—Hoy es una noche cálida ¿No lo crees Genos?
—Claro que sí su majestad, mientras estamos juntos todo me parece cálido.
—Quisiera que esto dure por siempre.
—Pero es imposible.
—No lo digas por favor...
—Usted me mato su majestad.
—¡G-Genos! Y-yo no quise lastimarte ¡Lo juro!
—Es un asesino, su majestad ¡Es un asesino!
Un Genos cubierto de sangre estaba frente a Saitama, la palabra "asesino" era lo único que pronunciaban sus labios, y entre mas lo miraba el alfa, más terror sentía.
Por un descuido había perdido a su destinado, no encontraría paz nunca, quizá su única manera de expiación seria las tormentosas pesadillas que lo perseguirían por la eternidad.
Lágrimas recorrían las mejillas del calvo, su corazón y mente estaban totalmente quebrantados.
Había huido como un cobarde luego de ver el rostro pálido del omega, y no tenia la voluntad de volver al palacio para saber cómo se encontraba.
Tenia miedo de que le confirmaran la muerte de Genos, porque su corazón aun albergaba esperanza de que un milagro hubiese ocurrido y el omega estuviera sano y salvo.
Los dioses no podían obligarlo a sufrir más.
De repente, el suave crujir de las hojas lo pusieron alerta en seguida. El lugar en el que se encontraba solo podían conocerlo dos personas, Genos y...
—Sabía que estaría aquí su majestad.
—Mumen.
—No quise venir aquí tan pronto porque quería darle un tiempo para que se calmara.
A pesar de sus palabras, Mumen se arrepentía de su decisión, basado en el semblante del calvo, era obvio qué más que calmarse, se había estado torturando mentalmente.
—Su majestad, el consorte Genos sigue vive y ya está fuera de peligro.
Una expresión de asombro y alivio asomo en el rostro de Saitama — ¿L-lo dices e-enserio Mumen? ¿C-como...?
—No fue gracias a usted, claro está.
El beta se sentó a lado de su lamentable rey recordando cuantas veces lo había visto visitar aquel lugar, siempre que se sentía inseguro o triste, Saitama terminaba allí.
—Aunque todos piensen que su majestad es el hombre mas fuerte del mundo, por dentro sigue siendo un cachorro asustado.
—¡Mumen!
—No he vivido tanto como usted, pero aun así puedo entender el sentimiento de perder a la persona a quien más amas.
—Tú no te has permitido amar, no mientas.
—Si lo hice su majestad, yo amo al joven Sonic.
El suave sonrojo en las mejillas del beta confirmaban que no estaba mintiendo. Ellos no tenían secretos, entonces ¿Por qué recién se estaba enterando de aquello?
—Su majestad solo piensa en el consorte Genos, por eso no lo había notado — dijo Mumen como si le estuviera leyendo la mente al calvo.
—Lo siento Mumen.
—No importa su majestad. Solo quiero decirle que en el momento que nos enteramos del incendio en la habitación de Genos, y supe que quizá Sonic estaba muerto también...Yo quise morir en ese instante.
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Consorte real
FanfictionSaitama era un alfa bendecido por los dioses, lo tenia prácticamente todo, pero aun así sentía que le faltaba algo muy importante. Genos no era el típico omega débil, pero luego de la destrucción de su reino se sintió completamente perdido. Si amba...