❝ 𝘼𝙧𝙣𝙚́𝙨 • ── 𝘔𝘢𝘺𝘭𝘰𝘳 ❠

── Chapter One.

Eran las 9 de la mañana y Roger ya había despertado para alistarse e ir a la escuela.

Tomó un baño y luego se colocó su uniforme, uno muy sencillo que consistía en un pantalón obscuro de vestir y una camisa blanca; la cual desabrochaba del pecho y subía las mangas como modismo.

En cuanto terminó de desayunar y cepillar sus dientes, guardó rápido sus libros y cuadernos en la pequeña mochila desgastada que usaba.

Por vanidad se miró una última vez en el espejo, dió unos retoques más a su blondo cabello y acomodó su ropa, mirándose más provocativo aún.

Sonrió satisfecho, tomó las llaves que reposaban en una pequeña mesita junto a la puerta y finalmente salió del departamento.

Bajó las escaleras en un suave trote mientras miraba sin interés las notificaciones en su celular.

Se detuvo un poco y guardó silencio al escuchar unos murmullos cerca del siguiente piso.

- Si, ya sé lo que dije, Brian. -Recalcó Christine.

- Entonces hazte cargo de las consecuencias que tus estúpidas palabras provocan. -Gruñó disgustado mientras abría la pierna.

Roger se incomodo un poco por la pelea de sus vecinos, pero debía pasar por ahí, no tenía otra opción. Además de que le emocionaba ver a Brian.

Mantenimiento la compostura bajó el pequeño tramo de escaleras que sobraba, quedando en frente de la otra pareja.

- H-hola, buenos días. -Saludó más que nada por compromiso.

- Buenos días, Roger. -Saludó la chica con una sonrisa, luego simplemente entró al interior del departamento.

- H-hola Roger, buenos días. -Balbuceó con una sonrisa torpe.

- Buenos días, señor May. -Respondió con una voz melosa y moviéndose tímido.

El rizado solo se quedó ahí parado, mirando como tonto al joven.

- Brian, ¿Te piensas quedar toda la mañana ahí afuera o qué? -Intervino Christine.

- Ah... sí, ya voy. Hasta luego, Rog.

- Bye... -Se despidió moviendo los dedos de su mano izquierda.

Terminó de bajar dos pisos más y salió del edificio.

Comenzó a caminar tranquilamente, estando muy emocionado de haber visto aunque sea unos segundos a Brian.

Se veía tan bien con ese abrigo marrón y esos pantalones ajustados.
Sus rizos eran aún más voluminosos, y tenía algo en el rostro, un toque tan resplandeciente.

Quizás era solo que estaba enamorado y lo veía más hermoso todos los días.

Estaba tan distraído con esos pensamientos que cruzó la calle sin mirar a ambos lados.

Fué horrible el susto que se llevó al mirar la motocicleta que ya conocía frenar de golpe a un par de metros de él.

- ¡Estúpido, fíjate! -Gritó una chica, alzando la visera del casco.

- ¡Perdón, lo siento! -Se disculpó agitado.

- Ay, Roger. ¡Eres tú! -Vociferó al mirar al rubio con atención.

Arrancó de nuevo la moto y dió la vuelta hasta llegar al estacionamiento de la escuela.
Roger la siguió lentamente, aún asustado.

- Pendejo, casi te atropello. -Dijo mientras bajaba de la moto y se quitaba todo su equipo de protección.