GOLDEN ✶ rasmus andersen ✓

iii. patient zero

Cassandra había abandonado Apollon hace dos años y ahora mismo llevaba una vida tan normal como se puede en medio del apocalipsis, sus hermanos se habían vuelto parte vital en su vida pero aún no quería admitirlo. Seguía trabajando en eso de poder mostrar sus emociones a flor de piel.

Había hecho buenos amigos en ese grupo de ochenta personas, pero con el paso del tiempo todos fueron muriendo hasta que quedaron poco más de diez contándose a ella y sus hermanos. Los únicos amigos que le quedaban eran Fie y Anders, con la mujer pasaba grandes momentos respecto a la ciencia y más y con el hombre era pura diversión.

No tenía una rutina establecida como hace años por lo tanto disfrutaba haciendo lo que se le viniese en gana, visitaba a Sarah en aquel lugar donde vivía encerrada prácticamente o vigilaba desde el techo que no apareciera nada extraño. Jakob ya le había dicho que nadie podría encontrarlos, pero aún así la rubia no se sentía del todo segura.

─¿Qué tenemos hoy? ─pregunto Cassandra mientras se acercaba a un chico que vigilaba las cámaras del lugar.

Tomo asiento en una silla giratoria y se recostó en esta mientras bebía agua de una botella.

─Lo mismo de siempre. ─respondió el chico desanimado. ─nada, Fie y Anders salieron por el asunto de los árboles pero ya deben...

Por el rabillo del ojo pudieron ver movimiento en las pantallas y al ver que sus compañeros no estaban solos se alertaron, detrás de Fie y Anders entraron un pequeño grupo de personas que no tenían buen aspecto.

─Fie... ─el chico sentado junto a Cassandra oprimió un botón para que su voz se oyera en la pequeña habitación que podían ver a través de las cámaras.

─¿Qué mierda es esto? ─la rubia empujo al chico y corto su habladuría. ─no pueden traer a nadie más.

─Examínalos. ─fue lo único que dijo la mujer.

Cassandra frunció el ceño sin entender de que hablaba y con el joven a su lado se miraron, en cuestión de segundos la luz de donde estaba el grupo se apagó y comenzaron a examinar a cada uno de ellos hasta que la alarma sonó avisando que uno de ellos tenía el virus.

─Debería estar muerto. ─susurro para sí misma Cassandra mirando al chico rubio desde la pantalla frente a ella.

─No es una reacción tardía, es el paciente cero. ─comento Fie.

El ceño de ambos se frunció, confundidos por las palabras de Fie, y Cassandra salió corriendo en busca de Jakob. Ese chico no podía ser el paciente cero ¿Cierto?

• • •

─¿Realmente no quieres mi ayuda? ─pregunto Cassandra por milésima vez a su hermano.

─No, Cassie, es peligroso. Ya te dije que vayas con el resto para llevarlos a sus habitaciones y responder las dudas que tengan.

Cassandra bufo y salió del laboratorio a regañadientes. Cuando cruzo la puerta se encontró con aquel joven rubio, portador del virus, por instinto retrocedió unos pasos sin querer estar muy cerca de él. Detrás del chico venían Fie y otra mujer rubia.