Phi

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el horario de clases transcurría normal, todos los alumnos estaban en sus aulas excepto uno, un castaño que lloraba amargamente en los baños, sus ojos para ese punto ya estaban hinchados de tanto llorar.

Tenía entre sus manos una cajita de pañuelos, en ese momento le resultaban muy útiles.

Sujetaba con fuerza sus piernas mantenimiento su cabeza entré estás, solo se escuchaban sus sollozos y el nulo sonido de sus lágrimas caer al suelo.

Su mirada estaba fija en la pared, su pecho dolía demasiado, entonces ¿Así se sentía el desamor?, Era realmente una experiencia horrible.

De la nada unos pasos de alguien entrando a los baños se hicieron presentes, aiga ni siquiera lo notó, después el sonido de alguien tocándo la puerta.

- ¿Se encuentra bien?- pregunto un álumno preocupado desde el otro lado de la puerta, su voz era varonil, gruesa pero un poco provocativa.

Aiga no contestó nada, solo siguió ahí, undiendose en su miseria.

- si hay algo en lo que pueda ayudar - se escuchó del otro lado de la puerta -

Aiga dio un suspiro resignado, al final de cuentas sabiendo que no arreglaría nada llorando y escondiendose allí.

Él castaño se puso de pie arreglando un poco el desastre que era, limpió sus lágrimas para finalmente abrir la puerta.

Sus ojos jasper se abrieron con sorpresa al ver frente a el a la persona que menos esperaba, alguien que jamás se preocuparía por el ni siquiera un poco.

-¿Phi?-

- Así que eras tú - en la voz de el albino se escuchaba que estaba también asombrado - bueno, por lo menos podrías decirme que te paso para que estés así-

- porque te importa, no siquiera somos amigos -

- talvez, pero aunque no lo parezca me importa y mucho -

Aquellas palabras hicieron sonreír al menor, si bien era cierto que phi no era Amigo de suyo pero saber que tras esa mascara de odió había una persona buena(?), Eso lo hacía sentir feliz.

- es más, te invito a almorzar, al menos para que te sientas mejor, y después...no se, podría invitarte un helado, he visto que siempre los que se deprimen comen demasiado helado - habló phi

Ésas palabras hicieron reír a aiga.

- si tu pagás - respondió aiga un poco burlón.

- solo no te aparezcas tarde, te estaré esperando en la cafetería en cuanto inicie el receso - finalizo el albino para retirarse.

Aiga mantuvo la mirada en el hasta que se marchó, en verdad le alegraba ver ese lado del mayor, tal vez no era tan malo después de todo ¿Cierto?.

Las clases continuaron hasta que el tan esperado receso llegó, Aiger solo se había perdido una clase (la de matemáticas) que de todos modos no le gustaban para nada las ecuaciones.

Entró a la cafetería, buscó con la mirada al mayor, pero no lo vió por ningún lado, ¿Y si phi solo le mintió? Era una posibilidad pero hubo algo que a lo lejos vió, algo que le dolío muchísimo más, su corazón se estrujó y ardió dolorosamente al ver en una mesa a valt y shu platicando animadamente y almorzando.

"Solo Te esta tratando como a otro mas de sus amigos." Las palabras de Fubuki se repetían en su cabeza y se clavaban como dagas en su corazón.

Estaba temblando, quería irse lejos, muy lejos, estaba a punto de hacerlo pero una Mano en su hombro lo detuvo.

- perdoname si llegué un poco tarde, Los estúpidos maestros no dejan de ser molestos - comento irritado phi.

Aiga al ver al contrario se tranquizo un poco, incluso con la situación que estaba a unos metros de el.

- miren quien llego el que exige puntualidad - se burló aiga.

- no me juzgues, deberías agradecer que te invité a almorzar, además no llegue tarde porque quisiera, tu sabes que soy el rey de la puntualidad, pero dejando ese tema de lado, busquemos una mesa, tengo hambre - el albino tomo la mano de aiga y caminaron hacia una mesa.

Por desgracia esto no pasó desapercibido para shu, quien frunció el ceño molesto al ver quién era el acompañante del castaño.

- ¿Que pasa shu?- la voz de valt saco al albino de sus pensamientos.

- se supone que me invitaste a almorzar contigo porque aiga no asistió a clases ¿Cierto?- hablo serío el ojirojo

- si, ¿porque?- pregunto el peliazul extrañado por la actitud de su acompañante

- ¿Me creerías si te digo que aiga está con phi?-

Al escuchar aquello valt casi escupe lo que estaba comiendo, rápidamente busco con la mirada, finalmente pudo visualizar al castaño a lo lejos, también pudo ver qué Shu decía la verdad.

Pero lo siguiente que vió lo hizo sentir tristeza y rabia, una profunda rabia e ira contra el albino de ojos rojo y azul.

Volviendo con aiga, este platicaba cosas triviales con phi, Realmente no habia mucho que decir, pero había algo que lo estaba poniendo nervioso, y era la mirada de mayor sobre el, lo miraba de una manera coqueta hasta el punto que su mano tomó la del castaño, aiga no supo como reaccionar, y se quedó estático al sentir la mano de phi tomar su mejilla, su rostro se pintó carmesí y su corazón latía rápido, no sabía si era de miedo o nervios pero no podía moverse.

- sabes me gusta mas verte sonreír, realmente tienes una sonrisa muy bonita - el albino acaricio la mejilla del contrario - me pareces alguien muy lindo - hablo descaradamente acariciando los labios del castaño para después tomar al menor del mentón.

Era obvio a lo que quería llegar el mayor, y estaba a punto de lograrlo, algo pasaría que aiga ni siquiera notaba pero no pudo afortunadamente.

- AIGER - se escucho una voz, phi se separó bruscamente, frente a ellos estaba shu y mirando unos metros atrás estaba valt mirándolo de una manera que no pudo descifrar. - necesitamos hablar - la mirada de shu era Seria y penetrante, como un animal al acecho, definitivamente los problemas aumentaban.





"bladers misión"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora