Sirius Revenge 'Potion Table'

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La clase parecía ir con normalidad hasta ese punto, Severus terminaba por hacer algunas cuantas notas en el libro que hace tanto lo acompañaba. Pensaba en lo que podía hacer más tarde, o más bien...lo que aquel día, harían, más tarde, no tenía pendientes que tuvieran que ver con la escuela, así que bien era tiempo libre para aprovechar con su novio. Y hablando de aquel chico que llevaba tal nombramiento, hace un buen rato, cinco minutos en realidad, lo cual era bastante para tratarse de Sirius, este se encontraba en silencio, absoluta calma y eso...era extraño.

La clase tenía poco tiempo para finalizar, quizás por eso, pero se preguntaba también el por qué Sirius no se mostraba del todo ansioso. No decidió pensar mucho en aquello, pero justo antes de volver a sus notas, recibió un codazo.

-Auch...¿Qué te pasa? Eso dolió, Sirius...-Severus reprochó de inmediato, otro poco y hacía una gran mancha en su libro mientras anotaba algunas cuantas cosas más. Pero la respuesta que exigía no le fue otorgada. Sobó su brazo suavemente y miró al gryffindor con el ceño fruncido ¿qué se supone que había sido eso?

-¡Severus, ya te dije que sólo quiero el libro un momento! - Sirius soltó de repente, tan de la nada que el slytherin no notó cuando el libro le fue arrebatado.

-¡Oye!- fue casi un reflejo, olvidó por un momento que se trataba de Sirius y que no debía temer por sus pertenecías, pero aún así, trató de arrebatarselo forcejeando un poco, llamando la atención del profesor Slughorn.

-¿Se puede saber que están haciendo? ¡No pueden ni siquiera respetar los últimos momentos de mi clase!

-Disculpe profesor es sólo que...-Severus trató de explicar con calma, mientras se contenía de darle un golpe en la nuca a Sirius, qué demonios acababa de hacer.

-¡Si no quieren que les quite puntos respectivamente, van a quedarse a limpiar calderos al final de la clase! - Severus se quedó estupefacto, esperaba que el castigo fuese únicamente para Sirius, porque de sobra se sabía que el slytherin era el alumno preferido del profesor de pociones y castigarlo era casi surreal, pero al parecer, aquel día se había levantado de mal humor, se le notaba. - y espero no se vuelva a repetir de su parte, señor Snape, debería fijarse con quién se junta. - con aquello dicho como última palabra, Severus estaba a punto de replicar algo, hasta que se dio la vuelta y vio casi una sonrisa dibujada en el rostro de su novio si no fuese porque parecía que se estaba conteniendo.

-¿Se puede saber qué demonios fue eso? Me acabas de dejar mal parado frente al profesor, Sirius ¿te parece gracioso? - estaba perdiendo la paciencia pero tampoco podía estar molesto del todo. Quedarse a limpiar calderos...vaya plan para la tarde aunque, mirando el lado "positivo", se quedaba junto al idiota de su novio, al que ahora mismo estaba matando con la mirada.

-¿Tú qué crees que estoy haciendo? - Sirius se había cruzado de brazos sonriendo al fin con aquel maldito descaro como si hace unos momentos no hubiese actuado como un demente. - Además, te quedas conmigo ¿qué mejor castigo que ese?

-Espero estés bromeando, podía estar contigo perfectamente sin tener que estar limpiando los estúpidos calderos. - Severus suspiró, sobando la parte de su sien con un poco de fuerza. - Y eso no responde mi pregunta sobre qué demonios fue eso. - cerró su libro y acomodó sus cosas, sin ninguna prisa, de cualquier forma, tendría que quedarse.

-Todas tus preguntas tendrán respuesta en algún momento, mon amour, sé paciente. - Sirius realmente no borraba aquella sonrisa y Severus lo sabía, ese día algo estaba raro con su novio y eso le estaba costando casi los puntos de su casa.

-Paciencia es lo que menos me queda estando contigo...- escuchó un quejido a su lado, tampoco estaba hablando en serio o no tanto, pero ya no podía hacer mucho.

Descendants d'Eros | Severius/Snack Donde viven las historias. Descúbrelo ahora