Capítulo 3: Espectros de un futuro incierto

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Unas horas más tarde, esa misma noche.

Sudor frío recorría el cuerpo de la muchacha, suspiros de terror se escapaba de su boca, y sus pupilas se movían debajo de sus parpados de manera incontrolable.

"-- MARK, MALDITA SEA CORRE, MUEVETE, JODER, ¡¡¡MUEVETE!!!-- lágrimas se derramaban de mis ojos, una detrás de otra. Mientras desesperado, gritaba, e intentaba arrastrar el cuerpo de mi amigo. El calor del ambiente era asfixiante, por ello no sabía si mis lagrimas provenían de eso, o del terror. Se estaban acercando, no podía hacer nada. Solo podía gritar con todas mis fuerzas, para aunque sea escucharme a mi mismo, pues esas pisadas era lo único que se oían, fuertes y agobiantes.

No pude escucharle por eso mismo, solo leer sus labios -- ¿Por qué no te has ido aún? -- quizás no tuviese fuerzas para gritar, pues su piel morena era tintada de carmesí, dejando en claro que estaba herido, y además de gravedad. Casi podía ver sus tripas desbordarse de su estomago, a causa de los escombros que habían recaído sobre él.

-- NO TE PUEDO DEJAR AQUI MALDITA SEA. SALDREMOS DE ESTA, SALDREMOS DE ESTA, Y SALVAREMOS EL MUNDO ENTERO, VOLVEREMOS A CASA, POR TANTO DEJA DE SER UN MALDITO VAGO DE MIERDA Y POR FAVOR MUEVETE -- no podía dejarle atrás, no quería, era mi amigo, joder ¡era lo único que me quedaba en aquel infierno! -- POR FAVOOOOOR -- intente con todo lo que tenía arrastrarlo más lejos, pero solo conseguía avanzar lentamente pocos metros. MALDITA SEA NO QUERÍA MORIR. La desesperación amargaba mi boca, y hacía correr los latidos de mi corazón, las yagas de mis manos dolían, pero no importaba cuan mal estuviera, solo podía seguir arrastrando, tirando, empujando, ¡¿POR QUÉ?! JODER ¡¡¿POR QUÉ?!!

-- Si me hubieses dejado atrás, puede que.. -- lo último no lo pude ver, o escuchar, pues pisadas más fuertes y escombros en llamas se acercaban. Cayendo al lado nuestra, de manera tan brutal que fui incapaz de actuar de otra forma que no fuese cerrar fuerte mis ojos aterrado, antes de abrirlos y ver las bolas de fuego que nos rodeaban. Caos, solo caos.

-- NO ES EL MOMENTO DE REPRIMENDAS, SALDREMOS DE ESTA, ESTA VEZ NOS INVOLUCRAREMOS, SOLO MUEVETE -- de verás que intenté tirar de Mark, ir más rápido, pero hasta yo sabía que era inútil. Aun así no se porque no me rendía, simplemente mi cuerpo no quería rendirse.

-- Jacket, por favor, vete, y cumple tu misión-- y por mucho que lo dijese ya era tarde, levante la vista, y vi la muerte. Sentí mis dientes rechinar estridentemente, estallar, mi cabeza romperse, sintiendo un dolor insoportable, durante unos segundos que en mi mente se volvieron milenios. Y el último pensamiento que tuve fue un "No hice lo suficiente"

En ese instante Maya despertó, agitada, muerta de miedo, y no gritó por los pelos, agradeciendo en seguida por ello, pues habría despertado al resto del pelotón femenino. Pero antes del agradecimiento interno, y mientras su respiración, agitada, hacia una competición con su corazón palpitante, a ver que acabaría antes con ella, obtuvo dos pensamientos. Se agarró la cabeza dolorida como si aun pudiese sentir ese enorme peso aplastar su cráneo, y reventar sus tímpanos, aún escuchando esas pisadas retumbar en su cabeza. "¿Qué demonios... a sido eso? ¿Quién es Jacket?" Bajó su mirada, casi pudiendo ver aun los ojos, de aquel desconocido compañero, tiritar impotentes, heridos, y marrones delante de si misma, de ese tal "Mark". Bajó sus manos, y juró que pudo discernir sangre en estas durante un instante, pero fue imaginario. Pues allí no había nada excepto sus dedos limpios, y repletos de sudor frío. En ese momento otro pensamiento arremetió contra el débil cuerpo de la joven. "No fue suficiente".

El querer de un soldado; el deber de un guerrero //reiner braun x tu//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora