Capitulo 3: El pasillo

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La cena dio comienzo, yo estaba junto a Carlos y frente de mi estaba mi primo. Hablábamos animadamente, cuando alguien me tocó el hombro. Me gire y vi como unos ojos marrones se posaban en mi cara. Era una chica de complexión pequeña y con cabellos castaño oscuro y muy rizados. En su camisa llevaba el emblema de la escuela de magia de Hogwarts.

-Disculpa, creo que se te ha caído esto- señalando la bufanda que había en el suelo.

La recogió y me la entregó delicadamente. Justo detrás de mi, escuche una risa con un tono de desagrado y al volverme, me volví a encontrar con aquellos ojos.

-Quita de mi camino, sangre sucia- dijo arrastrando las palabras.

-Malfoy- contestó aquella chica de cabellos revueltos- deja de darte aires de superioridad, no asustas a nadie.

-Que as dicho asquerosa s...-pero aquellas palabras me ardieron por dentro y no pude evitar levantarme y ponerme frente a él.

-¿De qué vas?-le espete bastante enfadada

-Oh...aquí otra sangre sucia- contestó acercándose hacia mí- ten cuidado cuando estés en la oscuridad, nunca sabes quien puede agarrarte y destruirte.

Aquellas palabras me dejaron helada, no pude reaccionar, pero en aquel momento llegó un chico alto y pelirrojo, que le espetó a Malfoy que se fuera de allí.

-¿Estás bien Hermione?-pregunto aquel chico.

-Si Ron, ya conoces a Draco- le dijo mientras le daba unas palmaditas a Ron en la espalda.

-No le hagas caso a ese chico, y sobre todo no te acerques demasiado a él- me aconsejó la chica.

Los vi irse juntos, dirigiéndose a la mesa con sus otros compañeros de escuela.

-¿Qué te ha dicho es tipo raro del pelo pollo?- quiso saber Carlos acercándose a mí.

-No lo sé-mentí- no lo pude entender...

Volvimos a la mesa y terminamos de cenar, mi cabeza aún seguía pensando en aquellas palabras, pero...¿a qué se refería con la oscuridad? y ¿por qué tendría que destruirme?.

No entendía nada.

Nos disponíamos a volver a los dormitorios, cuando Amanda me cogió del brazo y tiró de mi, apartándome de Carlos, Miguel y los demás. Con gesto de súplica, me dijo que fuera con ella.

-Muchachos luego os veo en la sala común- Grite

La seguí por el pasillo dirección a los baños. Cuando llegamos allí, Amanda me soltó.

-¿Pero qué pasa?- le pregunté extrañada.

-Bueno...es que...como tu y Carlos os lleváis tan bien, quería saber si ha dicho algo sobre mi..o...-contesto tímidamente ella.

-Hablar de ti Carlos, ¿Por qué?¿ ha pasado algo....?- la miré y vi que estaba totalmente roja, sus mejillas parecían fuego y entonces lo entendí.- No me digas que tu y el....-reí dándole un codazo.

-Ahhhh....bueno...si....tuvimos un rollo este verano en la playa...pero desde entonces, no hemos vuelto a hablar- dijo Amanda

-Pues ve a por él, no esperes que él de el siguiente paso, además Carlos es demasiado despistado para pillar las cosas- le dije sonriendo.

-Eso haré- contestó en tono de confianza.

Vi como Amanda se iba de los baños, yo aun necesitaba lavarme las manos. Cuando terminé, salí a aquel pasillo, nunca me había fijado lo oscuro y largo que era aquel lugar.

Caminaba con la varita en la mano para iluminar el camino, gire a la izquierda y de repente, sentí que alguien me agarraba de la mano. Sentí como mi espalda golpeaba la piedra fría de la pared, y sin casi darme cuenta, otra mano agarraba mi cuello.

-Te dije que tuvieras cuidado cuando anduvieras por la oscuridad- dijo una voz familiar

-Dra.....co- balbuceé como pude. Elevé mi mano libre con la que sujetaba la varita, hacia el rostro de él y pude ver sus ojos azules mirándome. Su mirada era profunda, oscura, fría y malvada.

Colocó su pierna, entre mis piernas y presionó. Solté un gemido, que hizo que mi rostro se ruborizara.

-Ya veo, entonces te gustan este tipo de juegos sucios-río sin apartar la mirada.

-Suéltame- le grité- ¿Qué quieres de mi?

Apretó aun mas mi cuello, se me escapó la varita de la mano y cayó al suelo. Intenté zafarme de él. Todo estaba oscuro. Sentí, su respiración a un solo palmo de mi rostro, sus labios se deslizaron suavemente por mi cuello, me soltó el cuello y me agarró por la camisa, desabrochándomela.

-Maldita sangre sucia- me espetó- juro que te destruiré ...y por fin podré ser libre.

Aquellas últimas palabras dichas en un susurro, se me grabaron en mi mente. Aquello, dicho en aquel tono de tristeza tan profunda, me dejó paralizada.

A lo lejos una luz se empezó a vislumbrar junto con una voz.

-¿Quién anda ahí?

Sentí como me soltaba la camisa y se apartaba de mi lado. Oí como sus pasos se alejaban de mí, aun en shock, conseguí abrocharme la camisa. Cogí la varita y con el hechizo lumos, hice que mi varita volviera a iluminarse.

-Soy María, estaba en el baño y vuelvo a mi dormitorio.- conteste apuradamente.

-Esta bien, te acompaño hasta allí- dijo aquella voz de lejos.

Cuando me acerque, vi que era el conserje de la escuela, que iba comprobando que no hubiera nadie fuera de las habitaciones a deshora.

Me dejó en la entrada de la sala común y cuando entre, mi primo me esperaba.

-¿Dónde estabas?- preguntó extrañado.

-Me entretuve en el baño-mentí.

-Pero....-no le deje acabar la frase y le solté sonriendo:

-Cosas de chicas.

Lo vi alejarse a su habitación, algo colorado, lo seguí hasta mi habitación. Entre y me apoyé en la puerta.

¿Qué es lo que había pasado hoy?

El Jueves próximo capitulo 🌹

Sangre SuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora