Capítulo IV

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Una semana después de la llegada de aquella misteriosa carta donde se solicitaba la muerte del consorte Genos, Garou había partido a la capital real para cumplir con la orden.

Aunque Bad se había opuesto rotundamente, estaba dispuesto a mancharse las manos una última vez y conseguir el dinero suficiente para vivir cómodamente con su omega.

El plan de Garou era simple: se infiltraría en el castillo como un nuevo sirviente, y en el momento más oportuno, mataría al omega.

Sin embargo, nunca espero que Bad lo siguiese junto con Zenko para así detenerlo.

Debido a que se avecinaba el invierno, el castillo se encontraba muy ocupado con las preparaciones necesarias en caso de que ocurriera una tormenta, además que en ese mismo mes las amistades del rey acostumbraban visitarlo.

Por ello estaban contratando nuevo personal que ayudase con las labores, en especial alfas fuertes para que ayudaran a cargar las cosas pesadas. Gracias a eso, Garou fue contratado de inmediato.

El albino pudo estudiar detenidamente la rutina de Genos, no fue muy difícil y el omega tampoco tenía una vida muy interesante.

 El único problema que pudo encontrar fue el beta que lo seguía como perro, pero fácilmente podría deshacerse de él.

Sin percatarse que estaba siendo acosado, Genos intentaba vivir con normalidad, aunque su mente siempre le recordaba aquel beso que le dio Saitama.

Su omega se había doblegado totalmente a su alfa destinado, cada que sus miradas se encontraban no podía evitar apartarla, sentía que se podría descubrir los sentimientos que comenzaban a apoderarse de él.

Buscando una excusa para no tener que encontrarse mucho con el calvo acepto la sugerencia de Mumen sobre contratar una sirvienta personal. 

No es que Sonic fuera innecesario, pero la constante descortesía del pelinegro causaba un ligero disgusto en los nobles que a veces visitaban el castillo.

Así que la idea de contratar a una sirvienta no le gusto realmente a Genos, pero todo era por evitar más a Saitama. Con esa excusa, evitaba verlo hasta la cena, que también evadía diciendo que su celo estaba cerca y no deseaba incomodar más al rey.

Además, comenzó a sentir que lo estaban acosando, un nuevo empleado alfa con cabellos plateados lo observaba muy seguido. Así que, si contrataba a alguien de confianza, podría pedirle que averiguara sobre aquello.

Las sugerencias para doncellas eran principalmente nobles de bajo rango, además de ser omegas. Todas les parecieron desagradables, ya que al conocerlas pudo notar su deseo de estar cerca de él solo para poder acercarse a su alfa.

Llevaba más de una semana y aun no podía encontrar a alguien decente, así que Sonic le sugirió un paseo por la cuidad para así poder despejar un poco más su mente. Esta vez irían escoltados personalmente por Mumen, así que no habría problema alguno.

La cuidad era realmente hermosa, llena de tiendas y gente alegre, sin duda le recordaba a su reino. Trato de no pensar en aquello y visito el mayor número de lugares posibles, hasta que se topó con una situación muy peculiar.

—Hey lindo omega ¿Por qué no me dejas marcarte y así tú y tu hermana consiguen un lugar seguro para dormir?

—¿Un lugar seguro para dormir? ¿Estás seguro de que un alfa asqueroso como tú, tiene algo así?

Enseguida se escuchó como un omega pelinegro golpeaba a un grupo de delincuentes en un callejón siendo observado por una pequeña niña, además de Genos, Sonic y Mumen que se quedaron observando tal escena

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