El instinto es una cosa bastante curiosa, al menos para aquellos que no lo poseen, pero aquellos que poseen instinto no pueden ir en su contra, no pueden luchar contra su instinto porque este es lo único que conocen es su forma de responder y relacionarse con todo lo existente.
Sin embargo, si una criatura que posee conciencia desarrolla un instinto normalmente sería capaz de suprimirlo, pero en ciertas situaciones este simplemente será demasiado fuerte para su consciencia.
En este momento Hilbert se encontraba en una situación similar, algo que pocos sabía era el hecho de que no le gusta ser llamado cobarde, ni siquiera por una broma o juego, el simplemente no tolera eso, tampoco le agrada que sus amigos le digan cosas hirientes de igual modo que lo anterior ni siquiera en broma.
Y ahora este ser, este "monstruo" acaba de llamarlo cobarde y más aún con la voz de su mejor amigo, esto combinado con el fuerte instinto que ahora a desarrollado es una receta perfecta para el desastre.
— ¡Venga niño! — Grito de nuevo el monstruo — ¡Ven a tu muerte!
Hilbert no era el tipo de persona que se lanzaría a una pelea solo por un insulto o dos, sin embargo, si que se enfadaría, por eso su consciencia no pudo detener a su instinto el cual solo le dio dos opciones, "Correr" o "luchar" y debido a su enojo Hilbert decidió escoger la segunda.
(Nota: No soy muy bueno describiendo peleas pero daré lo mejor de mí, si no les gustó la pelea o tienen sugerencias pueden decirlo sin miedo en los comentarios)
— ¡Que así sea! — Respondió Hilbert antes de impulsarse y rápidamente acortar la distancia entre ambos monstruos.
Con un potente rugido Hilbert se lanzó a la batalla siendo completamente controlado por el instinto y descuidando por completo sus defensas, mientras preparaba las garras de sus patas para así atacar el rostro de su rival con la fuerza que el vuelo le otorgaría.
Dándose cuenta de esto el monstruo procedió rugir e impulsándose con sus patas traseras se lanzó hacia el joven dragón listo para atacarle.
Conforme la distancia se reducía ambos extendieron sus patas para impactarse el uno al otro.
Hilbert extendió sus garras de una forma similar a un águila mientras que el monstruo de la planicie alzó sus patas delanteras para contrarrestar el ataque de hilbert.
Cuando ambos seres impactaron el choque generó una pequeña onda sonica la cual arrojo al aire todo lo que se encontraba cerca, destruyendo así una buena parte de la zona sur del bosque.
Para cuando la onda llegó a la aldea Yumaini esta se encontraba muy debilitada así que estos no sufrieron daño alguno, sin embargo, las creaciones más recientes se encontraban asustadas, los yumaini tampoco estaban tranquilos, después de todo su creador nunca se había comportado de esa forma.
Pero, el miedo no afecto a todos de forma igual, tanto Gao long como la líder de las hadas y el alfa de los monstruos se vieron estimulados por este.
Mientras tanto ambos gigantes mantenían un choque de fuerza, el monstruo terrestre usaba sus garras para intentar lanzar a Hilbert al suelo, mientras que el dragón aleteaba con fuerza para intentar levantar a su rival.
Tras unos momentos de forcejeo ambos seres aumentaron la fuerza del choque, ninguno tenía intención de perder, enroscando sus enormes colas en torno a las patas traseras de su oponente hilbert consiguió hacer que este perdiera el equilibrio forzándolo así a soltar sus patas, rápidamente desenroscando sus colas e impulsándose hacia el aire sobrevolando alrededor de su rival utilizando sus cabezas para buscar puntos débiles.
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Si al morir dibujé un dragón... ¿Al renacer puedo ser uno?
FantasiPues, en este pequeño Isekai veremos la historia del joven Hilbert, un muchacho común y corriente el cual debido a cierto accidente con un "amigo" suyo termina por morir después de dibujar un dragón, sin embargo, este ignoraba por completo que su v...