forest | 𝓳𝓮𝓷𝓼𝓸𝓸

two

Jennie podría afirmar que Dr. Paulson había tenido un día largo.

"¿Todo bien con su mujer, Doctor?" Jennie pregunta con educación.

"Estupendamente." Dr. Paulson resopla, dejándose caer en su silla. "¿Chocolate o piruleta?"

"Piruleta." contesta Jennie. De vez en cuando le gusta chuparlas de la manera más obscena posible, simplemente para comprobar las prioridades del Dr. Paulson.

La piruleta es roja, con un sabor verde-rojo-amarillo, como las cerezas. Jennie la pasa de un lado a otro sobre sus labios con prudencia, haciéndolos lo más rojo posible.

"En la última sesión hablamos sobre libros." dice Dr. Paulson, sin prestar atención al trato que le da Jennie a su piruleta. "Y dolores de cabeza."

"Esas dos cosas deberían ser sinónimos." dice Jennie

"Sí, lo has mencionado muchas veces." dice Dr. Paulson, sonando cansado.

"Y la Biblia-

"tiene una letra tan pequeña que podrías estar mejor mirando un arco iris." finaliza el doctor.

"Aunque la primera parte-"

"del Génesis es casi completamente fácil de entender, por lo que puedes leerla." dice Dr. Paulson. "Tomo notas muy buenas. ¿Recuerdas?"

"Me acuerdo." dice Jennie en el mismo tono que usa con su madre.

Dr. Paulson, quien está completamente familiarizado con los tonos vocales de Jennie, suspira.

"Jennie, siento que no esté haciéndolo lo mejor que puedo hoy." dice. Se inclina hacia delante, y Jennie se tira hacia atrás tan rápido que casi se atraganta con la piruleta. "Lo siento, lo siento." se disculpa Dr. Paulson. Se quita las gafas para frotarse la cara con su mano. "Lo siento mucho, Jennie."

Jennie no dice nada. Piensa que si abre su boca, nada exceptuando el balbuceo sin sentido que sólo Jisoo parece entender se escaparía de su boca. Su corazón bombardea bajo su pecho, y Jennie coloca las manos sobre su pecho. Dr. Paulson sigue sus movimientos y hace una mueca.

"Lo siento mucho, Jennie." repite. "No quería asustarte."

"Estoy bien." dice Jennie, agradecida de que lo que escucha ha salido como unas palabras 'normales'.

"No lo estás, Jennie." Dr. Paulson dice en un suspiro. "No estás bien." Sacude su cabeza lentamente, como para olvidar lo ocurrido. "¿De qué quieres hablar hoy?"

Jennie se encoge de hombros. "No sé."

"¿Has estado escribiendo?" pregunta Dr. Paulson.

"Un poco." murmura Jennie, agarrando un hilo suelto de sus vaqueros.

"¿Has estado escribiendo sobre algo particularmente interesante?"

"La casa en el árbol." dice Jennie antes de desear que no hubiera dicho nada porque los ojos de Dr. Paulson se vuelven azules-naranjas-verdes, interesados y casi con un aspecto hambriento.

"¿Qué casa del árbol?" pregunta Dr. Paulson, apuntando algo en su libreta.

"Nosot- Yo encontré una casa en el árbol, en el bosque." murmura Jennie, con el ceño fruncido mirando a la alfombra. Comienza a sentirse extrañamente expuesto ahora.

"¿Cómo era esa casa del árbol?" pregunta el doctor, sin alzar la vista de su libreta.

"No sé. Hecha de madera vieja." Amarilla-púrpura. Era de la manera en la que se siente la tiza mojada. Era el Si más grave del piano.

"¿Saben algo tus padres sobre la casa en el árbol?" pregunta Dr. Paulson.

"¿Eso importa?" dice Jennie, un poco más a la defensiva de lo que pretendía.

Dr. Paulson parpadea. "Supongo que no." dice lentamente. "Sólo quería saber si has estado hablando con ellos."

"Podrías simplemente preguntarle eso a ellos." Jennie advierte. "Podrías haberme preguntado a mi."

"Es verdad, Jennie. Lo siento." dice Dr. Paulson, sonando genuinamente meloso. "¿Has estado hablando con tus padres?" Jennie deja salir un bufido. "Eso pensaba." el doctor se inclina hacia delante con lentitud, de manera que Jennie tiene tiempo de prepararse para su presencia cercana. "Creo que deberías hablar con ellos, Jennie. Ellos se preocupan de verdad por ti."

"No lo hacen." Jennie sabe que suena como una niña, como el olor de cáscaras de naranja, pero no le importa.

"Sí lo hacen, Jennie. Estuvieron muy alterados cuando descubrieron lo que te pasó."

"Nunca me creyeron."

"Jennie, tú no eras muy fácil de entender entonces." dice Dr. Paulson dulcemente. "Sigues sin serlo, honestamente."

"Tú pareces conseguir hacerlo."

"Llevo conociéndote desde hace mucho tiempo, Jennie."

"Pues igual que mis padres."

"¿Lo han hecho acaso?"

Jennie se mantiene en silencio durante un momento. "No." Hace una pausa. "No me conocen en absoluto."

"Jennie, ¿alguna vez has pensado en hacer las paces con tus padres?" pregunta Dr. Paulson.

Jennie frunce el ceño. "Ellos deberían ser los que hagan las paces conmigo."

"Lo intentan, Jennie, de verdad." dice el doctor. "Supongo que no te habrás dado cuenta, pero están intentando disculparse."

"Pues están haciendo un trabajo de mierda." murmura Jennie.

Dr. Paulson ignora ese comentario. "Ellos dijeron que han estado intentando sacarte fuera más veces y que participes en actividades familiares."

"Odio las multitudes." Jennie le dice al doctor. "Odio los juegos de mesa. Odio la televisión."

"Ellos no saben lo que te gusta, Jennie." dice Dr. Paulson. "Pero estoy seguro de que estarán felices en hacer junto a ti lo que a ti te guste hacer."

"Yo..." Jennie hace una pausa. "No hay nada que me guste."

Dr. Paulson se queda callado durante un momento. "Te gusta Jisoo."

Jennie parpadea. "¿Qué?" Dr. Paulson nunca antes había estado dispuesto a hablar sobre Jisoo.

"No estoy diciendo que Jisoo sea real, Jennie." dice el doctor rápidamente. "Pero a lo mejor podrías intentar hablar sobre ella con alguien de tu familia."

"¿Con qué propósito, a parte de que tengan que atender a mis delirios?"

"Te ayudará a abrirte a ellos." dice Dr. Paulson, ignorando el sarcasmo de Jennie. "Eres mucho más fácil de entender cuando hablas sobre algo que te apasiona."

Jennie piensa sobre eso. "Tendrás que preguntar a mis padres si estaría bien que yo hablara sobre Jisoo."

Dr. Paulson suspira. "No me refería a eso cuando dije que iba a hablarles sobre Jisoo, Jennie, Lo siento."

Jennie se encoge de hombros. "Como sea."

Dr. Paulson se asiente a sí mismo con lentitud, apuntando algo en su libreta. "Hablaré con ellos."