Capítulo 11.

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Sora colgó el teléfono, Layla miró a la japonesa con detenimiento; la chica se veía preocupada ¿que le habrá dicho su madre como para ponerla tan tensa de repente?.

-Sora ¿todo está bien? ¿está bien tu familia?- preguntó la rubia notando como la pelimorada no reaccionaba -¿que te dijo tu mamá?-

-ellos están bien- finalmente contestó la estrella de Kaleido, sus manos temblaban ¿que era lo que había pasado entonces? -es solo que..-

-¿qué?-

-tu padre está aquí en Japón-

Layla sintió como si le hubiera caído un baldazo de agua fría, ¿como supo dónde se encontraba? Yuri no pudo haberlo sabido, ni mucho menos Cathy ¿se lo habría dicho Macquarie? no podría ser verdad ¿o si?. De repente la rubia volvió en si cuando notó la mirada de preocupación de Sora sobre la suya.

-¿es una broma, verdad Sora?- preguntó la mujer pálida tratando de no parecer nerviosa -es imposible que mi padre haya venido hasta Japón estando tan ocupado con su trabajo, además ¿como encontraría tu casa?-

-no lo sé- contestó la japonesa en un tono bajo, tenía lógica lo que decía Layla aunque si su mamá la había llamado parecía ser verdad -sin embargo mi mamá me llamó desde casa, puede que sea verdad acerca de tu padre-

-¿y que vamos a hacer? ¿que va a ser de nosotras cuando mi padre descubra que estoy aquí contigo?- la voz de Layla tenía un tono de desesperación mezclado con miedo y enfado -mi padre en cuanto sepa que me fui a Japón solo por ti me va a alejar de tu lado para siempre ¿no quieres eso, verdad?-

Sora estaba sorprendida ante las palabras de Layla, tal como ella tenía miedo de que la alejaran por su culpa, nunca pensó ver aquella mujer siempre fuerte llenarse de inseguridad y esta vez no por algo como una obra o una técnica que realizar; sino por ella.

-por supuesto que no quiero que te quiten de mi lado- respondió la pelimorada al instante -es por eso que lo mejor es que vayamos con tu padre para evitar eso, una vez me dijiste algo que me marcó después del festival circense de hace un año "a veces evitar las confrontaciones con el enemigo puede causar problemas", esta vez es algo similar solo que tu padre no debería ser tu enemigo, sino que debería ser tu aliado-

Layla no se imaginó aquella madurez de la chica, ella tenía razón, no quería tener a su padre como enemigo por su relación con Sora, ese no era su objetivo; pero debía admitir que hablar de su sexualidad con su padre otra vez le daba miedo, mucho miedo.

-tienes razón Sora- la pelimorada no se esperó aquella respuesta de la mujer rubia -no puedo huir para siempre de mi padre, por eso vamos a tu casa para hablar con el- 

-!¿lo dices en serio?¡- el ánimo de la japonesa volvió a reponerse.

-así es- la ojiazul asintió con la cabeza.

-¡bien! le diré a mi mamá que no tardaremos en llegar- Sora estuvo a punto de sacar su celular cuando fue detenida por la rubia.

-espera..- Layla tomó la punta de la camisa de la chica con la mirada baja -prometeme que no me dejarás sola en ningún momento al llegar a tu casa, si voy a luchar por ti frente a mi padre necesitaré tu fuerza..-

-no pienso dejarte sola, Layla- dijo Sora con una gran sonrisa en el rostro -esta lucha es de ambas, es las dos o ninguna-

La rubia le sonrió a la chica levemente, fue así que ambas mujeres dejaron el santuario y tomaron un tren en dirección a Tokio para así poder llegar a la casa de Sora lo más rápido posible.

Entre tanto en la casa de los Naegino se encontraba Kevin Hamilton sentado en uno de los sillones de la casa frente a los señores Naegino, Chikara y Midori. Yume jugaba en el tapete con sus juguetes ignorando lo que pasaba en la pequeña sala.

Fuego interno (Kaleido Star AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora