Pensé que ya había actualizado. Lamento la demora.
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La guerra entre el imperio Álvarez y el Reino pergrande estalló.
El resto de reinos cerro sus fronteras y mando a su ejercito por si otros se aprovechaban de esto y atacaban.
2 dias pasaron después de que la guerra entre estos grandes estalló. espaldas del Ejército del imperio de Álvarez habían un gran número de personas muertas. Todos ellos habían sido militares de este continente.
Ajeel: end-sama? *miro a su emperador que caminaba en círculos y apoyaba su mano en su mentón*
Todo el Ejército del pelirosa lo miraba con confusión e intriga. Natsu estaba sumido en sus pensamientos, mientras en su mente se dibujaba una y otra vez la despedida que tuvo con su harem. Pero, más pensaba la frialdad con la que kagura lo despidió. Dejando que su imaginación vuele se planteó miles de escenarios en los que ella lo dejo de amar o tal vez lo engañaba.
De repente natsu se detuvo, su ejercito rápidamente saco unos escudos e hicieron una formación en círculo. El demonio rugio y sus llamas salieron en forma de explosión, calcinando todo a la redonda.
Luego de unos segundos el Ejército bajo los escudos y observaron el gran cráter sobre el que el rey emperador flotaba.
Natsu: maldición. *suspiro flamas* Estoy en una guerra y no dejo de pensar en mis amadas.
Ajeel: emperador. *E.N.D le dirigió la mirada haciendo que sus nervios aumenten* sucede algo?
Natsu: ahhh, creo que una de mis mujeres me es infiel.
Ajeel: bueno... *no sabía que responder* podría ser porque le da mas tiempo a las demás y la deja de lado.
Natsu: no. Me aseguró de darle el mismo tiempo a todas y hacerlas sentir especiales.
Antes de que la conversación siguiera varios poderes mágicos aparecieron. Álvarez volteo y observaron a un gran Ejército que venía a toda velocidad, alzando sus espadas y soltando un grito de batalla.
Natsu dejo de lado su preocupación y sonrio de lado por su lado demoníaco que estaba ansioso de matar.
Natsu: vengan.
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En lo más alto del Ejército de pergrande estaba el rey de estas tierras, observando como ambos ejércitos luchaban a muerte.
De pronto a su lado se posicionó una mujer con una espada en mano.
Hiroki: mata al demonio. *miro a la chica que asintio y pego un gran salto*
El rey de pergrande sonrio mientras sacaba una caja y al abrirla su sonrisa se ensancho más.
