La mayor dificultad de un artista, es la escasa inspiración. Eso que nos obliga a vivir momentos de agobio. Sin embargo, Ronnie desesperada por respuestas, logra dar con una biblioteca de la ciudad. La cual habita una pelirroja de unas bellas perlas...
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El tiempo sutilmente pasó, el verano nos abandonó pero nos regaló un último día cálido para después cederle el paso al otoño; Que nos recibió con crujientes hojas anaranjadas y amarillas, con suaves vientos que paseaban por la ciudad de New York, aunque a algunos otros fueron recibidos con fuertes gripes ocasionadas por el brusco cambio de clima. Los sentimientos confusos y enredados cesaron, pero por que ahora estaban más claros que nunca. Con el paso del tiempo ya estaba más que dado que su corazón eligió por la blanquecina pelirroja, sin algún tipo de derecho a réplica. Sus ojos paseaban de un lado a otro dentro de su biblioteca, sin prestar atención a lo que estaba viendo. Se encontraba pensativa y hasta ella misma se extrañó, por que en estos momentos estaría viendo un libro o guiando a las personas en sus próximas aventuras con la lectura. Hasta que sus ojos se posaron en la vista que tenía por fuera de la entrada de su biblioteca y observando como los árboles eran levemente golpeados por un viento de otoño; El día no estaba feo, pero tampoco estaba tan lindo, era un original y clásico día de otoño. Hasta se podían oler el aroma que llegaba desde el parque que tenía enfrente.
Lo que más tenía pensativa a la ojimiel, era claramente lo que sentía por aquella pelinegra a lo largo de los días que han pasado. Y es que ha tenido la oportunidad de poder verla unos cuantos días de este último mes que nos dejó atrás. Sus gustos y preferencias fueron los temas principales de sus conversaciones. Ni hablar de charlas profundas, sueños por venir, deseos por querer y vivencias desde su infancia hasta su adolescencia. Permitiéndose conocer aún más de lo que ya sabían de la una a la otra. Pero eso fue exactamente lo que hizo que sus sentimientos aumentarán; Quizás si se hubiese quedado todo en solo la vez que le devolvió el libro, todo sería distinto para ambas. Pero su alma ya eligió, y su destino estaba escrito.
Quería que se concibiera un encuentro con la pelinegra. Quería volver a verla, quería volver a presenciar la sutileza de su cabello. Quería volver a observar con detalle el rostro de la contraria y deleitarse con su mirada. Por eso sus ojos no paraban de mirar su celular, y su mano iba y venía por la mesa; Desde su celular hasta donde estaba ella. Dudando en sí hacerlo, dudando en sí debería concretar un encuentro y tener el privilegio de volver a verla. Sus dedos finalmente tomaron con detenimiento su celular, por fin estaba entre sus manos y aún estando dudosa de lo que iba a hacer, fue hasta el contacto de la susodicha. Luego de que lo pensó, se puso a escribir.
| Para Ronnie.
¡Hola, Ronnie! se que hablamos hace un rato, pero quería preguntarte algo. ¿Salimos a cenar? :) Samantha.
Luego de que ese mensaje fue mandado, un celular fue guardado con rapidez, como si tuviera miedo de la respuesta. Y es así. Samantha tenía miedo de la respuesta de ese mensaje ¿y si le decía que no? ¿y si la rechazaba de una manera cruel? Ahora yo me pregunto ¿por qué el ser humano le tiene tanto miedo a una respuesta negativa de otro ser humano? ¿o hace expectativas que quizás no son ciertas o no se concretaron? Desde tiempo lejanos que tenemos temor de que alguien nos rechace o nos diga que no. Quizás viene desde nuestro autoestima o desde la ansiedad que sentimos, o el dolor por vivencias pasadas con esta tan conocida palabra.
