Cambios.
Esa palabra me la repiten demasiado y sin embargo no se vuelve parte de mi vida. No puedo cambiar, aunque tampoco sé si lo he intentado lo suficiente; es tedioso pensar que para caerle bien a la gente necesitas ser otra persona, otra que ellos sí acepten.
A veces me pregunto qué clase de persona quieren que sea, ¿Tal vez un futbolista estrella? ¿Un cantante perfecto? ¿Algún tipo de chico académico que siempre obtiene las mejores notas? Usualmente quieren que que sea algo totalmente opuesto a lo que soy ahora. Muchas personas me piden cambiar, muchas más de las que podría contar con mis dedos solamente. Parece que estoy defectuoso y que ellos no pueden vivir sabiendo que hay algo dañado en el mundo. Quieren repararme a su gusto.
Cada problema tiene una causa, a veces la causa es inclusive peor que el mismo problema. En mi caso, mi grave adicción con las drogas tiene muchas causas que al final se unen una gran nube oscura que levita sobre mi cabeza. Desde los trece años trato de buscar la punta del hilo para desatar el nudo pero ni siquiera puedo hacer eso bien.
¡WOW! ¡Soy incluso más inútil de lo que pensaba!
¿Cuesta tanto sentirte suficiente para seguir respirando? Últimamente mis ganas de morir se incrementaron, hasta hacerme fumar tanto que pierdo la noción del tiempo y de lo que tengo que hacer en todo el día. He faltado a algunas clases y a las únicas a las que asisto, él está allí. No me mira pero creo que se ha dado cuenta de que lo observo demasiado; es casi automático, en cuanto llega mi atención sólo se centra en él.
Me es casi imposible tratar de desviar la mirada, Thomas Lockwood parece una divertida cajita de misterios teñida de negro.
He dudado muchas veces en cuanto lo tengo cerca, mi sistema de defensa se descompone y tardo mucho más en entender la situación si alguien me habla. Me siento como un estúpido cuando me dedico a detallar cada parte de un chico que ni siquiera se da cuenta de mi presencia; no puedo dejar de preguntarme cómo sería hablar con él, ¿Le caería bien mi forma de ser o me mandaría directamente a la mierda sin siquiera preguntar mi nombre?
Thomas está tan cerca de mí pero al mismo tiempo tan lejos que se siente un poco exasperante.
Lo más cerca que he estado de escuchar su voz es cuando pasan la lista de asistencia y él levanta su mano para contestar "Presente" y demonios, me gusta demasiado en cuanto lo hace. No sé qué es lo que pienso de Lockwood, pero entre menos interés pone sobre el mundo más me llama la atención, quizá porque a veces me imagino cómo sería ser su amigo y contarle las estupideces que hice al estar drogado.
Sueño tanto con querer hablarle y en la realidad ni siquiera soy capaz de pronunciar una jodida palabra cuando está cerca. ¿Por pena? ¿Por miedo a que me termine rechazando al considerarme un bueno para nada? Sueño demasiado y sigo soñando porque sé que hay probabilidades de que si lo llego a intentar sólo me va a querer cambiar como los demás.
Es extraño, muy callado y simplemente tiene una chispa en sus jodidos ojos cafés que me hace querer conocerlo, agradarle, que me mire y me diga que me considera parte de su vida y no sólo el muchacho del puesto de la izquierda. Pero al final me rehuso a querer intentarlo, porque al mirarlo y detallarlo sin que me note realmente no corro el riesgo de alejarlo gracias a mis vicios.
Maldita sea, realmente estoy muy interesado en Thomas Lockwood...
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Adicción
Teen FictionTodos somos adictos a algo: Al celular, al chocolate, a sus labios... Y otros tan solo somos adictos al alcohol, a los cigarrillos; y en el caso de Ian, a las drogas. Una adicción a la cual es fácil entrar, pero muy difícil salir. Aunque hará el in...