Aiz se lamentaba en su habitación, lloraba como una magdalena y se golpeaba la cabeza con furia contra la pared, no había bajado a comer ese día ni el de ayer, solo tomaba agua y cuando Riveria se lo rogaba.
"Bell, ¿Por qué?" Se repetía a si misma una y otra vez mientras miraba a la nada sobre su cama.
Con las emociones revueltas había empezado sentirse mal y casi no salía de la habitación, había terminado por retrasar una exploración al calabozo por el echo de su depresión, sin ella les sería más complicado e inseguro avanzar en el calabozo, Finn estaba preocupado al igual que Riveria, Loki y Gareth, sin contar con los demás miembros de la familia
"Demonios, ¿Como pudo pasar esto?" Se preguntaba Riveria mientras rompía el silencio de la habitación donde estaban reunidos.
"Al menos sabemos que ambos se siguen amando pero la herida no para de sangrar" agregó Finn al mal momento.
"Si encontramos a Bete y le pedimos explicaciones esto se acaba" Dijo Loki a los demás aparentando no tener nada que ver en el crimen, ella lo había conminado, Bete no lo había hecho por deseo sino por desesperación, o era el o era un completo extraño.
"Eso está bastante difícil, tal vez no esté en el ciudad y ..." Contestó Gareth inmediatamente interrumpido por Finn.
"Hablé con los Ganesha, tienes razón, lo más probable es que haya huido de la ciudad. Además sabemos que ellos son de Evilus. ¿Qué hay de la prisionera?" Dijo Riveria recuperando la compostura y firme. "No le han logrado sacar nada, a pesar de que la están masacrando no suelta una palabra" Respondió Riveria transmitiendo lo que Asfi le había comentado el día de ayer.
"¿Has logrado darle de comer a Aiz?" Preguntó Finn preocupado por Aiz.
"No he logrado nada, está demasiado deprimida y con suerte me logra aceptar el agua" Riveria estaba tratando todo lo que podía pero simplemente Aiz no aceptaba nada, si depresión preocupaba pero a Loki se le veía distinta, un aire en ella le decía a Riveria que algo llevaba entre manos, no era normal si reacción para con Aiz, había comenzado a despreciarle.
"¿Cómo pudo haberle hecho Bete esto a Aiz?, Lo quiero muerto, y quiero si cabeza adornando mi despacho cuanto antes, así les lleve la vida entera, nadie va al calabozo hasta no haberme traído su cabeza" había ordenado la diosa pero sin embargo, algo no cuadraba.
"Si me disculpan, voy a intentar hacerle comer" Riveria se retiró y las hermanas amazonas le esperaban en la cocina, estaban merodeando el plato que era para Aiz, básicamente cuidando el mismo de algún curioso que quisiera comer o hacerle algo.
"Mamá Riveria, aquí está el plato" Dijo Tiona a Riveria, fastidiandola buscando subir la moral.
"No estoy de humor, ¿podrían ir donde Bell y entregarle está carta?" Tiona recibió el recado y tiene dió reverencia en aceptación.
Riveria tomó la comida y subió las escaleras hasta la habitación de Aiz, ella miraba a la nada y estaba perdida, deprimida en profundidad.
"Hija, come un poco, me preocupas" Riveria le rogaba a Aiz quien no aceptó y se quedó estoica sentada en su cama.
"No deseo nada Riveria, prefiero morir en este instante" dijo aun estoica pero con el corazón destrozado.
"Hija, él te ama, yo lo sé, lo que vio lo tiene afectado y no poder recibir una respuesta lo tiene herido y la herida debe sanar, dale tiempo al tiempo" Riveria volvió a rogar tratando de jugar sobre Bell.
"Bell no volverá a mi, esto es mi culpa" Aiz se sentía derrotada y deprimida, no se sentía con ganas de vivir, estaba vacía por dentro.
"Él volverá, eso lo juro, tarde o temprano vendrá por ti y te hará su esposa si así lo deseas, lo juro por mi vida y si miento has de matarme en este instante Aiz, así que come si deseas poder volver a verlo" Riveria sonó enérgica, ella haría lo posible por volverlos a unir así le costará la vida, uno de sus sueños empezaba a cumplirse y amaba a Aiz como una hija, no podia permitir que su hija estuviera así.
ESTÁS LEYENDO
Corazones rotos, promesas hechas
FanfictionCuando las personas se unen y comparten intimidades, por amor, por pasión o por un capricho. La estrechez de corazones se hace ineludible y facticamentente macabra a los ojos de ambos, las punzadas al corazón de ya no compartir el lecho. La niña de...