ALFA

cuatro

 — papá...¿estás molesto?  —

Silencio.

 — ¿fue mi culpa?  —

Silencio de nuevo.

Desde que salieron de la "casa de Italia Fascista", si así se le podía calificar al lugar, el alfa mayor estuvo en silencio todo el tiempo, preocupando al pequeño omega. No lo volteaba a ver y sus pasos eran veloces, dejando casi atrás al ruso que, a veces corría, para no perderse en las calles de Moscú.

Todo el camino de regreso el ruso se culpaba, diciendo que su padre estaba molesto por algún error suyo, no sabía que podía hacer enojar a su padre tan fácilmente.

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Cuando llegaron a su casa, el mayor se detuvo y con voz grave le dijo al menor

 — в вашу комнату Россия, поговорим позже. (a tu cuarto Rusia, hablamos después.)  —

El menor asintió instintivamente y subió las escaleras velozmente, casi tropezándose en una de estas, todo bajo la mirada atenta de la URSS, quien, al ver lo último solo bufó fuertemente y caminó dando fuertes pisadas hacia su estudio; dónde, todos sus hijos tenían prohibida la entrada.

Ya en su cuarto, Rusia se tiró en la cama de Bielorrusia mientras se tapaba la cara suspirando levemente.

 — ¿día difícil?  —Letonia salió detrás de la puerta.

 — cállate, no quiero hablar con nadie ahora  —

 — debió haber sido realmente malo, cuéntame y a lo mejor puedo ayudarte hermano mayor  —

 — no quiero, no te preocupas por mí en lo absoluto, solo quieres saber que está pasando —

 — ¿y que sucede si es así?   —pregunto la letona.

 — que no estoy de buen humor para ser parte de tu "chismógrafo diario"  —dijo el ruso mientras levantaba ambas manos y hacia comillas en el aire con sus dedos.

 — pero lo que le pasa a Bielorrusia no es tan bueno  —

 — se torció el pie tres veces esta semana  —la miró mal el euroasiático.

 — noticia vieja —dijo ella sin tomarle mucha importancia.

 — Kazajistán se volvió a quedar atorado en un árbol en sus prácticas de vuelo  —

 — corrección, se le atoró la cometa, trató de sacarla volando a por ella y también se quedó atorado. Al final, tuvimos que llamar a los bomberos porque nadie le importaba realmente y todos se enteraron sin necesidad de MÍ ayuda  —se señalo con un dedo — siguiente.

 — Georgia casi quema la casa el día de ayer  —

 — ayer querido, ayer.  —

 — ¡Turkmenistán trato de seducir un árbol estando borracho!  —

 — hubiera sido mejor noticia si no hubiera estado borracho  —

 — eres exigente-  —

 — solo los mejores chismes y noticias vergonzosas merecen estar en mi periódico  —habló orgullosa de su proyecto.

— ya veo... momento ¿por qué lo que me está pasando a mí sería interesante? —dijo mientras sentaba en la cama, sería incómodo hablar sino.

— ¿¡CÓMO NO?! —gritó sorprendida— todos hablan de ti y tu tontería de "hazaña" —le devolvió las comillas al contrario— igualmente no todos entendieron lo que pasaba entre U.R.S.S y tú aunque ocurrió en frente de ellos... literalmente ¡pero ya los conoces! No me harían caso, tú eres el único que sí...

— entiendo, entiendo... bueno, pues —Letonia lo miró emocionada, al momento comenzó a sacar sus cosas de "periodista" y se puso a grabar lo que decía su hermano— solo quería ser como el resto, amados por nuestro padre, él no dejaba de mirarme hacia abajo desde el momento en el que se reveló mi género secundario y realmente due-- d-digo, es comprensible, después de todo, quién quisiera ser un asqueroso omega... ¿v-verdad?

— mmmh, ya veo... y si papá te hubiera querido siendo un omega ¿estarías feliz como eras?

Una pregunta trampa.

Todos en su casa, toda su familia, miraban el periódico de Letonia, hasta su padre. No podía decir lo que sentía o pensaba en ese momento ¿pero qué siente exactamente? No importa lo que siente, solo importa como debe ser.

— no creo, ser un omega tal vez iba a ser una distracción y papá siempre va a querer lo mejor para nosotros después de todo —sonrió, ¿sonó convincente verdad? Sus manos temblaban levemente, esperaba que su hermana no lo notara.

— ... —ella lo miró por un rato, se puso nervioso, se ponía pálido en cada segundo— ¡está bien! —volvió a respirar ¿cuánto tiempo llevaba conteniendo la respiración?— ¿y cómo te sientes? ¿te hicieron algo?

Claro que quisieron hacerlo, pero no pudieron, aún.— no, papá jamás me haría algo malo, ni a mí ni a ninguno de ustedes 

— entendido... bueno ¡eso sería todo por ahora! Luego continuamos, recordé que tengo tarea extra que hacer y aún tengo que pasar esta entrevista a la laptop, nos vemos~ —y desapareció dejando la puerta abierta, aunque igual no se iba a enojar por eso.

Siguió sentado en la cama por un rato, mirando a la nada, pensando en silencio lo que había pasado hace unos momentos ¿realmente no había cometido ni un solo error?— ...проклинать. (maldición.)

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U.R.S.S. necesitaba encontrar a alguien rápido; era muy necesaria alguna cosa, cualquier cosa, para hacer que su hijo parezca- no, sea un alfa.

¿Pero a quién? no confiaba lo suficiente en Nazi, no era nada predecible, nunca sabía lo que haría y eso no le gustaba, era un "Beta" pero hacía temblar a los de más alto rango que el suyo. Pero jamás le confiaría ninguno de sus hijos, ni si quiera Rusia. 

Si él tenía un problema, él solo podría solucionarlo... al menos, sin Nazi.

Aunque se le acaba de venir a la mente una buena idea de a quién pedirle ayuda, tal vez tengan sus diferencias pero igual se podían llevar bien cuando querían. Con esa idea en mente se acercó a su teléfono y marcó un número; esperó con el tono de llamada a que el contrario respondiera.

— hello?

— Привет Америка (hola América), ¿cómo estás? —uno nunca debe olvidarse de las formalidades al hablar con alguien.

— ...The hell you want? You know what time is it?(¿qué demonios quieres? ¿sabes qué hora es?) 

— quiero hablar contigo sobre un pequeño problema que tengo

— I see, you're coming? (Ya veo ¿vas a venir?)

— te veo mañana en tu país, ahí tendrás más información sobre qué es lo que vas a hacer. —colgó sin esperar una respuesta del contrario, ahora debía ir a alistar sus cosas y las de Rusia, mañana sería un día especial.