Capitulo 1: El caos.

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Desperté aturdida por culpa de mi estúpida alarma.

Estire mi brazo hasta la mesa de noche, agarré con mi mano derecha el despertador y con flojera lo estrellé contra la puerta del baño de mi habitación.

Hasta que por fin dejó de sonar, decidí volver a dormir unos ''5 minutos más''...

1 Hora después...

Estaba tan concentrada en mi sueño cuando...

-¡Charlie!, ¡despierta!, Mira la hora que es, YA ES TARDE. ¡HOY ES TU PRIMER DÍA DE CLASES!, DESPIERTA-Mi hermano mayor como siempre de metiche, me despierta a gritos.

Enojada me estire hasta que logré que mi huesos sonaran, le di una mirada matadora a mi hermano el cual salió corriendo como todo un cobarde que es, me deshice de mis sabanas y con toda la flojera del mundo me puse de pie... Me dirigí rapidamente al baño a ducharme, ya que me sobraba sólo 30 minutos para entrar a clases.

Salí casi volando del baño, me vestí, poniéndome una polera negra que tenía el nombre de una banda de rock que ni siquiera sabía que existía, unos jeans azul y mis adorados vans negros.

Corrí hacia abajo para irme a la escuela.

-¡WIIIIIILLIIIIAAAAAMMMM!, ME VOY, YA ES TARDE, MUEVE TU TRASERO RÁPIDO HACIA ACÁ Y LLEVAME A LA CÁRCEL, DIGO A LA ESCUELA- grité lo más fuerte que pude.

-¿Será que puedes gritar un poco más fuerte?, Lo que pasa es que estoy algo sordo-dijo sarcásticamente william desde el segundo piso del apartamento.

-QUEEE..

-¡Ya, ya, ya! Ya te escuché, ya voy- me cortó y bajó las escaleras.

-Cuidado se te parte una pierna de lo rápido que vienes- le dije burlonamente.

-Ja ja já, yo no fui el que me levanté una hora después de lo habitual- me contraatacó y guiñó un ojo.

Rodee los ojos y me dirigí hacia la puerta.

Salimos del apartamento y fuimos hacia el auto de el estúpido de William.

Me puse frente a la puerta del copiloto.

-¿No piensas abrirme la puerta, señor no soy para nada caballero?- le pregunté con una sonrisa malvada.

-Ño- me respondió con tono de "bebé" según él, y sacando me la lengua.

Rodee los ojos.

-Infantil.

-Así me amas- me guiñó un ojo y tiró un besito.

-iugh- me introduje el dedo índice a la boca insinuando como si fuera a vomitar.

Rodó los ojos.

Sonreí y abrí la puerta del auto, al igual que will.

-¿Cuanto falta para entrar a clases?- me preguntó William con cara de preocupado.

-10 minutos pendejo, ves apresurando te si no quieres que me pongan mi primer retraso por tu culpa- le respondí en un tono amenazador.

-Yo no fui el que se despertó una...

-SI, SI, SI. YA SÉ, ¡RÁPIDO!

...

En todo el camino William no hizo más que regañarme por haberme quedado dormida una hora más, yo le daba peñizcones gritándole que me dejara de regañar que yo no soy su hermana menor, ni mucho menos su hija. (En realidad si soy su hermana menor pero eso no le da derecho de regañarme ¡Joder! Yo ya estoy glandeshita).

Llegamos a nuestra escuela, la preparatoria Beacher del norte de California.

Gracias a los dioses de "Tengo un hermano sin cerebro y algo gay, que no sabe manejar del todo bien" nos ayudaron a llegar a tiempo.

Salí del auto, le metí una patada en el sistema reproductor de william y salí corriendo hacia la prepa a la aula de clase que me tocaba en la primera hora, la cual era matemáticas, (Buena manera de comenzar el primer día de clases, *nótese mi sarcasmo*)

Cuando llegué a la clase de matemáticas pude notar como todos me quedaban mirando raro. ¿Acaso que tengo? ¿Hay algo malo conmigo, con mi cara, mi ropa? No entendía porque todos me miraban con cara de "¿Y esta tipa que o qué?"

Traté de parecer como si no me diera cuenta de que me estaban mirando y me senté en el único asiento que estaba desocupado, miré hacia al lado ya que sentía una risita burlona muy familiar. Tryxie, la pelirroja tonta pero buena para dar concejos de mi mejor amiga, se estaba burlando de mi.

-¿De que te burlas pendeja?- le pregunté con cara de 'te voy a matar'.

-de ti- me respondió seguido de su risita burlona.

Busqué el mini espejo que tenía en mi mochila, y me observé.

-OH-MY-GOD ¿QUEEE EEESSS EEEEESSSTOOOO?- grité con todas las fuerzas de mis amígdalas, dejando caer el espejo al suelo y confundiendo a todos los que estaban ahí.

Tenía mi cabello como un nido de pájaros, con razón sentía que me había faltado hacer algo antes de salir del apartamento, pero ¿peinarme? No, no, no y NO.

Ahora entiendo porque todos me quedaban mirando raro.

¡Parezco una escoba! Ugh.

Voltee a ver a tryxie la cual me miraba con cara de 'yo no sé nada' (maldita pelirroja que no me dijo que mi cabello parecía una tusa).

Un viaje a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora