Tambores de guerra

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En la región  costera de Zham'xe en el continente de Portara, había un aire de incomodidad enorme.

Hace algún tiempo hubo una nueva escaramuza con las tribus espiritistas de Asuadan, sin embargo, había pasado un tiempo desde la ultima batalla contra estos.

La batalla más reciente ocurrió hacia un par de semanas, en esta batalla un total de cincuenta naves de los enanos de asuadan fueron hundidas por solo diez naves de los Kitsunes.

Y ahora recientemente aparecían en el horizonte de nuevo los barcos de Asuadan, una vista normal para los Portarinanos de este puerto, aunque mucho para su sorpresa estaban atacando de noche... 

Los rumores de que un grupo de Asuadianos habían logrado llegar a la sagrada ciudad de Corixinig, la capital de todo el continente y de la religión ortodoxa.

Este puerto era famosamente conocido como "El terror de los herejes", pues aquí es donde la gloriosa Armada de Portrara pasaba la mayor parte del tiempo.

Para poner en contexto el poderío bélico de la armada de portrara, debemos de hablar de calidad y experiencia...

O bien, mejor ponemos un ejemplo directo, la flotilla enemiga esta apareciendo en el horizonte, así que, ¿por qué no mejor ver la acción directamente en vez de explicarla?

― Capitán, asuadianos ―  En el puerto los soldados comenzaban a movilizarse, el lugar no era ni de cerca tan majestuoso como la capital, pero tenía un aire noble, con edificios de mármol y constantes estatuas de dragones, la figura con la que los refinados asociaban a su creador ―  ¿Cuántas naves son hermano?

―  Creemos que esta es otra de las muchas flotillas de exploración que envían, al parecer no se rinden ―  Dijo el soldado acercándose a su superior, el soldado en cuestión era un elfo joven, de unos aparentes trece o catorce años, llevando una armadura de cota de malla de color marfil, un escudo colgando en su espalda, una daga en su cadera y un arco en su hombro izquierdo, apenas se acercó a su superior se arrodillo frente a él dándole el reporte ―  Según los reportes del hermano Zel, esta flotilla es de unos diez barcos, pero hemos enviado avisos al resto de la flota estacionada en el litoral por si alguna nave enemiga aparece por sorpresa.

― Entendido hermano Xel―  Contestó el superior, él era un hombre en sus veinte años al parecer, de su espalda baja salían un par de colas de zorro que ocupaban un gran tamaño, como el resto de su especie en Portrara, el era un kitsune refinado, así que se veía hermoso y joven a partes iguales, con una belleza tan delicada que hasta parecía femenina en ocasiones, su cuerpo estaba cubierto por una armadura blanca que le daba un aspecto de pureza y nobleza, con una capa azul claro que ondulaba por el viento nocturno, sus orejas de zorro eran blancas como la nieve y constantemente se movían de un lado a otro escuchando todo a su alrededor con gran atención. ― Iremos en unas diez naves, no abriremos fuego salvo que recibamos ataques primero, derramar sangre de forma innecesaria no llevara a nada.

― Entendido hermano  Shen ― El joven elfo se levanto, erguido mediría un metro treinta, comparado con el kitsune de un metro setenta resultaba bastante pequeño, sin embargo, habló sin miedo para hacerle una pregunta ― Hermano Shen, una ultima cosa.

― Dime hermano Xel ―  El kitsune contestó a su subordinado mientras que el resto de soldados se dirigían hacia sus barcos y puestos de defensa ―  ¿Por qué insiste en... ser tan pacifico con los bárbaros?

― Asuadianos hermano ―  Corrigió el veinteañero ―  Si algo me enseño el campo de batalla es que ahí uno sufre mucho más de lo que gana, esos pobres hombres y mujeres de Asuadan viven el infierno mismo en su tierra, son criados para vivir de la batalla y de la muerte ajena, para esas pobres almas, la paz es un regalo, y nosotros que hemos sido bendecidos por el gran creador con la paz, tenemos la misión de por lo menos darles ese regalo cada que ellos vengan.

Si al morir dibujé un dragón...  ¿Al renacer puedo ser uno?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora