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Miraba feliz todo a su alrededor, la primera vez que salía con su padre y este no lo miraba con desagrado, dejándose llevar por la emoción tomo la mano de su padre que luego alejó con rapidez.

El mayor lo vio, le sonrió y tomó su mano.

Una gran sonrisa adorno el rostro del menor, mientras desde atrás, sus hermanos, Kazajistán y Ucrania, lo miraban preocupados.

— Yo creo que no debió aceptar el trato. —

— Opino lo mismo, pero...Kaz, папа nunca lo trato como a uno de nosotros. —

— Lo sé, lo sé, pero sigo opinando que hizo lo incorrecto. —

— ¿Por qué? —

Kazajistán se detuvo por unos segundos.

— Porque el hecho de que finja ser algo que no es, va a hacer que se odie por quién es —Miro a su hermano preocupado y siguió su camino, dejando a un ucraniano con mucho que pensar.

Llegaron a un parque donde habían muchos niños, corriendo por todos lados, yendo donde sus padres quienes los recibían con amor.

El ruso añoraba con todo su corazón poder lograr algo como eso, y pensaba que ya lo había conseguido.

— Папa, ¿qué hacemos en el parque? —

— Hemos venido para que aprendas a controlar tus feromonas. —

— ¿Por qué? Si ya dije que soy un alfa, puedo decirles a todos que soy un alfa sin necesidad de hacer eso. —

La inocencia del pequeño no era tan grande, pero en temas como omegas, alfas y betas, era todo un principiante.

— Porque tú podrás actuar como un alfa, pero tus feromonas te van a contradecir fuertemente, es por eso que estamos aquí. —

Se agachó a la altura de su primogénito, este lo miro algo confundido.

— Quiero que te juntes más con otros alfas y me digas que sientes, sin ocultarme nada. —

— ¿Por qué? —

— Porque así podré ayudarte a que nadie te descubra, jamás. —

— ...¿Es tan malo ser un omega, папа? —

— De lo peor. —

El menor vio a su padre con los ojos abiertos, no pensaba que su "clasificación" era tan mala.

— Ahora, se un buen hijo y ve hacer lo que te dice tu папа —

— Да! —

Se alejo de su padre a paso veloz, con una gran sonrisa de alegría y emoción. Por fin podría socializar con otros niños que no sean sus hermanos.

Vio a dos jóvenes como él con franjas horizontales; negro, rojo y amarillo.

Las feromonas que soltaban, indicaban que ambos eran alfas. No se veían tan agresivos así que se les acercó, aunque talvez fue un mal movimiento haberlo hecho por la espalda.

— ¡Hola! —

Los dos hermanos voltearon enseguida alarmados. Pero se calmaron al ver que era solo otro niño.

— Hallo. —

— Hola, mi nombre es Rusia. —

Ambos se pararon, el que parecía ser el mayor le extendió la mano, a lo que el ruso la tomó e hicieron un apretón.

— Mi nombre es Alemania Oriental, él es Alemania Occidental. —

— Hallo... —

El ruso los miro curiosos.

— ¿Ustedes son gemelos o algo así? —

— Creemos que no, aunque sí nos parecemos mucho como para decir que lo somos. —

— Debe ser divertido andar con alguien que sea igual a ti. —

— No realmente, aveces nos confunden. —

— Aunque es tonto, no nos parecemos tanto para que pase eso. —

Toda la tarde, el pequeño ruso se la pasó con esos dos alemanes, le gustaba estar con ellos aunque les parecía que eran algo fríos y reservados, así que comenzó a copiarlos un poco en ese aspecto pensando que así debían comportarse los "alfas".

Alemania Occidental, por alguna razón se le quedaba viendo a Rusia. Lo examinaba con la mirada, había algo en él que le parecía llamativo pero no descifraba que era exactamente.

Mientras que Alemania Oriental se la pasaba bien hablando con el ruso, no hablaba mucho con otros niños ya que parecían tenerles miedo, pero no entendía el por qué de esto; solo agarraba a su hermano de la mano e iban juntos a casi todos lados, algo normal entre ambos, así que estaba feliz de que Rusia se les haya acercado y sin mostrar una pizca de estar asustado.

El "hermano menor" de los alemanes se alejo de ellos por un momento, le estaba costando un poco el respirar, se sentó bajo un árbol y se puso a ver el cielo.

Cerro sus ojos por un momento, disfrutando de la brisa que daba contra su rostro suavemente, escuchando las aves cantar.

Cuando pensó que ya había estado suficiente tiempo lejos de ambos, se levantó del suelo, sacudió su vestimenta. Estaba por retirarse cuando una flor llamó su atención, una de pétalos al rojo vivo que parecían tener forma de una bolsa, le pareció muy linda, se acercó para tomarla pero no vio las espinas con las que sus dedos se pincharon, alejó su mano velozmente cuando sintió dolor en sus dedos y un líquido carmesí salía de ellos.

Busco una piedra y con cuidado trataba de sacar las espinas del tallo de la flor, para no romperla o lastimar sus pétalos.

Cuando vio que no había ninguna espina a la vista, la tomo y arrancó de la tierra con cuidado. Luego de tenerla entre sus manos, emprendió camino a donde estaba su hermano con el ruso.No esperaba que este ya tuviera que irse.

— Fue lindo pasar el rato con ustedes, pero creo que se está haciendo tarde y mi papá se va a preocupar. —

— No hay problema, es igual en nuestro caso, ya debemos irnos Occidente. —

El menor suspiro, paso todo el rato distraído y lejos de su hermano.

— Bueno, ya me voy, ¡hasta luego! —

— ¡E-Espera! —

El ruso paró y volteó preocupado.

— ¿Qué sucede? —

Alemania Oriental miro confundido a su hermano, este con nervios se acercó al contrario y le extendió la flor, este lo miro sorprendido.

— T-Toma, cuídala, talvez no dure mucho tiempo porque no tiene raíz p-pero, si la cuidas durará un tiempo —

Un suave tono rojo adorno sus mejillas. El ruso la tomó con cuidado y le sonrió.— Спасибо, voy a cuidar muy bien de ella. —

Se retiró de ahí caminando tranquilamente, pensaba contarle todo a su padre, seguro lo iba a felicitar, después de todo había recibido una flor de su amigo. Le había ido genial siendo un alfa, ¿verdad?

ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora