De Salto en Salto II

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 El mecanismo se activo, desde el hangar se pudo ver como varios círculos de luz de energía arcana rodearon la nave y esta desapareció en un instante, para materializarse en las inmediaciones de la órbita alta de Granxius Secundus, Erensh y Drexor...

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El mecanismo se activo, desde el hangar se pudo ver como varios círculos de luz de energía arcana rodearon la nave y esta desapareció en un instante, para materializarse en las inmediaciones de la órbita alta de Granxius Secundus, Erensh y Drexor debieron de hacer varias maniobras para evitar fragmentos realmente grandes de naves de batalla los cuales estaban flotando al rededor del planeta, pasaron por entre los despojos de un pecio pudiendo ver el costillar interno del mismo, hasta que pudieron llegar a la orbita baja y luego de recibir permiso de descenso pudieron dirigirse con un curso suave hacia la ciudad donde estaba el gran templo basílica de Kharr en cuya plataforma de aterrizaje, (la cual mostraba varios daños aunque según la computadora de abordo era seguro tomar tierra allí), en la misma estaba un sirviente quien los recibió con una gran sonrisa.

El les guió por los amplios pasillos, –donde también había rastros de la reciente batalla–, del lugar hasta llegar a la capilla donde estaba orando Arerdg pidiendo el favor de su dios para el viaje, ellos esperaron respetuosamente en silencio a que ella terminase. Cuando la sacerdotisa terminó, se levanto con calma y se dio la vuelta apoyándose en su hacha, estaba ataviada con una armadura de batalla de diseño kyrie, a la espalda llevaba una carabina láser y extendiendo sus alas les dio la bienvenida.

Luego de las presentaciones la misma sacerdotisa les llevo al comedor después de que hubieron dejado las armas en la armería, muy alegre ella los invito a cenar luego de preguntar tanto por sus amigas Arsinoe y Eleanor, y aunque con bastante molestia Selene indico que bien a pesar del accidente el cual la tenía con cuerpo de cyborg desde hacía más de veinte años.

Entonces la platica cambió hacía el destino del viaje que estaban por hacer, pero la respuesta de Selene no fue de mucha ayuda para la sacerdotisa, quien luego de servirles hidromiel e intentar coquetear con Cronwald.

La cena terminó y luego de que Baphy y su gente se retirasen a descansar, Cronwald caminó a los ventanales blindados de aquella aguja en la cual estaba edificado el templo pudiendo apreciar la destrucción dejada por la batalla acontecida hacía ya varias semanas, además de los despojos de armaduras mecanizadas y las cuadrillas de limpieza y reconstrucción, para luego regresar a rezar en el templo en donde apareció frente a él el dios Kharr bebiendo hidromiel.

—¡Eres un pelmazo!, –Escucho la voz del dios Kharr pudiendo verle bebiendo de un gran cuernos de hidromiel, sentado frente a él.

—Bueno siempre he sido un pelmazo, ¿pero ahora porqué?

—Por que divertido decirte pelmazo, ja, ja, ja

—A bueno ahora vamos contra esos malditos de los andreeshaar y espero hacerte más orgulloso al pelear con ellos.

—Espero que más que cuando se toparon con esa lagartija azul de Zandalphón, solo le hiciste unos rasguños, mejor lo mataron tu adorable esposa y la hechicera Selene

—Lo se, aunque en parte algo recuerdo no siento realmente mías estas armas aun no me acomodo.

—Si quieres te llevo conmigo al Ysgard, aunque ahora que lo recuerdo mejor no, primero la apuñalaste y luego la abandonaste, así que seguirás aquí.

Sombras sobre la Galaxia ElípticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora