5.Aléjate de mi hombre ¡Perra!

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Ay no. Me niego a ser el destinado de Eren Jaeger.

Eso de que forzosamente tienes que estar al lado de tu destinado ya es tan viejo que ya nadie le hace caso, ya ni siquiera importa eso. Esta es la nueva generación y es muy diferente a antes, es un milagro, pero... ¡Mi familia se va a volver loca cuando se entere! hasta el momento solo Mikasa sabe, ya que ella se preocupó mucho cuando gritamos como unos bebes. Por eso en estos momentos Mikasa me estaba dando alientos en el baño y al igual que Mikasa, Jean se enteró y ahora está calmando a Eren. 

—Lo siento, Mika— me disculpe sentándome en la taza del baño con obviamente la tapa abajo. Mikasa me miro confundida—. Se que tu querías ser la viva imagen de L.Lance Ackerman, y yo te he arrebatado esa ilusión. 

Mikasa suspiro antes de que hablara—. Levi eso no me importa ¿Bien?— con los ánimos a bajo apenas asentí—. Es un milagro que yo haya venido en vez de toda la familia.

—Estoy de acuerdo con eso, no quiero saber como van a reaccionar nuestra familia— de solo imaginarlo me daba tremendas reprendidas, ¿Por que yo? ¿Acaso hice algo malo?

Aún escuchaba los violines y el piano, eso significaba que la presentación de la menor Jaeger aún continuaba y yo estaba aquí, sentado en el baño, odiándome internamente. 

—Oye Levi — alce mi mirada al llamado de mi hermana, que con una señal de su dedo índice apuntando mi mano derecha donde traía la vieja fotografía de nuestro ancestro—. ¿Me dejas verla? Quiero saber como era ella. 

—Si, toma— se la pase. Sus dedos entraron al contacto con la fotografía, Mikasa la inspecciono meticulosamente. 

—Vaya, si que era hermosa L.Lance Ackerman, es muy parecida a ti Levi son como gemelos quitando de lado su larga cabellera— los ojos ónix de Mikasa parecían brillar cada vez mas al ver mi GRAN parentesco con ella.

—No me lo menciones, Mika— me queje como si me hubieran clavado una daga en mi corazón—. No quiero ser el destinado del estúpido de Jaeger. 

—Bueno, eres su destinado pero no tu amor eterno— Mikasa me dio un empujoncito en el hombro de forma divertida—. Recuerda que no necesariamente tienes que estar a lado de tu destinado, eso ya es muy viejo. 

—Tienes razón, además ¿Qué es lo peor que puede pasar?— pregunte en el aire. 

—Mejor vámonos, la hermosa presentación de Gabi está por acabar— apenas salimos los dos del baño, yo detrás de Mikasa. Alguna persona se me abalanzo sobre mí, sacándome el aire de mis pulmones. Los pequeños bracitos de Falco me envolvían en un fuerte abrazo, tal vez si asuste a más de uno en el castillo de los Jaeger. 

Le devolví el abrazo al pequeño rubio, no tenia de otra que aceptarlo. Claro que escuche fuerte y claro como unos fuertes pasos corrían hacia nuestra dirección, y antes de que viniera otra persona a tirarme, abrace con fuerza a Falco, indicándole que enrollara sus piernas a mi cintura y sus brazos a mi cuello. Justo a tiempo para quitarme de mi lugar y provocar que ese castaño me tirara al suelo.

—¡Oye, maldito mocoso! —gritó Eren desde el suelo, consecuencias por haberse aventado a mi—. ¡Suelta a Levi! No es tu mamá para que te tenga abrazando. 

Antes de que yo le respondiera con algún insulto, Falco giro su cabeza—ya que estaba enterrada en mi cuello— para hacer frente a Eren.

—Lo quiero más que una mamá, ya sabes— una sonrisa coqueta salió de los labios de Falco—. Aunque en un futuro hare que sea la mamá de mis futuros hijos.

Y bueno, después de eso, el niño rubio se atrevió darme un beso en mis delgados labios. Fue algo de imprevisto que hasta me dejo helado. Mikasa se quedo con la boca abierta al igual que su novio, Eren se quedo viendo por un corto tiempo, su rostro se volvía cada vez en un tono rojo de ira. Y antes de que este gritara alguien mas lo hizo:

En busca del Alfa perfecto | | EreRiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora