Creo que no debí escaparme...

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Era un día común y corriente, y por ende bastante aburrido.

Seguramente te preguntaras con quien estoy hablando ¿no?, pues bueno obviamente estoy hablando contigo, si te sientes incomodo puedo dejar de hacerlo, pero para ello primero necesito que respondas si te gusta o no.

Siguiendo con mi historia, mi nombre es Hilbert y era un estudiante común y corriente de secundaria, hago énfasis en el "era", porque ahora estoy a unos cuantos días de volverme un estudiante de preparatoria. Lo cual solo significa una cosa, dentro no poco no volveré a ver a mis compañeros de toda la vida así que decidimos hacer algo en estos últimos días.

Hoy es viernes, así que estamos a nada de entrar en nuestra "vacaciones" las cuales solo duraran unos cuantos días debido al infame "proceso de adaptación" el cual es básicamente un "Mando tus vacaciones a la mierda solo para que entres a clase más rápidamente y te pueda cobrar la cuota escolar antes de lo que debería ser".

Naturalmente esto no nos pareció para nada justo así que todos los varones del curso decidimos hacer un trato. Todos y cada uno de nosotros trabajaría para conseguir fugarnos de la escuela durante todo lo largo de la ultima semana de clases, nuestra única preocupación había sido que sospecharan por la enorme cantidad de fugados.

Pero eso no es nada que unas cuantas justificaciones medicas falsas y mi habilidad para falsificar firmas no pudieran solucionar.

Excepto por cierto idiota que organizo la primera fuga. Déjenme los pongo en contexto...

Lunes 21 de agosto del 2019:

Ahí estaba yo, el muchacho del frente de la segunda fila, como todo buen compañero me encontraba protegiendo a una de mis amigas de ser brutalmente regañada por el maestro más temible de la escuela.

Ahí estaba yo, el muchacho del frente de la segunda fila, como todo buen compañero me encontraba protegiendo a una de mis amigas de ser brutalmente regañada por el maestro más temible de la escuela

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―Deberías estar agradecida... ―Murmure lo más bajo que pude.

Como era de esperarse de esto el maestro terminó por enterarse y darme una regañiza sin ningún igual ocasionando que recibiera una cantidad de miradas de lastima como nunca había recibido.

Y ya que estamos hablando de mí supongo que seria bueno describirme.

Como ya sabes mi nombre es Hilbert, no me considero alto ya que mido aproximadamente un metro setenta, mi cabello es color castaño rojizo y el tono de mi piel es bastante estándar, ya que no soy un paliducho como esos que aparecen en los animes, pero tampoco soy una pieza de la noche que anda por ahí suelta. Simplemente soy un termino medio.

Regresando a este día fue precisamente después de que el maestro se retirara y comenzara el descanso escolar que ocurrió la planeación y posterior ejecución del plan de fuga.

Me encontraba tranquilamente dibujando en una de las bancas de los pasillos cuando observe un cierto fenómeno que nunca antes había ocurrido, todos y cada uno de los varones de mi curso se encontraban juntos y caminando en dirección mía.

Si al morir dibujé un dragón...  ¿Al renacer puedo ser uno?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora