Capítulo 3

42 1 0
                                    

Transparente

En ocasiones no todo lo que queremos es para nosotros, a veces nos tenemos que conformar con un cachito de tiempo, un momento de atención y un trozo de su cariño.

Agosto 2013-Aylin

La plaza luce abarrotada de estudiantes que se saludan alegremente después de casi 2 meses de vacaciones de verano, y yo, bueno... yo solo soy una observadora, mi nombre es Aylin Melrouse, tengo 17 años y curso el segundo grado de preparatoria y mi primer año como capitana de la escuadra de porristas llamada Leopardos, mis grandes pasiones las encontré en la escuadra junto con Darío mi mejor amigo y en la música junto a mi otro mejor amigo Mauricio, aunque desde que él se mudó hace 2 años, puse la música fuera de mi vida porque me recuerda continuamente que él no está aquí, así que deje de cantar. En cuanto a mi físico, bueno no entro en los estándares de una chica de revista, mi cabello castaño parece tener vida propia y se niega a estar totalmente sujeto, hace años me rendí y lo dejo ser libre, soy de estatura promedio mis ojos son del café oscuro lo normal que suele tener toda la gente, un par de pecas bañan mis mejillas y nariz, mi cara es un poco redonda, y mis orejas, bueno, gracias a Dios crecí más que ellas, mi nariz es grande pero no gigante, y mis labios pequeños, a eso súmale que soy morena clara, como la mayoría así que no, no soy con exactitud una chica que sobresale por su belleza, suelo mezclarme con facilidad y pocas veces me hago notar. Justo como en este momento, estoy callada solo observando hasta que mi celular suena con la canción de "Me, Myself, and Time" de Demi Lovato y era el, mi alma gemela en la música... Mauricio.

-Hola- le salude con una notoria alegría, el tener una llamada de él siempre me sacaba una sonrisa, aunque llamara más de 5 veces por día.

-Otra vez soy el nuevo. -Me contesto con una mezcla de amargura y tristeza en su voz, ignorando mi saludo.

-Todo estará bien. -Rodé los ojos, ni siquiera yo podía saber eso – como las demás veces.-

-Odio esto, jamás puedo hacer amigos si me mudo cada 6 meses, tú y Darío son lo único que tengo.-

-¿Necesitas más?- le pregunte, fingiendo indignación.

-No. -Contesto con una pequeña risa- Pero en ocasiones...quisiera estar ahí con ustedes.-

Suspire, mientras llegaba Darío y besaba mi frente, como era su costumbre. Darío era un chico alto y muy bien parecido, con ojos verdes, cabello castaño, y tez clara, desde que lo conocí se caracterizó por ser una persona alegre y decidida, jamás lo escuche juzgar a nadie, él tenía la magia de ver en las personas la belleza de su interior, esa belleza que siempre pasa desapercibida. Su actitud despreocupada, en ocasiones me preocupaba, se tomaba muchas cosas a la ligera y eso lo hacía ver irresponsable.

-Quisiera que estuvieras aquí...siempre –agregué- pero podemos soportar 4 meses más para estar juntos ¿no?-

-Es Mauricio?- pregunto Darío, solo asentí con la cabeza.

-Llego Darío. -Le dije a Mauricio, esperando que eso le alegrara un poco.

-¿Cómo va el primer día Hermano?- Darío se  acercó a mí para que Mauricio lo escuchara, mientras yo ponía el celular en altavoz, éramos tan cercanos el uno con el otro que esto se veía tan natural para los demás, pero para mí, el que nuestros rostros estuvieran a pocos centímetros producía escalofríos a lo largo de mi espalda.

-Bien, mejorando- Contesto Mauricio- los tengo que dejar es hora de entrar a clases.-

-Buena suerte -Dijimos los dos a la vez.

-no está bien ¿verdad?- me pregunto Darío, una vez que colgué.

Moví mi cabeza en manera de negación, aun aturdida por la cercanía de nuestros cuerpos. Podía conocer a Darío mejor que nadie, incluso él podía conocerme mejor de lo que yo misma lo hacía, pero por más confianza que existiera entre nosotros siempre había un poco de nerviosísimo en mí cuando estábamos tan cerca. El pareció notarlo y se alejó un poco mientras sonaba la campana que anunciaba nuestra entrada a clase.

Caminamos juntos, como era nuestra costumbre y justo cuando íbamos a entrar al salón Darío me puso frente a mí poniendo sus manos en mis hombros llevándome otra vez afuera.

-Casi lo olvido, tengo una sorpresa para ti.-

-Una... ¿Qué? - Tenía que aceptarlo mi amigo no era de los que iba por el mundo planeándoles sorpresas a la gente, mucho menos a mí sabía que las odiaba.

- Sorpresa -Rodo los ojos como si fuera los más obvio – Hoy ingreso una nueva alumna al 2- B, platique con ella en la entrada...-

-Tu siempre tan sociable. -Le interrumpí.

-El punto es que ella era capitana de los linces de la preparatoria UVM Monterrey, los Campeones Nacionales.-

Me quede ahí esperando que terminara y dijera lo relacionado con mi sorpresa... hasta que lo capte

-Darío yo soy la capitana, no querrás remplazarme, ¿o si? – mi inseguridad salió a flote.  

- ¡No! ... ¿Qué? Por Dios Aylin, simplemente ella puede ayudar, sería un buen elemento en la escuadra.-

- Claro, si pasa la audición.-

-¿Audición? -Me pregunto con incredulidad- Le vas a hacer una audición, es la capitana de los linces.

-Ex-capitana –enfatice-  sabes que no solo evaluamos que tan buenos sean, si no también potencial, compañerismo, honestidad...-Comencé a enumerar- y TODOS hacen audición, son las reglas.

-Tú y tu fanatismo con las reglas.-

-¿Qué? - Podía esperar escuchar eso de todos menos de él, y antes de poder evitarlo ya estaba muy molesta, simplemente lo deje ahí solo y entre al salón. Esta era la primera vez que yo podía decir oficialmente "estoy muy molesta con Darío".

- Ya te enojaste -Dijo mientras te seguía- Aylin por favor, solo era una idea.-

Continúe sin decir nada, esa era mi manera de contestarle a su "tú y tu fanatismo con las reglas" y si era fanática de las reglas, pero no era solo porque sí, me gusta el orden, que los cosas estén claras, odio los malos entendidos y lo cambios, y las reglas dan cierta sensación de estabilidad, además, ¿Quién era esta chica? y ¿Porque Darío la defendió? Ni siquiera la conocía pero algo ya no me gustaba en todo esto, otra líder en la escuadra ¿Ocasionaría problemas?, despeje esos pensamientos de mi mente, quería todo menos ser pesimista. Darío me miro y antes de que pudiera decir otra cosa la profesora entro, la conocía de mi primer año, era una de las maestras más jóvenes de la preparatoria, tenía alrededor de unos 28 años , impartía la materia de matemáticas y su nombre es Julia, mi profesora favorita.

Comenzó el semestre como todos, dándonos la bienvenida, el plan de estudio, pasándose el protocolo de presentación, pues la conocíamos desde que entramos a esta preparatoria. Darío, me escribió algo en su libreta, y lo puso frente a mí, Lamentablemente para mí, solo en este momento, siempre nos sentábamos juntos.

¿Estas enojada?

Solo... esperaba eso de todos menos de ti.

Aylin, solo fue una idea.

Sabes como soy, lo siento si soy demasiado obstinada con la escuadra, pero es mi deber.

Tienes razón.

¿En qué?

Que, lo siento, esas no eran las palabras, tú eres mi mejor amiga, pero como capitana debo respetar tus decisiones :)

Eres un patán

Puso su mano sobre la mía, sabía que de esa manera me estaba demostrando que su disculpa era sincera, le mire a los ojos y le sonreí, mientras él y yo estuviéramos juntos, todo iría bien para mí.

Pero al final, por lo menos en ese cachito de tiempo, en ese momento de atención, trozo de cariño... sabes que está pensando en ti.




HISTORIA ESCRITA POR UNA DISLEXICA

Para las personas sensibles a las faltas de ortografía, no soy tonta ni ignorante, soy disléxica y tengo el mismo derecho a publicar mis historias que cualquier otro.

Nos estamos leyendo pompones :)


Detras de los pompones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora