ᥫ᭡ 9.

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La gente que les pasaba alrededor los miraban extrañados. ¿un humano con.. cola de gato? ¿un furro? pensaba que iba a pasar más desapercibido, pero cada niñito que pasaba por al lado, preguntaba si se la podía tocar. Pese a lo mal que sonara un "¡hola! ¿me dejas tocar tu cola?" acompañado de una sonrisa psicópata.

— Podemos llevar para pedir. — sugirió su acompañante, pero el otro tomó su cola entre sus manos y la escondió entre sus piernas. — Supongo que eso es un no.. Así que comienza.

— Es largo. Quizás termines odiándome, pero quiero que sepas que mi única intención era hacerte un poquito más feliz.. incluso gustarte. Pero con ponerte contento me conformaba. — Explicó brevemente, dándole un mordisco a su gran, gran hamburguesa. — Siento que pasó hace muchísimo tiempo, pero ya no tengo idea de cuánto pasó desde que conocí al estúpido gato gordo que me convirtió en uno de los suyos. — Pausó una vez más, para chasquear su lengua. — La cosa es que estaba triste porque me ignorabas, de la nada apareció un gato flotante y me ofreció mi forma humana a cambio de pasar a ser un gato. Tuve algunos días para decidirlo, si aceptar o no el trato. Tenía un collar que me permitía ser un gato cuando yo quería y viceversa, algo así como cenicienta, pero el privilegio de cambiar de vida tan fugazmente no me duró mucho. Fue por eso que me confesé tan repentinamente, aún sabiendo que no había tenido oportunidad de conquistarte.. en mi forma humana. — Concluyó bajando la mirada, temiendo la reacción del otro cuando confesara que él era el tierno gatito que alimentaba.

— Eras Beom.

La mirada de Beomgyu se elevó, conectando con los tiernos ojos del contrario. El pelinegro asintió lenta y tímidamente, pidiendo por piedad.

— Fue cuando toqué tu cola. — Explicó con delicadeza, aunque no se le había pedido un por qué. — Se sintió igual que cuando lo hacía con.. contigo, ¿no? — Habló otra vez, con un tono de voz irónico.

— Perdón.. — Pidió el menor, sintiendo un nudo en su garganta. — L-lo siento tanto.. voy a entender si después de esto quieres dejar de verme, si me pides que me cambie de escuela ¡lo haré! y por si te preocupa.. no le diré a nadie lo de tu m-madre. — Tartamudeó como pudo, consumido por los nervios y la culpa. — Te prometo que n-no lo hice con malas intenciones.. ¡sé que estuvo mal, pero..!

El otro lo interrumpió.

— Cállate, por favor.

El otro fue atacado por unas incalculables ganas de volver a ser comido por un perro. Ninguno de los dos habló por varios segundos. Soobin tenía la mirada perdida en el plato frente a él. Beomgyu no pudo con la presión.

— C-creo que debo irme, mis abuelos me están esperando. — Dijo el pelinegro repentinamente, llenando sus mejillas con lo restante de su comida y saliendo disparado del lugar, no sin antes decir que le devolvería el dinero de la hamburguesa.

Soobin se quedó inmóvil por unos cuántos segundos. Beomgyu corrió y corrió por las calles eufórico, con ganas de gritar frente a un acantilado para desahogarse. Una de las personas que más amaba ahora lo odiaba. Eso partía su corazón en mil pedazos, y se sentía peor que la indiferencia con la que lo trataba antes de pasar a ser un gato. Quería detenerse a llorar. ¿Y si su vida seguía siendo una basura? quizás alguno de sus compañeros gatunos merecían vivir nuevamente más que él, quizás haber escapado había sido un error.

— Beom, espera. — dijeron a sus espaldas. Él solo pudo usar su muñeca para limpiar sus lágrimas.

Lentamente la otra persona se acercó a él.

— Te abracé y te dije que te extrañaba, ¿acaso fue en vano? — Preguntó Soobin, tomándolo por los hombros y dándolo vuelta para que lo mire. — Agh. Sí, estuviste mal, pero poniéndome en tu lugar, creo que hubiera hecho lo mismo. No tengo idea de cuáles fueron las causas que te obligaron a tomar esa decisión además de mí. Pero creo que soy yo el que debe pedirte perdón.

— ¿Perdón por qué? — preguntó el otro, ante el incombatible silencio que se estableció poco después de que el mayor hablara. — Después de todo, no puedo obligarte a que me ames, jaja. — Agregó, soltando una pequeña y desganada risa que contenía decenas de lágrimas. — Siento haberme metido de esta forma en tu vida, así, sin permiso.. También lamento seguir teniendo las esperanzas de que algún día llegues a amarme a pesar del odio que sé que me tienes.

Soobin torció los labios, viendo como la cola de su compañero se resguardaba entre sus piernas. Moría de vergüenza, de tristeza, de ira.

— ¿Cómo podría odiarte? — Preguntó el otro, acercándose lentamente y pasando su mano por la mejilla de beomgyu. — Te acompaño a casa. — cambió de tema, tomando ahora una de sus manos y atrayéndolo hacia su bicicleta. — Hay muchas personas que preguntan por ti.

"Sí.. perdón por no haberme enamorado de ti cuando tuve la oportunidad. Perdón por no haberme dado cuenta antes de que estabas dispuesto a darlo todo por mí. No quiero que me odies." gluc. se lo tragó.

Fue un viaje en completo silencio. Beomgyu abrazaba la cintura de soobin para no caer. Se sentía bien, pero también se sentía mal; la sensación de que estaba ilusionándose por nada lo carcomía.

CAT&HUMAN ✧ SOOGYU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora