nueve

247 34 3
                                    

Pasaron unos días y Jisung nunca había escuchado a alguien gritar tan fuerte como lo hizo Jeongin cuando Seungmin le dio una palmada justo en la quemadura que el menor tenía en la espalda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasaron unos días y Jisung nunca había escuchado a alguien gritar tan fuerte como lo hizo Jeongin cuando Seungmin le dio una palmada justo en la quemadura que el menor tenía en la espalda.

Minho y Jisung habían terminado por fin su tarea de lavar los platos y estaban deseando dormir hasta tarde, así que se molestaron bastante cuando su mañana se vio interrumpida con el conflicto de los hermanos.

- ¡un combate de lucha libre! - gritó Hyunjin y el resto de los miembros comenzaron a saltar y a corear.

- Al menos salgamos fuera. - dijo Chan y se frotó las sienes. - Acabamos de limpiar la casa.

- ¡Yo soy el árbitro! - Felix inmediatamente levantó la mano.

Jisung no tenía ni idea de en qué se estaba metiendo cuando se unió a ellos para su "combate de lucha".

Los chicos salieron a trompicones de la cabaña y emprendieron el camino. Marcharon hasta un claro soleado en el bosque que estaba cerca de la playa. El sol de última hora de la mañana les daba de lleno y Jisung se limpió el sudor de la frente.

Minho no tenía ni idea de por qué, pero todo el mundo parecía estar drogado hoy. Incluso él mismo, nunca había actuado de forma tan loca. Llegaron al claro y formaron un círculo alrededor de los hermanos.

- ¡Reglas! - habló Félix, llamando la atención de todos. - Uno de vosotros debe sujetar al otro en tres segundos para ganar. Ah, y también, ¡no hay patadas!

El grupo lanzó una mirada a Changbin, que anteriormente había pateado a Hyunjin con tanta fuerza que le dejó sin aliento. El de baja estatura se encogió de hombros e hizo un puchero.

- Es más alto que yo. Tenéis que saber que eso es un desequilibrio de poder.

- Sí, sí, lo que sea. ¡Bien! Empecemos. - Felix dio la señal, y Seungmin y Jeongin empezaron a rodearse.

el pelirrojo inmediatamente puso a Seungmin en el suelo y por mucho que luchara, el Jeongin tenía a su hermano inmovilizado en cuestión de segundos.

- Eso fue demasiado rápido. ¿Quién es el siguiente? - bostezó Felix, insatisfecho con el débil combate. Changbin entrecerró los ojos hacia Hyunjin, quien imitó la acción y empujó a seungmin para que se apartara.

- Patéame y morirás.

El grupo estalló en vítores cuando empezaron a luchar y el polvo del suelo formó una nube. Jisung se lo estaba pasando en grande viendo cómo se desarrollaba esto, animando y saltando.

Nunca había tenido hermanos con los que hacer estas tonterías y aunque era una tontería, le alegraba el corazón.

Minho, por su parte, observaba desde la distancia. Decía que intentaba "mantenerse al margen". Han había intentado convencerle de que era divertido, pero el rubio seguía siendo reacio.

-¡Uno... dos... tres! - Felix contó cuando Hyunjin ganó. Changbin resopló cuando el más alto se elevó sobre él y celebró su victoria.

- ¡Yo seré el siguiente! - Jisung saltó en el círculo y señaló a Chan. El rubio pálido flexionó sus músculos y el corazón de Jisung se sobresaltó al sentirse intimidado.

Felix hizo una cuenta atrás de tres y jisung cargó contra el rubio. Estaban luchando para derribar al otro y fue una pelea bastante buena en su mayor parte. El sudor creció en la frente de Jisung cuando chan lo hizo tropezar.

Con un grito, sintió que se le torcía el tobillo e inmediatamente se desplomó en el suelo. Se golpeó y trató de limpiarse la suciedad de la cara.

- Buen partido, Chan. - se rió Jisung, sujetando su tobillo mientras los demás se agolpaba a su alrededor. - Ouch.

- ¡Oh, mierda! Lo siento, yo...- se disculpó frenéticamente el australiano.

- ¿Te has hecho daño? - Minho apareció detrás de Jisung, sobresaltando al moreno. Este levantó la vista con los ojos muy abiertos y la suciedad rozando sus mejillas. Asintió, y el mayor resopló.

- Te lo dije.

Con un rápido movimiento, Minho levantó al herido sobre su espalda. El moreno se sorprendió de su fuerza y su respiración se entrecortó en su garganta.

- Le pondré un poco de hielo. - llamó Minho al grupo y ellos asintieron, rogando a que Jisung se sintiera mejor.

Minho olía a colonia y Jisung la respiró. Se sintió reconfortado al ser cargado por el mayor y su corazón se aceleraba cada vez que minho lo agarraba con más fuerza.

- Casi podría haberle ganado. - Jisung hizo un mohín.

- Estoy seguro de que habrías podido. - se rió minho.

- Parezco un bebé en brazos. - resopló Jisung.

- Eres un bebé, eres demasiado bajito. - Minho se echó a reír, ganándose una palmada en el cuello de Jisung.

- ¡Cuidado, minho! ¡Tengo un pie malo, pero tengo dos puños con tu nombre!

Llegaron a la casa y el rubio dejó a Jisung en el sofá para luego coger hielo del congelador.

- No debería estar cuidando de ti, tú mismo te hiciste esto.

- Cierra el pico, yo haría lo mismo si estuvieras herido. - Jisung entrecerró los ojos ante el mayor.

- Sí, de acuerdo.

Jisung duró 20 minutos antes de aburrirse. Minho se había marchado al piso de arriba y el menor odiaba estar solo.

- Muy bien, estoy aburrido. Es hora de caminar. - se dijo a sí mismo y se quitó el hielo del tobillo de una patada mientras se levantaba lentamente. Aspiró mientras ponía peso en el pie y cojeó hasta el baño para quitarse la suciedad de la cara.

Después de limpiarse, subió cojeando las escaleras. Minho había desaparecido a su habitación y el moreno tenía curiosidad por ver qué hacía.

El rubio estaba mirando su diario

- ¿Qué mierda estás haciendo? - gritó Jisung, haciendo que Minho se sobresaltara.

- So- sólo leo... - tartamudeó, con la cara sin color. El menor se acercó furioso y le arrebató el diario de las manos.

- ¿Por qué...? - se le quebró la voz y se le llenaron los ojos de lágrimas. - ¿Por qué lo has hecho? - Jisung tenía todos sus pensamientos más profundos y su vida personal escritos en ese diario. Su mayor temor era que alguien lo revisara.

Lágrimas de vergüenza fluyeron por sus mejillas y Minho se quedó sin palabras debido a su culpabilidad.

- Lo siento. - el rubio se levantó lentamente, abriendo los brazos para abrazar a Jisung.

El moreno lo apartó de un empujón y cerró la puerta de su habitación. El corazón de minho se rompió y sus manos temblaron de culpa.

Aparte de su vergüenza, Minho se sintió molesto por lo que acababa de saber sobre jisung a través del diario del chico.

Oyó que la puerta de abajo se abría, lo que indicaba que el resto de los chicos había vuelto a casa.

- Joder. - se susurró a sí mismo repetidamente, sin saber qué hacer. Bajó las escaleras a toda prisa y encontró a Chan.

"Chan, necesito hablar contigo. - dijo en voz baja, con la voz temblorosa.

- ¿Qué pasa? - el australiano se llenó de alarma mientras tiraba de Minho hacia un lado.

- Lo he estropeado, mal. ¿Puedes ir a hablar con jisung? Creo que es el que más confía en ti.

- Claro, claro. - Chan asintió y subió corriendo las escaleras.

Minho puso su cabeza entre las manos. Ahora jisung lo odiaría de verdad.

19 || Minsung (traducción) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora