CAPÍTULO 1: EL COMIENZO

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¿Alguna vez te has preguntado si nuestros sueños son simplemente imágenes que crean nuestra mente para distraernos de la realidad? Desde que tengo uso de razón he creído más allá de las explicaciones científicas o esotéricas. Los sueños son avisos, son recuerdos, son memorias y advertencias que el universo nos envía, es por eso que la única forma de poder comprenderlas o revivirlas es mientras el cuerpo descansa y la mente es liberada.

Esta noche no ha sido un sueño como los otros. Se siente en lo más profundo de mi cuerpo lo tensa que me dejó la pesadilla. Aún puedo sentir mi corazón acelerándose y la tela casi imperceptible por el verano que uso como pijama pegada a mi piel gracias al sudor. Quizás la mala pasada entre sueños se debió al exhausto turno de veinticuatro horas. Solo quizás...

Ser parte del profesional de salud en el único hospital en este pueblo sinceramente te agota hasta sentir que le has dado parte de tu alma por todas las horas de sudor, lágrimas y alegrías. No me quejo demasiado al respecto, es la carrera de mis sueños ¿no?, tengo que amarla y soportar lo que conlleva ser parte del servicio.

Unas pisadas pequeñas recorriendo el suelo de madera del departamento captan mi atención. Mila, pensé. La pequeña bola de pelos blanca, como suelo decirle, es mi fiel compañía día tras día en las idas y venidas al retornar a mi hogar. Ante cualquier tipo de ánimo, la pequeña poodle jamás deja de brindar toda su energía y amor plasmados en besos y ruidos de alegría. Así mismo, mi compañera de vida se sube en un solo brinco a mi cama.

"Buenos días pequeña bola de pelos. ¿Qué haremos hoy?" Le pregunto como si fuese a responder, a lo que ella gira su cabeza.

Pensará que su dueña está loca.

A veces.

"Creo que es hora de dar un paseo por los alrededores como todas las mañanas en que me despiertas a esta hora, pequeña traviesa. ¿Es por eso que me buscas?"

Mi voz tiende a disminuir, un tanto chillona tras la conversación sin respuesta con mi mascota. Un ladrido de su parte y el salto más lejos que ha dado desde mi cama a la puerta principal de mi habitación son los indicadores de que necesitamos irnos de casa e ir por ese paseo que la libera a ella, y en especial a mi, cuando existen este tipo de pesadillas que lo único que logran es tenerme pensando en ellas todo el día; es por eso que tomo una chaqueta de la silla de mi escritorio para abrigarme en esta fría mañana.

Vivir en el primer piso del edificio tiene sus ventajas, ya que Mila no puede tironear más allá de la puerta de entrada exigiendo libertad. Apenas logré tomar las llaves del departamento por la fuerza que genera la pequeña traviesa empujándome, más bien, exigiendo huir.

Apenas son las nueve en punto de la mañana en un día Sábado y no se encuentra un alma en la calle. Toda la gente se encuentra descansando y era lo que yo debería estar haciendo, pero el amor a ésta bola de pelos es mucho más fuerte.

De pronto una brisa mandó un escalofrío por toda mi columna, traspasando la gruesa chaqueta que traía puesta. Recién nos adentramos a Primavera, y una ventisca de tal sensación solo ocurre en Otoño o cuando nos adentramos a Invierno. Restándole importancia llegamos hasta el parque favorito de ambas, el cual está ubicado a tres cuadras de nuestro hogar. Tras soltar la correa de Mila y dejar que ella vaya a olfatear, buscar cosas nuevas para llevar a casa y divertirse, me senté en una banquilla para observar y evitar que se meta en problemas. Pero lo más extraño que nos hemos llevado ha sido una llave. Una maldita llave que aún tengo en casa y no sé como carajos la encontró.

"Cuidado."

La voz se parecía a la de un hombre, la cual resonó en mis oídos por "la cercanía". Rápidamente me giré en 180° para mirar de dónde provenía pero... estaba sola. No había absolutamente nadie.

Dead Man's Arms | Loki Laufeyson {español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora