La historia de un alma

La vida en que descubrió su deseo sexual y su propio sexo.

Cuando cumplió a los... ¿9 años?, es decir, cuando comenzó la verdadera era digital y podía navegar por internet, disfrutaba con cada cosa, hasta que se topó un video curioso pero inusual, creyendo que era algo normal eso, su mamá, otra vez, la limitó, no le permitió curiosear, pero la pequeña niña nunca entendió la reacción alterada de su madre, caso que había asustado por el grito que recibió, y menos entendió qué carajos iba a hacer la mujer desnuda con un aparato de esos, ni si quiera esa mujer moduló algo de explicación sobre esa cosa, al principio pensó que ese aparato iba a servir para masajes corporales, algo saludable para su cuerpo pero después de allí, no entendió en lo absoluto su intención, tan sólo frunció el ceño ante su acción, y por la alteración de su madre, su pensamiento fue: "vale, no veré más este tipo de cosas (sobre esos aparatos vibrantes)." Que años más tarde, vio aquél aparato vibrante en la casa de sus tíos, pero de diferente tamaño (ya que la que vio en el video era pequeño), era grande a comparación de la que vio en el video, y sin embargo, su reacción e impresión fue mala: "¿Cómo se le ocurre comprar aquella cosa? ¿No que era ilegal?", pensó, pero al ver que era para masajes fue como "???". Puede que sea gracioso o cómico para muchos pero para alguien inocente fue ofensivo, porque no la enseñaron a diferenciarlos, sólo los vio y ya.

Después de esto, quizás muchos días más tarde, o quizás un año después, durante una conversación interesante e infantil con su hermano, ocurrió algo con su cuerpo, tan sólo fue al baño queriendo a ir a hacer pipí pero resultó que el baño estaba ocupado por alguien y regresó en donde estaba, pensando que podía aguantarse agarrando una pequeña almohada, fue muy lamentable que la casa sólo contase con un solo baño, danzaba sus piernas y caderas de aquí para allá, se agarra la almohada entre las piernas tratando de aguantarse pero en cuando estaba en esa posición, su cuerpo reaccionaba más allá de las ganas de hacer pis... Sin saber, se sentía una enorme necesidad de aquello, quizás sea hormonal, pero estaba en suelo, montándose en la almohada como si se montara un caballo, moviendo su pelvis y rozándose en esa almohada, ¡y al lado de su hermano! Quizás entró "en celo" sin saber, su hermano llamó a alguno de sus padres al verla así, no, como que la chica no lloró, pero estaba tan desesperada por buscar el baño con urgencia que corrió hasta allí y su mente sólo gritó sobre la persona que ocupó el baño mucho tiempo: "¿¡CÓMO SE TE OCURRE ENCERRARTE EN EL BAÑO ESTANDO YO ASÍ!?", de allí, nunca más quiso hacer esto, esta vez, golpearía la puerta del baño para llamarle la atención de que se apurara debido a su aseada necesidad.

A sus 10- 11 años, estaba en quinto grado de su etapa primaria, ocurrió algo muy inesperado esa vez, a esa edad fue que le vino el periodo, por suerte, fue un fin de semana, desde el primer día de su llegada, odiaba, en serio ODIABA que a pesar del dolor que le estaba causando, se traumara de que las mujeres le vendrían haciéndole a la pequeña (obviamente siendo un alma inocente): No quería ponerse esa cosa, lloraba, gritaba, pateaba, se alteraba del tanto miedo y dolor al mismo tiempo ante las intenciones de esas mujeres que estaban en su propia casa, pues, le dijeron que debería poner eso para que se saliera sangre de forma cómoda, quizás las escuchó a medias decir eso, no tuvo tiempo de pedirles que se les repitiera lo que le dijeron, y es por ello que fue lo más traumante que escuchó, que pensó que esa cosa haría lastimar su "totona", como suele decir su mamá, palabra tan coloquial imposible, sólo quería quitar su dolor que le causaba desesperación con que se desaparezca, en serio, y eso hicieron, primero le dieron el remedio y después su mamá le dio su pantaleta, con esa cosa puesta, creyendo que era una especie de pañal puesta allí, y así se calmó y hasta se durmió. Aún sigue odiando que se le venga el periodo cada mes. 

Incluso empezó a odiar las faldas, era incómoda, más con la posición de sentarse en indio en la escuela, o usar esa falda algo apretada que se le sube al sentarse tras esperar a su tutora en el edificio que solía visitar por orden de su padre.

A sus12-13 años, tras escuchar o saber lo que su madre o la escuela les enseñó que alas mujeres se les crece el pecho y al hombre su pipí, le pareció interesanteaquél asunto del desarrollo biológico, y sin embargo cuando escuchó de alguien decir que el hombre normalmente se fijamucho en los pechos en vez de la cara y de forma mala, pervertida, le dio pánico el que sucuerpo se les crecieran los pechos, en serio, no quiso vivir con algo así, de quesu cuerpo se presumiera para que cualquier hombre se fije en ella de ésa forma ymenos deseó de saber qué intenciones querrá hacer el hombre hacia ella.

Por sólo saber eso, su vida corría peligro y deseando que sea hombre por el resto de su vida...