CAPÍTULO 4: ¡El curso de informática!

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[25 de diciembre]

—Hoy es Navidad... —Salí de la cama, me vestí y bajé las escaleras lentamente—.

—¡Feliz Navidad, Kadan!

—Feliz Navidad...

—¡Vamos, alégrate! Hoy es un día especial, no siempre se celebra Navidad.

—No es especial cuando puedes celebrarlo cuando quieras...

—¿Has dicho algo?

—Nada.

Se escucharon pasos procedentes de la escalera, así que nos giramos para ver quién era.

—¡Faruk! ¡Feliz Navidad!

—Feliz Navidad.

—¡Bueno! Es hora de decorar la casa y montar el árbol.

Faruk y yo nos encargamos de decorar la casa, y mamá se encargó del árbol.

Cogimos las bolsas con los adornos y empezamos a colocarlos.

—¡Ya he colocado una guirnalda en la puerta!

—Acabo de poner algunas luces en el pasillo. Ayúdame con las que quedan.

—¡Voy! —Fuimos al salón, trajimos una escalera y las pusimos definidamente.

Una vez ella nuestra parte, echamos un vistazo para ver cómo iba mamá.

—¿Has terminado ya, mamá?—dije.

—Ya... solo un poco más... —Intentaba colocar algunas bolas de Navidad en el árbol, mientras se ponía de puntillas— ¡Ya está!

—¿Falta algo más?

—Creo que no... —Rebuscaba entre las bolsas—. ¡Ah, pues sí! —Sacó un objeto con una forma peculiar.

—¡¿La estrella?!

—Sí. Casi se nos olvida lo más importante.

Intenté colocar al estrella en lo alto del árbol pero era demasiado alto.

—¿Quieres que te ayude?

—¿Eh? No, tranquila, yo pue... —Me cogió de las piernas y me alzó lo suficiente como para poder poner la estrella en el árbol.

—¿Sabes qué? Esto me recuerda a cuando eras pequeño —Solto una risa—.

—Sí... cuando papá todavía vivía. Pero... no pude protegerlo.—pensé.

—¿Te ocurre algo, Kadan? Te noto muy serio.

—No es nada. Ahora que lo pienso, esta es la segunda vez que celebro Navidad sin papá...

Después de terminar de montar el árbol solo faltaba encender las luces para que este brillara.

—¡Qué bonito, mamá!—dijo Faruk.

—¡Sí! ¡Ha quedado genial! Oye, Kadan —Se giró hacia donde yo estaba—.

—Dime.

—¿Por qué no invitas a tus amigos? Así lo pasaremos todos mejor.

—Es mejor que no. Además, no sé si estarán libres.

—¿Seguro?

—Sí.

—Va-vale...

Pasamos las Navidades sin pena ni gloria. Los rayos del sol dieron lugar a un nuevo año, un año que esperaba que fuera mejor.

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