Rompiendo los límites

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Otro día de entrenamiento había culminado, Ryu y Bell yacían en el suelo exhaustos de tanto golpe, las armas a punto de quebrarse por lo acaecido ese día, Ryu y Bell cojeban y eran ayudados por Astrea y la Guardiana, literalmente estaban destrozados.

"Oye guardiana, a este ritmo los terminarás matando" Protestó Astrea llevando a Ryu por el pasto, arrastrada y construyendo un camino de sangre.

"Así me entrenaron a mi Astrea, no juzgues mis métodos" dijo estoica cargando a Bell como saco de papas de lo más normal.

"Estás demente mujer, los terminaras matando, ellos no son ni de lejos inmortales o resistentes a las heridas.

"Me importa poco, ellos pidieron ser entrenados y yo hago mi trabajo" Protestó la guardiana ante el reclamo, sin pensarlo 2 veces.

"Eres bastante ruda al parecer, solo no cometas demasiados excesos con ellos" Astrea no podía hacer nada, por más que liberar su Arcanum o intentará una de esas cosas de dioses, sus posibilidades parecían nulas

"Vere que puedo hacer" dijo cuando habían llegado a la casa, para volverlos a curar con pociones.

"En fin, dejemos a ambos descansar después del entrenamiento de hoy deben estar muertos" dijo Astrea avanzando con la guardiana a la habitación de ambos.

Astrea podía suponer para sí misma que a este ritmo de golpes, Ryu y Bell no durarían un mes, en parte no se equivocaba, pero al revisar las estadísticas estás subían de maneras abrumadoras en ambos, un par de moretones y abolladuras les serían útiles al parecer.

"Si ya terminaste de examinar sus estados, puedes venir también a almorzar o ha hacer algo" dijo recostada en la pared junto a la puerta mientras Astrea terminaba de actualizar los estados de Ryu.

"Sí, ambos van a buen ritmo, a este paso llegarán a nivel 6 en un par de semanas" dijo Astrea levantándose de ambos y saliendo de la habitación con la guardiana.

Habían caminado hasta llegar a la sala dejando a 2 semi-cadáveres en una misma cama regenerándose, se habían sentado a comer.

"Sabes, ese peliblanco es especial." Comentó la guardiana.

"¿Por qué?" Astrea se sorprendió de ello y su mente empezó a especular muchas situaciones.

"Tiene corazón de héroe, estoy considerando que es digno de bajar, pero aún debo probarlo, Ryu podría acompañarlo, pero por ahora no los dejaré bajar" respondió seriamente y recompuesta

"Volveré a preguntar, ¿Qué hay allí abajo?" Dijo Astrea buscando respuestas nuevamente

"No lo sé, pero debe de ser algo poderoso para dejar a alguien invencible a proteger eso, ¿no crees?" Dijo levantándose el pelo y comiendo de su plato.

"Debo preguntar, si hay una hay más, ¿Qué de los otros guardianes?" Salió la guardiana en su defensa.

"Si supiera, te hubiera dicho algo a estás alturas" dijo la guardiana tratando de cortar está conversación.

"Díganos que me es difícil creer esa versión" respondió Astrea dejando en duda la palabra de la guardiana.

"Y yo digo que tal vez sí sea lo que me dices o no, sea cual sea el caso, estoy preparada para todo, este recinto nadie lo abrirá y lo defenderé por la eternidad" respondió caldeando los ánimos.

"Bien, Zeus te instruyó bien, no me queda mucho que decirte para ser sinceras, aunque se me irán ocurriendo cosas" dijo Astrea con una sonrisa que desconcertó a la guardiana.

"¿Por qué sonríes?" Preguntó la guardiana desconcertada.

"Digamos que tengo alguien para aclarar mis dudas sobre la familia Zeus" Astrea dijo bastante segura de sí misma, tanto como de su memoria.

Corazones rotos, promesas hechasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora