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Me encontraba corriendo, me pisaban los talones. Me habían descubierto, la oscuridad de la noche no me dejaba ver bien el sendero y suponiendo que estaba en un bosque la luz de la luna no era de mucha ayuda. Los árboles lucían de una manera tenebrosa , no podía siquiera mirarlos porque seguro me asustaría y el cuerpo se me palarizaría del miedo. Ahora que lo pienso esto parece una de esas típicas películas de miedo en la cual una joven atractiva escapa del despiadado asesino que no duda en acabar con la vida de su dulce víctima.

A lo lejos pude ver un pequeño hueco en el cual cabría perfectamente y así fue dicho y hecho, ahora estoy entre las dos pequeñas rocas, que me esconden de los dos robustos hombres que me persiguen. 

Obviamente te gustará saber el porqué de esta persecución y yo como buena narradora de mi propia historia te voy a contar el porqué, verás todo empezó más o menos hace un año.

Yo era una adolescente a la cual le gustaba pintar, bailar..... Y ya sabes esas cosas que hacen los adolescentes incomprendidos. No me gustaba llamar mucho la atención, no soy callada ni tampoco tímida, solo prefiero ser un fantasma para el resto ¿sabes?, es una cosa así, yo no te molesto y tu no me molestas en paz los dos. Hasta aquel día, aquel maldito día que cambiaría mi vida para siempre. Si pudiera lo haría desaparecer de mi memoria pero como todavía no se puede hacer eso simplemente lo recuerdo como el peor día de mi dulce existencia.

Era un veintidós de marzo,  las flores empezaban a salir y todas esas cosas cursis que pasan en primavera. Yo estaba despertando como un día totalmente monótono y sin nada especial que hacer. Hasta que un olor a huevos revueltos inundó mis fosas nasales, era un delicioso olor, entonces mis oídos pudieron escuchar una dulce melodía procedente del tocadiscos que estaba en el salón, era una melodía lenta, antigua, de esas que  te transportan a otra época. Y con esa música reconocía  a la persona de la cual estaba cocinando. Era mi abuela.

¿Te parecería misterioso que te dijera que cada persona tenemos una música asignada?Como una banda sonora de nuestra vida, ¿interesante no?. Bueno, bajé a la cocina donde me esperaba mi delicioso desayuno recién hecho, huevos con tostadas y un zumo de naranja, el cual cabe destacar que es mi favorito. Mientras desayunaba puse la televisión y empecé a ver cualquier cosa que hicieran, realmente no me importaba mucho lo que decían ya que estaba viendo todo y cada uno de los movimientos que el presentador hacían y si a eso le sumas la canción que se reproducía en el  tocadiscos, se me hacía casi imposible escuchar lo que decían.

Una vez terminé el desayuno, me cambié y partí rumbo al colegio. Una vez en el camino no pude evitar desviarme hacia un pequeño riachuelo por el cual corría un agua cristalina, hasta tal punto era que se podía perfectamente ver a los peces nadando por esta.

A lo lejos del riachuelo había una pequeña cueva, bastante oscura cabe destacar, pero como a mi me da casi todo igual esto no iba a ser la excepción. Y así digamos que me fastidie la vida más o menos.