Mente perversa [Larry Stylinson]

DESCONOCIDOS

Harry se levantó muy rápido, ya que la litera se estaba moviendo muy bruscamente. Se sentó en la cama y se dio cuenta de que se movía por culpa de la parte de arriba, y de repente escuchó a alguien gritar.

-SIGUE, MÁS RÁPIDO- gritó al rubio a punto de tener un orgasmo.

El rizado se levantó de la cama y miro arriba, y estaba el rubio con el que supuso que era Zayn o Liam. Salió de la habitación lo más rápido que pudo y se fue al comedor a desayunar.

Cogió una bandeja y se puso para comer un bol lleno de galletas de chocolate y un vaso de leche con Cola Cao.

Se sentó en una mesa aparte, solo y se puso a ver los comportamientos de los demás pacientes. Observó que no llevaba allí ni dos minutos y ya se llevaron a dos pacientes con ataques de algo que él ni sabía. No entendía por qué estaba allí, en un sitio lleno de locos.

Se apoyó en la mesa, poniendo su cabeza sobre sus manos para sujetarla, era una manía que había comenzado a tener desde que comenzó la escuela.

Al coger su segunda galleta vio una robusta sombra enfrente suyo.

-Hola, soy Liam, tu nuevo compañero de habitación, pero puedes llamarme Li o payno ¿Tú eres Harry, no?- dijo este con un tono un poco borde pero a la vez tierno.

-Sí, soy Harry, encantado, pero para los amigos hazz- contestó el ojiverde con una sonrisa en la cara al conseguir nuevos amigos.

-¿Ya has conocido a mi amigo Zayn o al otro nuevo?-  pregunto el castaño mientras se sentaba en la mesa con su bandeja, que únicamente llevaba una manzana.

-A Niall lo conocí antes de ayer, en comisaría, y a Zayn lo he visto esta mañana en la habitación, con Niall.- contesto intentando disimular ante lo que había visto, y, lo que había o aún estaba pasando en esa habitación.

-Si tranquilo lo he visto, estaban follando, Zayn está bastante necesitado aunque seamos los reyes de este sitio de locos, y, además tu amigo no esta nada mal, pero ¿por qué estuvisteis en comisaría?- preguntó Liam bastante intrigado.

-Pues maté a mi padre porque me quería matar a mí por ser gay- le dijo con la cara más seria que hizo en su vida.

-Puff pues aquí tu padre se hubiera aburrido de matar a homosexuales- dijo el castaño con una sonrisa coqueta.

-¿Y tú qué haces aquí?- pregunto el rizado al castaño.

-Pues mate a toda mi familia y no tuvieron huevos de ponerme en la cárcel, diciendo que tenía un trastorno de no sé qué- contestó Liam un poco enfadado.

-Ah que bien, ¿y Zayn qué hace aquí?- preguntó el rizado con un poco de miedo, ya que su nuevo amigo estaba un poco enfadado.

-Pues su padre era de una mafia y se traumó, o algo por el estilo me explico hace años- le digo este pensando mucho en su respuesta porque no se acordaba muy bien.

-Y así que los reyes de este sitio ¿y eso?- preguntó el rizado, que ya parecía la policía de tantas preguntas.

-Pues porque todos los de aquí son unos pringados y no han hecho nada más que darse un golpe en la cabeza y acabar así, en cambio yo maté a más de 5 personas, y Zayn es hijo de uno los mafiosos más importantes del mundo- dijo el castaño con lo primero sarcástico, pero lo segundo más serio.

-Harry Styles acuda a dirección, Harry Styles- se escuchó por la megafonía.

-Bueno ya nos veremos más tarde rizado, además yo me voy un rato al gimnasio- dijo Liam mientras besaba sus músculos del brazo.

Harry se levantó dejando la bandeja en la mesa junto la de Liam, ya se la recogerían más tarde alguien, ahora era amigo del rey del psiquiátrico, nadie le podría decir nada.

Se fue hacia las escaleras y las comenzó a bajar, pasó un pasillo muy largo y gris lleno de cuadros de paisajes raros y llegó hasta secretaria. Estaba la misma secretaria del otro día en la mesa.

-Hola, Harry el doctor Tomlinson, su nuevo terapeuta le está esperando en su despacho- está señaló hacia la puerta de una sala, donde había una placa muy bonita color marino con las letras blancas que ponía "Dr. Tomlinson".

Harry se fue hacia ella y pico.

-¿Hola? ¿se puede?- preguntó el rizado con un poco de inseguridad.

-Si, si, claro entre ¿sí no cómo haremos la consulta?- contesto una voz un poco aguda pero hermosa y en tono juguetón.

Harry al entrar se quedó pasmado, un hombre con traje azul que le combinaba perfectamente con el color tan bonito de sus ojos, tenía pelo castaño oscuro y una sonrisa que irradiaba, le esperaba sentado en una silla de cuero.

Se enamoró al momento.

-Siéntate por favor ¿Harry, no?- le dijo al rizado, el cual tenía una sonrisa coqueta en su cara que nadie se la podía quitar.

-S... Si, si soy Styles, digo, Harry Styles- el rizado aún estaba pasmado de la belleza del ojiazul.

Louis miró al rizado y se río dejando ver su enorme y gran sonrisa, mientras que sus ojos se hacían pequeños y casi ni se dejaban ver.

-¿Nervioso?-le preguntó el trajeado.

-La verdad es que si- le contesto el rizado al momento.

-Y porque estás aquí?- miro al rizado y  este puso los ojos en blanco y cambió de actitud completamente.

-¿POR QUÉ TODOS LOS DE ESTE PUTO SITIO ME PREGUNTAN POR QUÉ ESTOY AQUÍ? ¡JODER!-gritó el ojiverde muy alborotado.

-Efectivamente, trastorno bipolar- dijo Louis mientras apuntaba en una libreta color azul marino de tela.

-¡¿CÓMO?! ¡¿QUÉ TENGO QUE!?- Harry estaba cada vez más enfadado se levantó y se fue del despacho dando un portazo como los adolescentes cuando les castigan, al fin y al cabo Harry aún lo era, solo tenía 18 años.

-Sí, y también ataques de ira- dijo el terapeuta hablando consigo mismo en voz alta, ya que no quedaba nadie más allí.

La secretaria gritó a Harry mientras este se iba a paso lento pero un poco rápido.

-MAÑANA TIENES QUE VOLVER A ESTA MISMA HORA- dijo Carmen, la secretaria.

Harry ni se molestó en contestar, se fue directo a su habitación, esperando a que no hubiera nadie follando, y si era así los echaría.

Cuando entro se encontró a Niall leyendo un libro o una revista, no lo llego a ver bien.

-Hazz, no te lo vas a creer, he echado el mejor polvo de mi vida- contó muy emocionado el rubio.

-NO ME DIGAS- digo en todo de burla.

-¿Pero a ti qué te pasa ahora?- le preguntó el irlandés sorprendido del cambio de humor tan grande que había tenido.

-¡Que no lo soporto es horrible mi terapeuta!- empezó a gritar más fuerte pero un poco más calmado.

-Bueno hombre no te enfades échate un polvo ya verás como se te pasa- dijo el rubio riendo.

-Ja ja ja, que gracioso- el ojiverde se estaba empezando a enfadarse cada vez más y comenzó a destruir todo lo de la sala.

De repente entró una figura grande a la habitación, era Liam. Le pegó un golpe muy fuerte en la cabeza y se desmayó. Comenzaron a entrar doctores y guardias a la sala y durmieron con una inyección a Liam y se llevaron a los dos a una habitación apartada, una para cada uno, acolchada para que se calmaran un poco y no pudieran destrozar nada ni hacerse daño.