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Capítulo uno:

M: mandria.

"Estás vacío de nuevo, Miya. A este punto, ya no tienes nada más". Escuchar esas palabras de una persona que era admirada por toda la comunidad de S me hizo sentir vulnerable, por no decir menos. Humillación seria la palabra acertada para esta situación.

Sentía que mi cuerpo comenzaba a temblar ligeramente, no quería llorar. Me vería más patético de lo que ya me siento ahora. ¿Por qué tenía que aparecer justo ahora?

Las palabras de ADAM hacia Langa pasaron desapercibidas ante mis oídos, solo me podía concentrar en mis manos moviéndose erráticamente, temblando. Eso solo sucedía cuando me encontraba demasiado nervioso. Esto era más que penoso; primero perder contra un novato, y ahora ser humillado por ADAM con sus palabras disfrazadas con romance.

Mi cuerpo se llenó de nostalgia, pasando memorias por mi cerebro como si fuera una película patética de mi corta vida. Lo que más se repetía era el abandono de mis antiguos amigos, llamándome engreído.

"¡Espera!" Di un pequeño brinco en mi lugar ante la repentina voz alzada junto a mí. ¿Qué hacía Reki gritándole a ADAM así?

"Retira lo que dijiste antes". ¿Qué? ¿Me está defendiendo? A mí, al que lo llamó sin talento, ¿por qué lo hace?

Mi corazón empezó a latir con fuerza, acelerándose ante la idea de alguien queriéndome cuidar. Después de todo, ante la vista de muchos, sigo siendo un niño de 13 años.

"¿Y qué pasaría si no quiero hacer?" Mis manos se hicieron puños, demasiado nervioso por la situación, y más ansioso por la respuesta de Reki. Estoy tan confundido por su actitud cuando bien podía solo ignorarlo todo, después de todo Langa ya me había vencido, ahora sería su gato.

"¡Yo mismo haré que te retractes, con esto!" Mis ojos se abrieron más de lo que ya estaban al ver como subía su patineta, dejando muy en claro que lo estaba retando a una carrera.

Mi cabeza estaba abatida de pensar que Reki estaba retando a una persona como ADAM por el simple hecho de haberme ofendido. Me era casi irreal el escuchar sus palabras, mucho el más verlo en acción de una forma tan decidida, sin importar que tan peligrosa y conocida era la figura frente a él.

¿Será que me ve como un amigo? ¿Podré volver a tener amigos reales? Sé que me comporto de una forma engreída, pero solo soy lo que ellos quieren ver. Después de todo tengo sentimientos también. Quizá algo bueno puede salir de esta derrota.


! Mandria: apocado, inútil y de escaso valor.

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