CAPITULO 2

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El inicio

Cuando la vida nos quiere mostrar la verdadera felicidad nos negamos a verla, nos cegamos y creemos que solo son momentos que vienen y van, nos empeñamos en creer que nuestra felicidad es momentánea y que en ocasiones se necesita aparentar que no pasa nada, para alcánzala...

Enero 2011- Darío

Cuando Mauricio nos dijo que se mudaría en una semana, una sombra se vino sobre nosotros, incluyéndome. Aun así, yo intente ser fuerte por Aylin. Después de sexto grado, era difícil no vernos juntos, en la escuela, fuera de la escuela, solo nos separábamos para  las clases extraescolares, Aylin y yo a gimnasia.  Aylin y Mauricio a música, era curioso como Mauricio y yo habíamos encontrado nuestro acompañante en la misma persona, y el hecho de no tener a Mauricio con nosotros sería algo que cambiaría nuestra amistad para siempre.

-prométanme que no van a llorar- dijo, mientras lo ayudábamos a empacar.

-no pidas eso- le dijo Aylin, deteniéndose de colocar los cd de música en una caja.

-Darío- me miro de manera suplicante, tienes que ser fuerte me dijo esa voz dentro de mi cabeza.

 - haremos lo posible- le sonreí lleno de confianza, sabía que el cambiar de cuidad y de vida no era algo fácil para él y nuestras lagrimas solo le darían algo más por lo cual preocuparse.

-las personas se mudan todo el tiempo, y aun así vendré siempre en vacaciones de diciembre, siempre, lo prometo.-

- ósea que te veremos en un año?- fulmine con la mirada a Aylin por preguntar eso, no debemos de hablar del futuro, tenemos a Mauricio ahora, si estamos empacando, pero estamos los tres juntos por qué preocuparnos, si quedan solo dos días, pero en esos dos días podemos vivir aún más cosas.

Nuestra vida juntos siempre había sido así pensando en los otros dos en lugar de en uno mismo, y funcionábamos bien, Aylin era la ordenada y responsable que nos ayudaba siempre en la escuela a sacar buenas notas, la de las influencias económicas (Por más que no me guste, es algo que no se puede negar) y la alegría que nos motivaba a dar más en todo lo que hacíamos. Mauricio era el pagamento en nuestra amistad, era el que equilibrara toda la responsabilidad de Aylin con toda la irresponsabilidad mía, era el soñador del grupo, el bondadoso y amable con todos, y eso me dejaba a mí como el divertido del grupo, el carismático con todos, el popular (según ellos) el irresponsable pero divertido, que sabía agregarle ese toque de aventuras a todos nuestros días. Viéndonos ahora, me pongo a pensar, ¿Qué pasara con nosotros?

La habitación de Mauricio era grande y con muchas pertenencias, que él no quería dejar atrás, entre risas bromas y pizza comenzamos a empacar, hasta llegar al momento del recordar, mientras Aylin empaca los marcos de fotografías, "recuerdan cuando Darío..." "recuerdan esa vez en aquel lugar que nos gustaba mucho..." "mira nuestra primera presentación" "la navidad anterior"  mil y un momentos, que dejarían de existir, nuestra vida juntos ahora entraría en pausa, y seria Aylin y yo, y Mauricio por otro lado.

Cuando llego el momento de acompañarlo al aeropuerto, es cuando realmente me di cuenta de lo que significaba el papel que yo había decidido adquirir, Aylin ya con lágrimas silenciosas en el rostro fue la primera en abrazarlo, tarde en darme cuenta, que ellos no se iban a separar, que estaban esperando que me uniera a ellos, y lo hice. 

En ese momento éramos, tal como nuestro juramento lo decía, nosotros tres contra el mundo. La última llamada para abordar y nos tuvimos que separar, Aylin aun llorando silenciosamente, Mauricio y yo con los ojos rojos, con lágrimas que amenazaban salir, nos dimos un rápido a brazo,  y el camino hacia la entrada, entrego su boleto, se giró hacia nosotros diciendo adiós con la mano, mientras dejaba salir las lagrimas, me miro y dijo algo que no logre comprender, pero antes de que pudiera preguntar él ya se había ido.

Detras de los pompones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora