xx. just children

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Cuando Cassandra finalmente creyó que podrían marcharse le explicaron la situación; ellos estaban allí para buscar a la hermana de Daniel, el chico extraño, y si no fuera porque su hermana había sido secuestrada probablemente ahora la rubia no est...

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Cuando Cassandra finalmente creyó que podrían marcharse le explicaron la situación; ellos estaban allí para buscar a la hermana de Daniel, el chico extraño, y si no fuera porque su hermana había sido secuestrada probablemente ahora la rubia no estaría allí parada.

El mundo ya era loco de por sí sin el apocalipsis.

El hombre les explicó que para poder llevarse a Luna debían darle la cura del virus, Cassandra se rio en su cara pensando que estaba loco, pero el resto estaban completamente serios.

Finalmente cuando los dejaron a solas para decidir, Daniel le explico a Cassandra el asunto con esta flor que podía hacer que el virus desapareciera. Al principio creyó que era una broma, pero este solamente funcionaba en las plantas y todo punto de la naturaleza que tocara esa horrible cosa.

Su miraba había decaído cuando le dijo que no podían utilizarlo en personas, pero ellos contaban con un laboratorio y Fie, quizá podrían hacerlo funcionar.

En ese momento la discusión era ¿Le daban a ese tipo lo que pedía o no?

─Solo denme un arma o una navaja, terminaré con él en lo que ustedes pestañean. ─exclamo la rubia ya harta.

Daniel la miro con el ceño fruncido preguntándose por que una chica tan linda haría y diría eso. Daniel, no sabía nada de Cassandra aún.

─Te presento a nuestra asesina a sueldo. ─soltó sarcásticamente Kira señalando a Cassandra.

Antes de que la rubia pudiera responder algo, Simone se le adelanto.

─No, Cassandra, él podrá ser una mala persona pero esos niños están bajo su cuidado.

La mencionada rodó los ojos, esos niños sabían cuidarse muy bien y con gusto le contaría a Simone como la habían golpeado y dejaron noqueada en el bosque.

Hasta que la conversación comenzó a acalorarse, Simone gritaba que debían darles la cura para poder recuperar a Luna mientras que Daniel se negaba rotundamente a darles algo, pero el precio lo pagaría su hermanita.

─Si fuera mi hermana, haría lo que fuera necesario. ─soltó Cassandra mirando al chico.

─¡Hace dos segundos querías matarlo! ─el grito de Daniel la tomó por sorpresa, abrió sus ojos demás.

A partir de ese momento se quedó callada, que solucionaran el problema como pudieran ella no iba a dar más su opinión si recibía esa clase de respuesta. Al cabo de unos minutos acordaron algo y fueron a comunicárselo al hombre.

Simone les explicaba que iban a tener una dosis cada catorce días, eso era más que suficiente según ellos, pero el hombre no estaba del todo complacido con aquello.

─Y si no te gusta la idea, tengo otra solución. ─dijo Cassandra en voz baja mirando el arma de Kira, sin embargo, Daniel a su lado la oyó.

─Tenemos un trato. ─dijo sonrientemente el extraño.

─Bien, ahora queremos a la niña. ─se apresuró Cassandra.

Tenían el tiempo contado y Simone y su plan no ayudaban. Aun tenía que contarle todo lo que estaba sucediendo en la base de Apollon, además de que Martin seguramente estaba tras ellos y los encontraría tarde o temprano. Y si Martin los encontraba, eso significaba que Rasmus también.

─Por supuesto, pero primero, celebraremos con Coca-Cola.

Cassandra frunció el ceño ante la extraña petición del hombre, su desconfianza se activó en cuestión de segundos, pero cuando ya tenía la lata en manos no pudo hacer nada más que beberla para no quedar mal.

Esa fue una muy mala idea, porque otra vez, sintió su cuerpo caer para luego ver todo negro.

Maldita sea.

• • •

─Hey, Cassandra, despierta.

Podía oír la voz de Simone como un murmullo lejano y trataba con todas sus fuerzas abrir sus ojos hasta que un fuerte sonido logró ayudarla. Cuando los abrió se encontró con Jean y un carrito de compras.

─¿Cassandra? ¿Cuándo llegaste? ─pregunto el rubio confundido.

─Larga historia. ─la rubia le restó importancia mientras tocaba su cabeza, dolía.

Kira, Simone, Daniel y la famosa Luna se encontraban allí dentro.

─¿Dónde están los niños y el loco? ─pregunto Cassandra cuando se dio cuenta.

─No lo sé, estaba esperándolos abajo, cuando los vi salir corriendo del edificio...

─La flor. ─exclamaron Simone y Daniel mirándose.

Salieron corriendo, encontrándose con el lugar completamente desierto, definitivamente iban tras la flor. Y en ese momento Cassandra pensaba que tendrían que haberla dejado matar al idiota.

Corrieron fuera del edificio, pasaron por un tipo de pueblo abandonado, y por último un puente que estaba sobre una gran laguna, era realmente hermoso pero no tenía tiempo para quedarse mirándolo.

Unos metros después se encontraron con un campamento y notaron a dos personas sentadas fuera de una caravana, estos se removían de un lado a otro.

─¡Mamá! ¡Papá! ─gritaron Luna y Daniel tomando ventaja.

─Kira, Cassandra, Jean. ─la Andersen los llamó tomando la delantera.

Debían encontrar esa flor lo más rápido posible, Cassandra no sabía nada de esa cosa pero si servía para quitar el virus de Rasmus y Sarah, estaría más que complacida.

Al cabo de unos minutos llegaron a una construcción abandonada, parecía una especie de fábrica pero cuando entraron se dio cuenta de que era una piscina climatiza quizás, el lugar estaba bastante silencioso.

Los primero cuerpos aparecieron en su vista, estaban por todos lados, Cassandra se quedó completamente seria. Eran solo niños, niños que seguían a un hombre que probablemente solo los utilizaba.

─No... ─Jean se acercó al primer cuerpo sin vida y parecía estar a punto de llorar.

La rubia se acercó a su amigo y tocó su hombro, demostrándole que no estaba solo.

Simone y Kira miraban todo más que sorprendidas.

─Está muerto. ─murmuro el rubio.

─Lo sé, Jean. ─respondió del mismo modo Cassandra.

Era simplemente horrible, la sangre y los cuerpos estaban por doquier, parecían haber sido explotado desde el interior, sus pequeñas anatomías habían sido lanzadas por los aires y chocaron contra lo primero que apareció en su camino.

Cassandra notó a Simone parada mirando a punto fijo, estaba fuera del lugar por lo tanto no podía verlo, dejó a Jean para acercarse a la Andersen y ver de qué se trataba. Era aquel hombre, sentado en el suelo.

─Solo... solo quería...darles un poco de... de esperanza. ─le costaba hablar y cuando se volteó a ver a las rubias, notaron que un ojo le faltaba.

Cassandra no lo dudo dos veces y tomó el arma de su cinturón, que había recuperado antes de abandonar el edificio, para luego disparar al cráneo del hombre que ya estaba muerto.

─Eran solo niños. ─fue lo último que dijo antes de marcharse de la escena.

Dejando a Simone completamente aturdida, al voltearse chocó con Daniel quien la miraba como si estuviera loca. Sin embargo, Cassandra siguió con su camino.

Haber asesinado a aquel hombre no había sido un capricho, y no se iba a tomar el tiempo de explicarles a sus amigos el porqué de sus acciones. Era una historia complicada y quería suponer que ellos ya sabían la respuesta o al menos tenían una idea.

GOLDEN ✶ rasmus andersen ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora