ᴡɪʟᴛᴇᴅ ʟᴏᴠᴇʀꜱ ── ᴋʟᴀᴜꜱ ᴍ. [en pausa]

𝖙𝖗𝖊𝖈𝖊. Heart Shaped Box

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Klaus y Evangeline estaban en el balcón en donde el híbrido mantenía al jefe de policía asfixiado por el balcón con una mano mientras con la otra sorbía una taza de café.  Evangeline estaba comiendo un sándwich de tocino mientras ella y Klaus intentaban sacarle la ubicación de su hermana.

El jefe de policía se retorcía y jadeaba con una mirada aterrorizada mientras Klaus apretaba su agarre.

—¿Podrías no hacer eso? Estoy intentando desayunar y esto es molesto. —comentó ella poniendo los ojos en blanco.

—Los contribuyentes de Nueva Orleans merecen un Jefe de Policía cualificado y la querida Evangeline necesita desayunar en paz. —empezó Klaus cuando la pelirroja le robó la taza de café. —¿Qué tan inepto eres que ninguno de tus hombres puede localizar a la mujer que busco?

—Buscamos. —corrigió Evangeline dándole un codazo.

—Oh, mis disculpas, no estoy acostumbrado a compartir actos de violencia.

El jefe de policía suplicó al híbrido y a la vampiro mientras su cuerpo colgaba sobre el suelo del patio. —¡Lo estamos intentando! ¡Es un fantasma!

Klaus negó con la cabeza suspirando.
—Aurora de Martel es pequeña y puede que sea capaz de escabullirse entre las grietas como un grillito malvado. —asintió haciendo una pausa dramática.
—Pero no es un fantasma.

—Todavía no. —terminó Evangeline, sonriendo diabólicamente mientras tomaba un sorbo de su café que, de hecho, era de Klaus, pero eso no importa.

El rubio se inclinó para poder mirar al Jefe de Policía directamente a los ojos, asustándolo. —Creo que la policía de esta ciudad podría esforzarse un poco más.

—Por favor, dime que esto no es todo lo que tienes como proclamado Rey de Nueva Orleans. —La pelirroja negó con la cabeza señalando al Jefe de Policía.
—Es un inútil.

Antes de que Klaus pudiera responder, se oyeron pasos acercándose y Evangeline miró hacia delante para ver a Freya y Elijah caminando hacia ella y Klaus y mirando a su hermano menor con exasperación.

—Veo que tendremos otro desayuno familiar normal. —Freya suspiró con una sonrisa.

—Buenos días Freya, Elijah. —saludó Evangeline, bebiendo el último sorbo de café que quedaba en la taza.
—Todavía hay algo de tocino en el sartén, por si quieren.