Alena y Draco no habían hablado desde aquella discusión hace varias semanas.
Ambos dejaron de escribirse notas, argumentos, se perdieron el uno al otro. Pero ninguno de los dos lo admitiría. Sin embargo, sus discusiones, bromas, peleas a gritos, se mantuvieron a pie.
La única vez que Alena sintió un intenso fuego ardiendo en su interior fue cuando ella y Draco intercambiaron insultos.
Draco disfrutaba hacerla enojar y tener un oponente que pudiera considerar igual.
Sus argumentos eran una escapatoria para ellos, una forma de sentir algo más que entumecimiento. Extrañaban eso. Ambos estaban ansiosos por comenzar algo, pero ninguno quería ser el primero en decirlo.
En cambio, mantuvieron sus sentimientos reprimidos y bajo control, ambos preguntándose cuánto tiempo pasaría antes de que algunos se rompiera.
ALENA
Cuando Alena se enteró de que Draco invitó a Pansy al baile, no se sorprendió. Sin embargo, el nudo que se formó en su estómago, si lo hizo.
Ese mismo día, Alena invitó a Harry al baile, como amigos por supuesto. El chico había conseguido una cita por haber actuado como un cobarde, así que pensó que les beneficiara a ambos...
—Te ves preciosa esta noche Alena.—Harry le sonrió y le ofreció su brazo.
—Bueno, gracias Potter, no te ves nada. Si puedo preguntar, ¿Hay alguna razón por la que estamos siendo tan educados?
—Sólo actuando acorde a la ocasión.
Los dos se rieron en voz baja.
—¡Ambos se ven encantadores!—dijo Mcgonagall.
Alena le dio una de sus raras sonrisas educadas. La profesora siempre había sido amable con ella y había sido la única persona que se preocupaba regularmente cuando regresó a la escuela después de la muerte de sus padres.
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Alena estaba teniendo una noche perfecta, excepto por un pequeño detalle: Draco miraba fijamente no sólo a Harry sino a todos y cada uno de los chicos con los que bailaba.
¿Qué diablos le pasa?
¿Por qué le importaba con quién estaba ella? Había venido con la estúpida Pansy Parkinson y no es como si alguna vez se hubieran reconocido en público.
Con la mandíbula apretada, miró a Harry cuando entraron. A Fred en la primera canción que habían pedido un cambio de pareja, y luego cada vez que ella bailo con alguien más después de eso, incluso ahora cuando Cedric la hacía girar en la pista de baile.
Alena podía sentir su mirada impenetrable en Cedric y en ella pero hizo todo lo posible por ignorarlo y disfrutar de su noche a pesar de este pequeño inconveniente llamado Draco.
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ALONE, TOGETHER | Draco Malfoy
Fanfic─Se llama el bosque prohibido por una razón, Alena. La primera vez que Alena habla con aquel niño de ojos tristes fue en el borde del Bosque Prohibido en su primer año. El Bosque Prohibido. Un lugar lleno de secretos oscuros y peligrosos. Allí, sin...