Capítulo 02

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Layla se sentía mas nerviosa de lo normal, era muy raro que su padre viniera a visitarla en el escenario Kaleido. No sabía si alegrarse o preocuparse por su presencia, en el fondo de su ser deseaba que solo fuera por una visita de padre e hija.
-parece ser que esta todo arreglado, Yuri- decía Kevin Hamilton con una sonrisa poco habitual.
-así es, señor- el ruso de igual manera sonreía cortésmente.
-hola padre- saludó Layla quedando parada frente a la puerta.
-hija mía, ¿como has estado?- preguntó el hombre besando en la mejilla a la rubia.
-muy bien, vine a pasar las vacaciones en California- contestó Layla- ¿tu que haces aquí? Creí que estabas en un viaje de negocios-
-estoy aquí para verte hija- el rostro de Layla se ilumino- además de que quiero hablar contigo-
-entiendo- la chica tomó asiento.
-como sabes hija, algún día no estaré mas en este mundo y me gustaría que te quedarás con alguien que te ame y sea un gran apoyo para el negocio de la familia- el hombre esperó la reacción por parte de Layla- por eso he hablado con Yuri, pues confío en que será un gran esposo para ti en un futuro no muy distante-
-espera, ¿esposo?- la rubia quedó atónita.
-así es, puede que cuando seas mayor de edad se hagan los preparativos para su boda pero por ahora sería una relación de pareja- explicó el señor Hamilton.
-padre, ¿me darías un poco de tiempo para pensarlo?- preguntó Layla algo nerviosa.
-claro, pero piensalo rápido- Kevin se levantó de su asiento- Yuri, ¿me acompañarías porfavor?-
-claro señor- dicho esto ambos salieron de la oficina del dueño y se volvió a cerrar la puerta.

Layla se encontraba aturdida por la noticia, si bien sabía que había rumores sobre su relación con su compañero, era claro que ella no sentía lo mismo por él. Puede que a sus 14 años si le hubiera atraído en su momento pero después de conocer a Sora, cambió totalmente.
-creí que ibas a aceptar al instante- dijo Kalos mirando las olas.
-¿ya lo sabías?- la rubia intentó no mostrar su enfado.
-así es, pero no fue sólo idea de tu padre sino fue Yuri quién quiso tener su bendición para su relación- explicó el moreno.
-esto debe de ser una broma- Layla se tocó las sienes.
-¿porqué te preocupa tanto, Layla?- el hombre volvió a preguntar algo desconcertado.
-porfavor promete guardar el secreto- su mirada mostraba preocupación.
-bien, lo prometo- dijo Kalos volteando a ver fijamente a la chica.
-me preocupa la situación porqué no estoy enamorada de Yuri, sino de alguien más- explicó Layla tomando una pausa-y ese alguien es.. Sora-

El rostro de Kalos era tranquilo, no se veía sorprendido ni asqueado, lo cual era raro de ver en él.
-¿porqué no te ves sorprendido? Es decir..- la rubia fue abruptamente interrumpida.
-¿crees que no lo noté? Sólo faltaba que te dieras cuenta de tus sentimientos y va lo mismo para Sora- Kalos sonrió levemente- ahora, ¿que harás?-
-yo..-

De repente se escucharon unos toques en la puerta de la oficina, eran frenéticos y sonoros.
-pasen- dijo el moreno volviendo a su habitual rostro inexpresivo.

Tres chicas entraron al pequeño salón, eran Sarah, Mei y Sora.
El corazón de Layla casi se salía de su pecho al ver a la japonesa jadeando del cansancio, para su suerte no se ruborizó en frente de sus compañeros. En tanto Kalos la miraba aguantando una sonrisa, quién diría que su jefe fuera de esa manera.
-hola Kalos, hola Layla- saludó Sarah con su desbordante alegría.
-hola Sarah- saludaron ambos.

La rubia se paró de su asiento y sonrió ante las dos chicas.
-Sora, tanto tiempo sin verte- dijo Layla acercándose a la japonesa.
-¡si, hay pasado mucho desde su última visita!- dijo Sora con su habitual tono alegre.
-¿como has estado, pequeña?- preguntó la rubia de la misma manera.
-¡muy bien! ¡entrenando hasta el final!-
-me alegra mucho, Sora-

Mei se interpuso entre ambas chicas, como era de esperarse Layla la saludó cordialmente, sin quitar sus ojos de encima a la japonesa.
Después de los saludos, las chicas se dirigieron a los dormitorios.
-las veré después- dijo Mei yendo al dormitorio de Rosetta, pues habían acordado planear una nueva técnica en sus ratos libres.
-nos vemos-dijo Layla sonriendo.
-pase señorita Layla- Sora abrió la puerta de su dormitorio, así entrando ambas a este.

A la rubia al ver el cuarto, le entró una gran nostalgia, pues recordó la vez que se quedó con Sora para el entrenamiento de las mil y una noches. Esta vez era diferente, su mente y su cuerpo le clamaban tener a Sora en cuerpo y alma, sin embargo, ella no sabía si podría corresponder sus sentimientos.
-¡Layla! ¡Layla!- la pelimorada se acercó a la mencionada con un rostro de preocupación.
-ah ¿si? ¿Sora?- la rubia apenas salió de sus pensamientos avergonzada.
-le pregunté si quería una taza de café y no me respondió, así que me asusté- dijo Sora aún preocupada- ¿esta bien?-

Esa pregunta retumbó en su mente, era claro que no estaba bien, ya no podía seguir fingiendo. ¿debía decirle a Sora como se sentía? ¿que iba a decir? ¿la rechazaría? Millones de preguntas la abrumaban.
-no Sora, no estoy bien- contestó porfin la actriz.
-¿ha pasado algo? Tal vez no ayude mucho pero puedo escucharla si lo necesita- Sora se arrodilló a lado de Layla, tomando sus manos sin dejar de mirarla fijamente.
-Sora.. Hay algo que debes saber y siento que debí decirtelo desde la última vez que nos vimos- Layla tartamudeo, lo cuál era raro en ella.
-¿que es?- preguntó Sora llena de curiosidad.

Layla tomó un respiro, sus manos temblaban, sudaba frío y estaba inquieta. Miró a Sora directamente, sus ojos chocolate brillaban con intensidad, esa mirada le encantaba pues la cautivaba desde el inicio.
-Sora, te he querido decir esto desde hace un tiempo, tal vez incluso antes de la obra del fénix, siempre estuviste ahí para mi, en los buenos y malos momentos, mostrándome tu sueño de crear un escenario lleno de alegría y sin competencias, pero nuestras experiencias juntas me hicieron reflexionar sobre lo que siento por ti- Sora no decía nada- te amo, Sora-
-señorita Layla, yo siento lo mismo, desde la primera vez que la vi sentía más que una simple amistad y camaradería, solo que no estaba segura si usted sentiría lo mismo, por eso no había dicho nada y pensaba que ya salía con el joven Yuri-

Ambas se ruborizaron y se dieron un dulce beso en los labios, suaves y cálidos como las plumas de un ave.
               
                     Continuará...

Fuego interno (Kaleido Star AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora