2. Cena Familiar

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Mi hijo tan lindo y obediente— su madre estaba presionando sus mejillas para presumirle a sus tías que todavía podía hacerle eso— nunca me decepcionaría— sonrio y Yugyeom asintió con una leve sonrisa. 

Te van a dejar los cachetes hinchados— se burló su primo Kim Mingyu— por suerte mi mamá ya no hace eso, la última vez que lo hizo casi me mata— rio y entonces la madre de Yugyeom dejó de hacerlo solo para irse a la cocina donde se encontraban varios de los familias viendo que la comida estuviera bien.

Gracias— Yugyeom sonrió agradecido de que su primo le haya salvado la vida— ¿y que cuentas? Ya te le declaraste al rarito— se burló y Mingyu tapó su boca mientras miraba a todos lado esperando que nadie lo haya escuchado.

Por supuesto que no, Wonwoo nunca me aceptaría— se cruzó de brazos quejándose de que el chico ni hola le dijera.

Ya veras que si— Yugyeom le guiño un ojo para alentarlo, en ese momento un tintineo se hizo escuchar.

Llegas justo a tiempo— Mingyu le murmuró a Taehyung quien apenas había llegado, por suerte llegó segundos antes de que el tintineo comenzara.

Shh—

Querida familia, hace tiempo que no podemos reunirnos, pero hoy finalmente estamos todos— su padre habló con fuerza— hoy por fin celebramos la creación de las reglas y de nuestra separación con los vampiruchos—

Yugyeom se mordió el labio, odiaba que hablaran así de los vampiros y todo porque conocía a dos vampiros realmente geniales. Era como si estuvieran hablando mal de sus amigos y él no pudiera decir nada.

Por nuestra superioridad— uno de sus tíos sonrió mientras alzaba su copa llena de un elixir mágico para curar la mortalidad sabor manzana— y por la extinción de los vampiros— toda su familia alzo las copas. 

Yugyeom frunció el ceño aunque trataba de fingir una sonrisa, pero tenía que brindar por la muerte de todos los vampiros y realmente no quería eso. Si tan solo supieran que los vampiros no eran tan malos como su madre decía.

Si eran chupasangres, pero ya no era como antes, traba de entender el odio hacia esa raza sin embargo nunca lograba comprenderlo, no podía empatizar con su familia y eso lo hacía sentir mal hasta cierto punto. Era como si fuera una especie distinta aunque a veces pensaba que sería lo mejor, así sería libre de convivir con quien quisiera.  

Después de hacer su estúpida sonrisa y darle un sorbo a su bebida sabor manzana comenzaron a comer, todo se mantenía en un perfecto orden, hasta el sonido de los grillos parecía haber desaparecido. La comida fue bastante incomoda, muchos de sus tíos hablaban y escuchaba de vez en cuando la suave risa de su mamá. Al terminar de comer se dejo caer en la mesa mientras soltaba un fuerte suspiro, olvidando por un momento que se encontraba con su familia. Estaba cansado, estudiar sus poderes y cubrir su doble vida era agotador.

Yugy, por favor— escucho la voz de su madre y se enderezó de inmediato— gracias hijo— le sonrió y Yugyeom sintió un escalofrio, sabía que si se tardaba un segundo más en hacer caso ya estaba condenado— como les decía mi niño ha crecido tanto, pronto será parte oficial de la corte— su mamá seguía presumiendo y Yugyeom simplemente estaba cansado.

¿Es enserio?—

Por supuesto, mi hijo es un prodigio que pronto podrá liderar la rama principal— su madre soltó una risita burlándose de las miradas de sus supuestas amigas, las cuales sólo servían para hacerla sentir superior.

Por supuesto, será un gran jefe— su padre también se escucho haciendo que Yugyeom sintiera aún más carga en sus hombros— y seguirá las costumbres al pie de la letra, así nunca tendremos que ver a otro chupasangres—

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