1. Familia Kim

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Lo siento—

Solo existen dos reglas en esta casa.

Primera regla. No humanos, son seres de baja categoría por lo cual no deberán intersctuar con estos.

Segunda regla. Los Vampiros están prohibidos. No se les puede dirigir la palabra ni la vista, son seres asquerosos por lo cual la familia deberá mantener todo sobre ellos prohibido.

Yugyeom dejó de lado las dos estúpidas reglas, cerró sus ojos intentando huir de ellas.

Por cierto cada que abría la puerta de la entrada las reglas saltaban a sus ojos, como si estuviera leyendo una hoja, ese era el hechizo de su madre para recordarle todos los días aquello que estaba prohibido.

No humanos, no vampiros.

Yugyeom tenía bien en claro todo eso, se sabía las razones de memoria, podía recitarlas sin ningún problema, pero hablarlas y seguirlas eran distintas cosas.

A pesar de que sólo decían ser dos reglas Yugyeom sabía que eso era una vil mentira, había más reglas aunque invisibles.

La familia Kim​ es honorable, toda la magia es blanca, cualquier otra criatura de bajo rango seria ignorada, lo único distintivo era que podía hablar con todas las demás criaturas sin recibir un castigo, solo se veía mal así que jamás contaron como reglas.

Pero si por algún motivo se le ocurría mirar por casualidad a un humano o vampiro sufriría bastante. Su familia se caracterizaba por la crueldad en sus castigos, aparte de ser una familia muy poderosa por lo que nadie se atrevía a alzar la mirada. 

Y eso aplicaba para Kim Yugyeom, jamás se atrevería a desobedecer las ordenes de sus padres,  siempre se mantendría alejado de los problemas y viviría tranquilamente. 

Al menos eso fue su primera opción... No podría vivir así. 

Tío...— Yugyeom se acerco a Namjoon con cansancio, su tío era el único que creía incorrecto la visión que la familia Kim había tenido a lo largo de los años— Si mi mamá llega antes le dices que fui a estudiar con Jungkook— menciono a su amigo, era de otra familia bastante bien asentada. 

Claro— Namjoon le sonrió al chico— pero no tardes tanto que hoy es cena familiar— le dijo con seriedad, a nadie le gustaban esas cenas tediosas, pero eran obligatorias.

Bien, diviertete con el tío Jin— le sonrió mientras agitaba su mano para despedirse.

Corrio a la puerta principal con una sonrisa. Se despidió cordialmente de los sirvientes y de algunos familiares que se cruzaron en su camino.

Al salir sintió el aire en su cara y se sintió feliz, el sol estaba en su punto pero no hacía calor ni mucho menos, ese tipo de días le encantaban.

Y era mejor cuando los compartía con sus amigos.

Si tan solo sus padres supieran quienes eran.

Sus amigos no eran de altos rangos, si tan solo supiera que era amigo de criaturas bastante traviesas.

Estaba seguro de que le daría un infarto a su mamá, se rio imaginandose como sería la reacción de sus padres al descubrir su doble vida. Pero todavía no podía revelar nada, por el momento seguiría siendo el hijo ejemplar del que sus padres podían presumir.

YumYun— escuchó el grito de sus amigos y se rio ante el apodo tan estúpido que le habían dado— llegas quince minutos tarde—

Lo siento, pero debía inventarme una excusa— dijo mientras se sentaba— ¡huele muy bien!— sonrió emocionado mientras veía todo ya acomodado por sus amigos.

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