•|KISS|•

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Cuando la cabeza de la chica cayó en el respaldo de un mueble de madera,su mirada se apagó y apartó su rostro para evitar que él pudiera divisar lo cristalinos que sus ojos se habían tornado.

Había tantas emociones en su interior que no se sentía con la capacidad de procesarlas y por lo tanto se mantenía en silencio y con la cabeza perdida en la penumbra de sus pensamientos.

Hyun Su quería preguntar la razón de aquel estado, pero prefirió darle tiempo a que ella, si así lo desease, le contara su sentir. Pensó qué tal vez era el momento de sorprenderla y entregarle aquellos pares de calcetas que tanto había buscado por semanas, posiblemente se enojaría al realizar que había tenido que ir hasta uno de los últimos pisos del edificio para llegar a su apartamento y traer consigo aquellas prendas y se enojaría con Gil Seob por haber cumplido su misión y centrarle lo que ella tanto deseaba, para poder irlo a buscar y entregárselo, aunque si todo aquello costaba una sonrisa o expresión diferente de ella, lo haría.

Aquel veterano de guerra se había encargado centenares de veces de llenar de reproches a ese chico, pues cuando la joven dormía o se encontraba distraía, aprovechaba para reincriminarle a Hyun Su su cobardía por no demostrarle sus sentimientos a aquella joven que le robaba la atención y suspiros.

¿Tal vez era ese el momento para hacerlo? ¿Qué sucedería si por fin se permitía ser sincero consigo mismo? ¿Sería capaz de hacerlo?

[...]

— ¿En donde aprendiste esos movimientos? — La voz de Hyun Su me liberó de mi trance.

— Cuando era pequeña tomaba clases de Karate. Me volví tan buena que mi sensei me permitió tener conocimiento del dominio de los arpones o lanzas. — Sonreí al recordar aquellos dulces momentos, pero de nuevo reviví lo que había sucedido con mis padres y mi rostro entero se fragmentó.

Por fin la vulnerabilidad me había sometido, un hilo de lágrimas se abrió paso entre mis mejillas. Hyun Su me miró alarmado, pero no había nada que hacer, solo pedía que me escuchara. Necesitaba hablar con alguien.

— Cuando me preguntaste la razón por la que vine a este lugar, te mentí — Tenía que abrir mi corazón. — Vine a este lugar, porque fue el único que pude alquilar al salir tan desesperadamente de mi país. Estaba harta de las peleas de mis padres en casa y de que siempre se me fuera comparada con el resto de mi familia. —

Mis sollozos incrementaban cada vez más, pero me sentía en una seguridad inmensa al estar con Hyun Su por lo que me permití seguir.

— Planee todo a espaldas de mis padres, estaba apunto de irme cuando sucedió la última pelea. Fue tan frustrante que por primera vez les levante la voz, estaba completamente desquiciada y cegada por mi ansiedad que tome mis maletas y salí de mi hogar. Pase la noche entera en el aeropuerto en espera de mi vuelo sin siquiera avisarles a mis padres. A la mañana siguiente ya estaba del otro lado del mundo y los evité a toda costa, creyeron que algo me había sucedido y los hice pasar por crisis realmente fuertes. Fui tan egoísta con ellos que supongo que estoy recibiendo mi castigo por ello en estos momentos en medio de esta catástrofe. Soy un asco de hija y ahora por mi culpa ambos están muertos y apenas me enteré en la mañana de ello. —

El chico mantenía la vista baja como si estuviese comprendiendo cada palabra que expresaba. Llevó una de sus manos al ante brazo que cubría sus cicatrices y levantó la manga de su sudadera para mostrármelas.

— Intente suicidarme muchas veces y ni siquiera esto funcionó. — Comenzó a hablar suavemente. — Lo hice porque quería acabar con mi remordimiento y con mi conciencia que no se quedaban calladas repitiéndome una y otra vez que era el chico más estupido del mundo. Sufrí de mucho acoso en el colegio, un chico se encargaba de hacer mis días miserables y no se quedaba tranquilo hasta que no veía mi rostro completamente lleno de sangre. —

Podía distinguir su dolor escondido en sus palabras, a lo que me obligue a mantener postura y disminuir mis sollozos.

— Era el hijo del jefe de mi padre, así que cuando le conté a mi padre lo que tenía que vivir en el colegio por culpa que aquel chico, simplemente se enojo al igual que mi madre y hermana; así que decidí odiarlos y desee que se murieran. Así fue como quedé únicamente yo como sobreviviente y no hay día que no me lamente por haber pensado en su muerte y desearla . Así que si se trataba de cumplir un castigo por egoísmo.— Juntó nuestras manos. — Seremos dos — Reí sarcásticamente por las palabras que acaban de condenarnos a ambos.

— Soy mala hablando, pero en verdad lamento todo por lo que tuviste que pasar. — Negó.

— Ahora estoy mucho mejor — Una brisa de nerviosismo inicio en su mirada. — Me haces sentir nuevamente con vida. —

Sus palabras me tomaron por sorpresa y molieron mi corazón por completo. Aquello era tan serio y sincero que había puesto a mi estómago, corazón y mente a correr a mil por hora ¿Qué se supone que debí contestar a aquello?

— Yo —

— No digas nada, no es necesario — Sonrió con tristeza al notar mi poca interacción. — Solo quería decirlo, tenía que hacerlo tarde o temprano. — Se alejó de mi dispuesto a levantarse e irse.

— Hyun Su, me haces sentir igual — Solté. Su expresión cambió de inmediato a una de sorpresa.

Nuestros rostros comenzaron a acercarse como declaración de nuestros sentimientos, no había necesidad de decir algo que ambos teníamos por seguro que era mutuo; los rastros de mis lagrimas fueron limpiados por sus pulgares cuando mi rostro se mantenía aprisionado por su tacto.

Un torbellino corría y alborotaba mis entrañas y me gritaba que era una pésima idea, pero mi corazón me pedía en un anhelo que dejara ser a Hyun Su parte de mi. Por fortuna o desfortuna decidí hacerle caso a mi corazón.

Sus labios hicieron contacto con los míos llevándonos a un beso estático pero demasiado emocional. No había movimiento pero estábamos seguros de que con ello estábamos confesándonos todo.

— No deberíamos, esto es algo inconsciente. — Me separaré recargando mi frustrado rostro en su mejilla.

— Lo se — Guardamos silencio, pero segundos después comenzamos a reír con pesadez. — ¿Debo tomar esto como un " vamos a intentarlo"? —

— No dejes que me arrepienta, Hyun Su— Abracé su dorso y descanse en uno de sus hombros.

— No lo haré —

Sweet HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora