Pero a las 5 tenemos que estar en casa de mis padres.

- Bien, a las 5, ni un minuto más, ni un minuto menos – dijo ella mientras posaba como militar recibiendo ordenes, logrando que soltara una risita.

~

Ya en el centro comercial Alejandra pensó que sería bueno remodelar todo su armario, desde faldas hasta botas.

Pasamos mucho tiempo viendo ropa, zapatos, bolsos. A diferencia de Alejandra yo opte por ver los productos y no comprar nada, solo acompañarla a ella.

Después de una larga mañana acompañando a Alejandra de una tienda a otra llego la hora de ir con mis padres. Tanto la chica a mi lado como yo estábamos nerviosas sobre la reacción de mis padres al verme.

Alejandra

Al llegar note a Yerin demasiado tensa – Tranquila, todo va a salir bien – intente animarla.

Bajamos del auto y toqué el timbre de la casa, pasaron 5 minutos sin que nadie nos abriera, así que volví a tocar.

-Que raro, no hay nadie aquí - la madre de Yerin nos estaba ignorando, voltee a ver a Yarin, ya estaba llorando - ¡Ohh! Que ciega soy, si hay alguien.

Yerin levanto la mirada con la esperanza de ser recibida en su hogar, aunque no fue así.

- Ten tu maleta, no te quiero volver a ver en esta casa, olvida que tienes padres, o que alguna vez nos conociste. Estas muerta para nosotros - habló su padre, el cual apareció detrás de su esposa con una maleta en mano.

- Sé que hice mal, traicioné su confianza. Soy consciente de que nunca tuve que haber ido a esa fiesta, perdón. Por favor, no hagan esto – Dijo Yerin tratando de sujetar la mano de su madre.

- ¿Sabes algo? Ayer te di la oportunidad de acabar con todo esto, solo tenías que deshacerte del feto que llevas dentro y asunto resuelto, pero no lo hiciste. Tu sola te colocaste en esta situación, solamente tu eres la culpable - su madre le arrebato la maleta a su esposo para empujar a Yerin con esta y cerrarnos la puerta.

Yerin callo al suelo gracias al empujón de su madre. Sin ponerse de pie siguió llorando frente a la puerta de sus padres, yo lo único que pude hacer fue abrazarla y esperar a que su llanto cesara. Una vez esto paso la ayude con su maleta y emprendimos camino hacia mi casa.

~

Yerin

Había pasado un mes desde que mis padres me rechazaron como hija. Las clases habían terminado y la probabilidad de que no estudiara el año siguiente era alta. El embarazo iba bien según el doctor, el bebé estaba sano y si seguía así nacería sin ninguna dificultad.

Por dos semanas había estado vivido gracias a Alejandra y su madre, por lo que decidí comenzar a trabajar medio tiempo, con la excusa de que salía a caminar para distraerme. Trabajaba de camarera en la mañana y luego volvía a casa de Alejandra para hacer los que haceres de la casa.

La preocupación de mi ciclo escolar me ha estado atormentando, la madre de Alejandra me ha repetido en muchas ocasiones que a pesar del bebé tengo que estudiar para poder mantenerme a mi y al bebé en un futuro.

Paso los días intentando ocupar mi mente, aunque realmente no quiero hacer nada, solo quiero estar sola en una habitación llorando hasta no poder más, sin embargo, no me permito hacerlo.

habíamos llegado a pensar que mis padres estarían de mejor humor en un tiempo, pero no fue así

Estábamos con Alejandra y su madre caminando por un parque, vi a 2 personas parecidas a mis padres, pero no podían ser ellos, había un niño con ellos.

-Espérenme, ahora vuelvo - sonreí en dirección a mis acompañantes las cuales sólo asistieron con la cabeza.

Me acerque a la pareja con la esperanza de haber visto mal, pero no fue así. Después de una semana de haberme echado de casa mis padres habían adoptado a un bebé, ¿tan rápido se habían olvidado de mí?

Al ver que se acercaban a mi escondite corrí en busca de Alejandra.

- Yeri, ¿qué te paso? – Alejandra poso su brazo en mi acariciando la zona mientras que a mí lo único que se me ocurría hacer era llorar.

- Nena que te paso, vamos dilo - su madre dijo en voz dulce.

Les hice un movimiento con la cabeza para que me siguieran, ellas entendieron.

Al llegar al lugar donde mis padres se encontraban ambas me abrazaron.

¿Por qué a veces las cosas solo parecen empeorar a cada segundo? Hace un mes tenía una vida soñada, padres amorosos, una amiga leal. Todo había acabado. Todas las historias encuentran su luz al final del túnel y yo me preguntaba, ¿dónde estaba la mía? La respuesta era fácil, no tenía.

Alejandra

Después de lo que pasó en el parque, Yerin empeoro. Solo salía de su habitación en la mañana para "caminar" y hacer el que hacer de la casa. Tanto mi madre como yo sabemos que no va a caminar, va a trabajar en una cafetería cerca de la casa, sin embargo, es algo que la hace salir y tememos que al enterarnos ella deje de ir.

Verla así me hace recordar cuando mi padre falleció, yo era igual y por eso mismo no quiero que llegue a autolesionarse como yo lo hice, quiero ayudarla.

Samanta

Estábamos en la sala de estar con Alejandra, escuchábamos los sollozos de Yerin, pero ambas sabíamos que si intentábamos acercarnos a su habitación ella no contestaría o diría que está bien.

- Mamá, ¿qué más podemos hacer? - a mi hija se le rompió la voz - ya no sé qué más hacer para ayudar. Ha dejado de comer, casi no sale de su habitación, llora todo el tiempo. Tengo miedo de que algo malo le pase.

- Ale, Yerin es una chica fuerte, más de lo que creemos. Se que en este momento parece que no hay salida, pero siempre la hay. Tenemos que estar con Yerin, mas no podemos obligarla a acercarse – toma las manos de mi hija para llevarla a la cocina – lo que podemos hacer ahora es la cena y subirla hasta su habitación, ¿sí? – Alejandra limpio sus lágrimas y sonrió con entusiasmo.

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Capítulo editado.

Se aceptan correcciones.

Luz al final del túnel (FINALIZADA) (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora