CAPÍTULO DIEZ

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Aquél lugar "tan" secreto era la casa de Richie, entré al hogar del bocazas con timidez por sus padres pero no encontré a nadie

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Aquél lugar "tan" secreto era la casa de Richie, entré al hogar del bocazas con timidez por sus padres pero no encontré a nadie.

-Mis padres seguro están tomando una siesta, nada nuevo.- me calmó el pelinegro.

-Oh, bueno.- me senté en el sofá mientras observaba como caminaba Richie hacia su refrigerador.

Me sirvió agua y me lo dió.

-¿Quieres ir a mi habitación?- me miró pervertidamente y no pude evitar reír.

-Claro.- asentí y ambos fuimos hacia el cuarto. Contemplé la habitación, estaba desordenada.

-Lamento tanto desorden.- se disculpó.- Ya sabes, invito muchas chicas y queda desordenada.

-Sí, claro...- lo miré divertida y le di un sorbo a la bebida.

Richie se sentó en la cama al igual que yo, me dediqué a mirarlo. Realmente no podía creer de que Tozier me defendiera de esa manera ante sus amigos.

-Gracias por defenderme, Richie. No debiste hacerlo de todos modos, quiero que vayas a la Cantera con ellos, son tus amigos.- dejé el vaso en la mesa de luz.

-Voy muchísimas veces a la Cantera, e iré si tú vas.- me sonríe.- Por cierto, ¿y si estrenas tu bikini?- levantó sus cejas y las bajó sucesivamente.

-Genio, la bikini está en mi casa. Recuerda que acabo de escapar de mi hermano, si me ve...- se me eriza la piel.- no se que me pasará.

-Puedes ir en ropa interior.- dijo.

-¿Seguro? Seguramente todos irán con bañador...

-Iré con ropa interior, no serás la única.- ríe.- Yo también quiero quedar en ridículo.

Lo miré fingiendo molestia y reímos al unísono. Dejé de hacerlo cuando empecé a mirarlo.

Ahora que lo pienso, Richie es un chico genial. Me defendió de sus propios amigos corriendo el riesgo de no ir con ellos a la cantera, incluso me defendió de mi hermano a pesar de que quizá recibiría una golpiza de su parte.

Quizá a todos les parecía molesta las actitudes de Richie pero...a mi me gustaban al decir verdad. Puede que el lado pervertido sea algo...pesado, pero cuando te acostumbras ya es algo normal de escuchar.

—¿Sucede algo, Bowers?— interrumpió mis pensamientos Richie, sacudí mi cabeza y siento como la sangre fue rápidamente hacia mis mejillas.

—No, para nada. Necesito ir al baño, ¿puedo?

—Claro tonta, no pidas permiso.— me levanté y me fui al baño.

Me miré al espejo y suspiro pesadamente. ¿Qué haré ahora? Digamos que ir a mi casa luego de que mi hermano me haya descubierto con Ben no era una buena idea, pero tenía que volver para no preocupar a mi padre.

O al menos para buscar algunas cosas y mi Skate.

Empecé a tocarme el cabello y bufé. Entonces se me ocurrió una idea.

¿Por qué no hago un cambio de look?

Sonreí al instante al pensar en eso y me agaché para abrir un mueble, buscando alguna tijera. La encontré y la miré.

Nunca me había cortado el cabello, bueno, de hecho sí...cuando era pequeña, mi madre solía cortarme el cabello cuando lo tenía muy largo. Yo aún no sabía como hacerlo yo sola, tenía miedo de arruinar todo.

Abrí la puerta y fui con Richie.

—¡Richie!— lo llamé, él volteó y me miró.—¿Sabes cortar el cabello?— sonreí divertida.

—Uhm...si.— respondió no tan seguro, desconfié por un momento.

—¡Entonces ven!— lo tomé del brazo y lo llevé al baño, cerré la puerta y éste me miró pervertidamente, rodé los ojos.— Quiero que me cortes el pelo hasta los hombros.— le hice un puchero con mis labios.

Al parecer mi puchero fue la razón por la que asintió rápidamente con su cabeza.

—Bien, pero con una condición.— dijo y entrecerré mis ojos.— Te pondré una venda en tus ojos, será una sorpresa.

—Richie...si me llegas a arruinar el pelo, juro agarrar la tijera y te corto lo que tienes ahí abajo.— lo amenacé, el pelinegro rió.

—Te costará hacerlo, ya sabes...es gord...

—¡Cállate y cortame el cabello!— lo interrumpí.

¿Será cierto eso?

¡¿Por qué pensé eso!?

—Okay okay, tranquila morocha.— me dió la vuelta y puso una venda en mis ojos. Luego siento la respiración de Richie en mi oído y mi piel se erizó.— Estás en buenas manos.

Se separó de mi y siento como la tijera empezaba a cortar mi cabello, mordí mi labio nerviosa.

—Ten cuidado, Tozier.— advertí.

Me ignoró y siguió cortando.

Luego de unos minutos de sufrimiento, habíamos terminado.

—¡Ya está!— avisó, me sacó la venda y dejé de cerrar mis ojos ya que aún no quería ver el resultado por el miedo.

Pero ... fue todo lo contrario.

Mi cabello se veía a la perfección, pues tenía suerte de que sea ondulado. Richie hizo bien el trabajo y se lo tomó en serio lo de cortar el cabello hasta los hombros.

Sonreí con mis mejillas sonrojadas, miré por el espejo al chico que había cortado mi cabello, llevaba una sonrisa también.

—Debería ser peluquero, ¿no crees?— comentó.

—Es un gran avance, gafas.— opiné y me di la vuelta mirándolo con agradecimiento.— Gracias por no arruinarme el pelo.

—No es nada. De hecho...te ves muy bonita con el pelo corto, es decir con el pelo largo estabas sexy pero ahora estás aún más sexy. No digo que es algo malo pero...— dejé de escucharlo cuando pude darme cuenta que le parecía bonita...o sexy.

Puse mi dedo índice en medio de sus labios, callandolo.

—¿Te parezco bonita? o mejor dicho...¿Te parezco "Sexy"?— pregunté, quería asegurarme.

—Caroline, siendo sincero, eres la chica más sexy que conocí en mi vida y eso que he conocido muchas mujeres.— respondió con un leve sonrojo en sus cachetes.

Eso sonó muy Richie Tozier.

—Que buen halago.— dije sarcásticamente y salí del baño en busca de una escoba y una pala para limpiar el piso.

—Admitelo, te gustó.— me habló desde el baño Richie.

—Puede ser...— admití.

Estar en la casa de Richie no era tan malo después de todo.

𝗖𝗔𝗥𝗢𝗟𝗜𝗡𝗘 - 𝗿𝗶𝗰𝗵𝗶𝗲 𝘁𝗼𝘇𝗶𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora