chapter three

553 82 7
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


QUINTO AÑO

Alena

Draco tiró una pila de libros sobre su mesa en la biblioteca, provocando que los estúpidos de Crabbe y Goyle, quienes lo acompañaban, empezaran a reír.

Luego él pasó a su lado asegurándose de chocar su hombro con el de ella antes de irse.

Lo que nadie noto fue la nota que se deslizó desde una página de un libro.

Alena empezó a recoger sus libros, cuando el trozo de pergamino cayó aterrizando en su regazo.

Personalmente, te recomiendo este.

Alena contuvo las ganas de hechizar al chico.

Sin embargo, avergonzada de sí misma tuvo que reprimir una sonrisa, odiaba las mariposas que estaban amenazando su estómago. Merlín ¿Qué le estaba pasando? ¿Era o no la segunda bruja más brillante de todo Hogwarts? Maldita sea, no, no podía sentirse así.

Dejó sus pensamientos a un lado mientras se levantaba y se arreglaba la falda.

—Vete a la mierda Malfoy.—murmuró entre dientes.

—¿A quién estás tratando de llevar a la cama? ¿Estoy invitado?—Theo se rió entre dientes apareciendo detrás de ella.

Alena soltó una risa mientras negaba con la cabeza.

—Vamos, Mione. Seguramente los chicos nos están esperando en el patio.

THEO

Theo podía tolerar a los Gryffindor, amigos de Alena, la mayor parte del tiempo. Pero él sabía que probablemente sólo lo hacía por ella.

Theo y Alena se hicieron amigos en su segundo año cuando él la encontró leyendo cerca de una ventana en unos de los pasillos del castillo mientras trataba de alejarse de su grupo de amigos previamente mencionado.

Al principio él era como ellos, un fiel creyente en la supremacía de los sangre pura, pero luego decidió que no quería tener nada que ver con su padre ni con ninguno de sus ideales. Además, no soportaba a los idiotas que siempre andaban persiguiendo a Malfoy.

Cuando vio a Alena leyendo junto a una ventana, su primer idea fue ir a molestarla, ya que era lo único que sabía hacer. Pero se veía tan hermosa, con una pequeña sonrisa mientras leía. Tan concentrada.

Él la había visto por la escuela un par de veces pero nunca la vio sonreír.

Se preguntó a sí mismo como alguien criado por un padre muggle y una madre traidora de la sangre, podía verse tan tranquila y feliz.

Sintió unas emociones extrañamente desconocidas.

Recordó haberla envidiado y luego querer protegerla para que nadie pudiera convencerla de seguir el mismo camino que el resto. Mirarla se sentía de la misma manera que admirar una pintura de un prado lleno de flores en medio de una tormenta.

Sabía que en algún punto de su vida, él fue feliz, aunque haya sido hace mucho tiempo. Cuando no tenía idea de lo que sucedía a su alrededor. Recordaba su infancia, esas veces que se sentía en libertad corriendo por los jardines de la Mansión Malfoy riendo con sus mejores amigos, Draco y Blaise. Así era su vida antes de convertirse en un lugar oscuro lleno de pesadillas.

Gracias a esto, siempre que tenía oportunidad molestaba a Alena, haciéndole la vida miserable. Pero, esta vez, se sentó a su lado y hablaron por horas y horas. Su maldito y terrible sentido del humor la habían hecho reír. Y desde ese momento se volvieron inseparables.

Él contó todo.

Ella lo entendía, ambos habían perdido a sus madres.

Seguro que tenían sus momentos difíciles, pero ella lentamente logró cambiar sus prejuicios de sangre pura y hacer que él viera la realidad.

Todavía tenía una fama de ser otro imbécil sangre pura, pero definitivamente no era la persona para la que había sido criado y no era el hijo que su padre tanto anhelaba.

Su padre no necesitaba saber sobre sus ideales, obviamente, tampoco era como si a Theo le importara demasiado, de todos modos, él ya era la decepción de la familia.

La relación de Theo con su padre era complicada. Aunque siempre había odiado a su padre, durante mucho tiempo intento enorgullecerlo, como suele hacer un hijo, pero después de sólo recibir palizas a cambio y de que constantemente  le recordaran que era una decepción, decidió si eso era lo que su padre pensaba en él, sería la mejor decepción de su vida.

Su único motivo en la vida era decepcionar a su padre, le daba una sensación de felicidad extraña. A diferencia de Draco, no quería tener nada que ver con su padre y se esforzó por asegurarse de no convertirse en nada parecido a él.

Además, Theo no tenía mucho de lo que estar agradecido, sólamente por Hogwarts.

Era su refugio lejos de su padre, y estaba agradecido por Alena, su única verdadera amiga, su mejor amiga.

Draco

Antes de salir de la biblioteca, Draco se volvió para mirar a Alena. Y para su sorpresa, ella estaba riendo con Theo.

Draco tuvo la repentina necesidad de golpear al chico. Aunque no estaba seguro de por qué.



























Algunas notas entre Draco y Alena:

La rata de la comadreja es repugnante.

Eso fue bastante descortés viniendo de alguien quién ayer era un roedor blanco.

Si estuvieras frente a mí ahora mismo, te lanzara un hechizo. Ese idiota pelirrojo dejó que ese animal se escondiera entre mis cosas. Se comió mi manzana.

¿Te sentirías mejor si te digo que eres un roedor encantador?

¡Oh, sí, asombrosamente divertido, demasiado ingenioso! Dios, este lugar parece una pocilga. Espera a que mi padre se entere de esto.

ALONE, TOGETHER | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora